La otra rendici¨®n de Breda
Se cumplen 40 a?os del fat¨ªdico momento en el que Espa?a se retir¨® del S¨¢hara Occidental
El 14 de noviembre de 1975 la Espa?a de aquel fat¨ªdico momento escribi¨® una de las p¨¢ginas m¨¢s tristes, a 40 a?os vista, de su historia moderna. La entrega a toda prisa de un pueblo al matadero en las circunstancias que describe con profusos detalles el profesor Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Jim¨¦nez en su bien documentando libro (Agon¨ªa, Traici¨®n, Huida) deja un sentimiento de indignaci¨®n que fuerza al lector a un largo silencio y a una profunda inhalaci¨®n de oxigeno. La rendici¨®n en toda regla que ante el rey Hassan II exhibe el ministro Sol¨ªs Ruiz, despachado para esta finalidad a Rabat en calidad de emisario especial del primer ministro Arias Navarro, habr¨ªa seguramente inspirado a Vel¨¢zquez para, cambiando los personajes, pintar la ant¨ªpoda de La rendici¨®n de Breda. Cada aniversario de esa fat¨ªdica fecha constituye una nueva interpelaci¨®n a las conciencias dormidas, que se han refugiado voluntariamente en la amnesia hist¨®rica, para intentar zafarse as¨ª del error propio y del terrible da?o ajeno infligido a un pueblo inocente que supo, mal que le pese a algunos, resistir y sobrevivir a una amenaza existencial. La Audiencia Nacional de Madrid considera que la amenaza alcanz¨® las dimensiones de genocidio.
M¨¢s all¨¢ de esta constataci¨®n irrefutable hasta ahora, el Frente Polisario no puede ni debe interferir o ingerir en las decisiones de pol¨ªtica exterior de la Espa?a actual, aun sabi¨¦ndose que afectan de una manera u otra al derecho del pueblo saharaui, inalienable e imprescriptible, a la libertad e independencia. Es cierto que, inspirados, yo dir¨ªa motivados, por lo que puede ser calificado de ilusi¨®n juvenil, hab¨ªamos albergado serias esperanzas en que la Espa?a oficial y democr¨¢tica, consolidada como lo est¨¢ hoy, orgullosa de su experiencia, poder¨ªo y capacidad, habitada por un pueblo generoso y altamente sensible a las injusticias como lo acaba de demostrar con el tema de los refugiados sirios, ir¨ªa a hacerse una mea culpa y cerrar la herida del S¨¢hara Occidental, en la dignidad inspiradora de su historia y en conformidad con la legalidad internacional como referencia y escudo de protecci¨®n.
Nos cost¨® llegar a la conclusi¨®n de que eso tal vez nunca ocurrir¨¢ y si llega a ocurrir ser¨¢ como el cuento de ¡°despu¨¦s del burro muerto¡cebada al rabo¡±. Espa?a parece decirnos con cada Gobierno que asume el poder que no est¨¢ interesada en la suerte del pueblo saharaui porque, para sus intereses estrat¨¦gicos de cara a la regi¨®n, ¨ªntimamente ligados a la monarqu¨ªa marroqu¨ª, considera que fue ya sellada por Sol¨ªs Ruiz en su entrevista con el rey Hassan II en la otra rendici¨®n de Breda.
Ahora bien, el futuro de la regi¨®n del mal llamado Magreb ¨¢rabe es indisociable de la cuesti¨®n del S¨¢hara Occidental y tarde o temprano, por imperativos relacionados con la seguridad del flanco sur de Europa, Espa?a y Francia tendr¨¢n que revisar la doctrina derivada de los acuerdos tripartitos de Madrid.
Cada aniversario es una nueva interpelaci¨®n a las conciencias dormidas de aquel error
Esta doctrina se bas¨® en la retirada espa?ola de lo ¨²ltimo que ten¨ªa en ?frica a favor de la expansi¨®n francesa por medio del expansionismo territorial marroqu¨ª, empe?ado por cuestiones internas en la b¨²squeda de la imposici¨®n de un sue?o imperial que englobar¨ªa el S¨¢hara Occidental, Mauritania y partes de Argelia y Mali. La monarqu¨ªa marroqu¨ª nunca abandon¨® este designio imperial que se espolea con virulencia en una relaci¨®n directamente proporcional a las tensiones internas. Anclada en un pasado lejano que nunca existi¨® y que el dictamen de la Corte Internacional de Justicia sobre el S¨¢hara Occidental y las independencias de Argelia, Mali y Mauritania deber¨ªan haber servido como excusa para despertar y desactivar el sue?o imperial, la Monarqu¨ªa, renovada en julio de 1999, no es lamentablemente capaz de ver el futuro con serenidad y confianza, lejos de la locura de un se?or at¨¢vico llamado Allal el Fassi. De ah¨ª la enorme responsabilidad, primero de Francia y, despu¨¦s, de Espa?a, puesto que han estado activando y dando riendas sueltas a un irredentismo territorial que no ha dejado desde 1956 que la paz, la estabilidad y la cooperaci¨®n regionales se establezcan sobre una base justa y s¨®lida.
Han pasado 40 a?os y el intento marroqu¨ª de borrar del mapa al pueblo saharaui y forzar la mano de la comunidad internacional ha mostrado sus l¨ªmites. Ha llegado pues la hora de revisar lo que se hizo mal, antes de que las cosas se salgan de control. El secretario general de la ONU acaba de decir que la propuesta marroqu¨ª de negociar ¨²nicamente los detalles de ¡°una autonom¨ªa¡± para el territorio que ocupa ilegalmente, no conduce a la soluci¨®n negociada que el Consejo de Seguridad quer¨ªa y que, por ende y como consecuencia, solicita a las dos partes, el Frente Polisario y Marruecos, entablar negociaciones dignas de ese nombre, serias y sin precondiciones con el prop¨®sito de logar una soluci¨®n justa que garantice el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminaci¨®n.
Marruecos ha intentado borrar del mapa al pueblo saharaui y forzar la mano de la comunidad internacional
Este llamamiento se hace en v¨ªsperas de la reuni¨®n pr¨®xima del Consejo de Seguridad, prevista para abril de? 2016. Mucho queda por hacer antes que servir¨¢ para medir hasta qu¨¦ punto estas dos potencias, miembros del grupo de ¡°amigos¡± del S¨¢hara Occidental, est¨¢n dispuestas a ayudar en el inicio de esas negociaciones a las que ha llamado Ban Ki Moon.
Evidentemente, no hay indicios de que lo vayan a hacer, seg¨²n los elementos de informaci¨®n que disponemos. No obstante, resultar¨ªa dif¨ªcil mantener la coherencia si de un lado se incentivan todos los esfuerzos en curso para restablecer la estabilidad y seguridad regional en el Sahel y en el Medio Oriente y , de otro, se otorga a Marruecos los medios financieros y diplom¨¢ticos necesarios para no solo seguir oprimiendo a un pueblo en su propia tierra, sino tambi¨¦n para seguir desestabilizando la regi¨®n del Magreb. Es en la ecuaci¨®n de la seguridad regional donde el rol actual y futuro de la RASD ha de servir a las conciencias dormidas como referencia complementaria para afrontar el problema desde otro ¨¢ngulo insoslayable. Es gracias a las fuerzas saharauis y mauritanas, bien entrenadas en escenarios llanos y des¨¦rticos, que a Marruecos no llega ninguna amenaza proveniente del Sahel. Y es gracias a Argelia que no le alcanzan amenazas directas derivadas de la peligrosa desestabilizaci¨®n que tiene lugar en Libia. Le llega de Argelia no solo protecci¨®n de sus fronteras, sino tambi¨¦n gas natural. Sin embargo, Marruecos ha logrado vender a algunas capitales occidentales que el resultado del sudor ajeno es producto de su esfuerzo propio y, como es sabido, responde con el env¨ªo de toneladas de hashish a lo largo del muro en el Sahara Occidental y de la frontera argelina.
La alternativa al desbocamiento marroqu¨ª existe y es factible. La paz sobre la base de la legalidad internacional para resolver el ¨²ltimo caso colonial que afecta a ?frica es posible y sus dividendos para todos, incluido Marruecos, son inconmensurables. Solo hace falta voluntad pol¨ªtica. Costar¨¢ en un principio, como la inyecci¨®n de penicilina en el gl¨²teo de un ni?o, pero es el precio para salvarlo de males mayores. Estas perspectivas y el 40 aniversario de la otra rendici¨®n de Breda de 14 de noviembre de 1975 son una nueva interpelaci¨®n a las conciencias voluntariamente dormidas.
Ahmed Bujari es representante del Frente Polisario ante la ONU.
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