Con Francia
El pacto de Hollande debe defender la seguridad y la libertad
La bater¨ªa de medidas anunciadas ayer por el presidente de Francia, Fran?ois Hollande ante la guerra declarada contra su pa¨ªs y todo Occidente por el Estado Isl¨¢mico (ISIS) delimita la estrategia sobre el terrorismo: unidad en lo fundamental, la defensa de la libertad y el derecho; firmeza a la hora de hacerlo recurriendo leg¨ªtimamente al uso de la fuerza, cuando sea preciso, y plena legalidad a la hora de adoptar cualquier tipo de decisi¨®n que afecte a la vida de los ciudadanos.
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Estos tres valores dise?ados por Hollande ante una sesi¨®n conjunta extraordinaria de la Asamblea Nacional y el Senado franceses encarnan exactamente lo opuesto al proyecto totalitario del ISIS, que fundamenta su actuaci¨®n en el desprecio a la libertad individual y a la vida, en el gobierno bajo la tortura y el asesinato y en la ausencia total de referencias legales, m¨¢s all¨¢ de una macabra interpretaci¨®n del Cor¨¢n rechazada por la mayor¨ªa del mundo musulm¨¢n.
Hollande acierta al marcar la diferencia entre las medidas urgentes y aquellas a largo plazo, porque la lucha contra el yihadismo va a ser larga ¡ªEstados Unidos la empez¨® hace m¨¢s de 14 a?os¡ª y necesita cobertura social y legal para tener visos de ¨¦xito. Pero ni Francia ni ning¨²n pa¨ªs similar deben perder nunca de vista el equilibrio entre la seguridad y la libertad, y tambi¨¦n es necesario analizar el caso de EE?UU en este sentido.
La petici¨®n de la extensi¨®n del estado de emergencia durante tres meses, junto al anuncio de m¨¢s ataques militares galos contra posiciones del ISIS y m¨¢s apoyo a quienes combaten sobre el terreno al yihadismo son pasos l¨®gicos en un primer momento para que sus l¨ªderes sientan la reacci¨®n de la sociedad atacada. Y que la sientan tanto dentro de Francia como en sus propios cuarteles generales, tal y como sucedi¨® el domingo por la noche cuando aviones franceses bombardearon Raqa, la capital oficiosa del ISIS. El yihadismo debe apreciar la veracidad de las palabras de Hollande cuando advierte que el objetivo de Francia no es atacar al Estado Isl¨¢mico, sino destruirlo.
Adem¨¢s, las medidas a largo plazo tendr¨¢n gran trascendencia en Francia y en el resto de Europa, comenzando por la reforma constitucional adelantada por el presidente franc¨¦s y que incluye asuntos tan delicados como la retirada de la nacionalidad a quien se involucre en actos terroristas, la reforma de los estados de excepci¨®n y de sitio o la disoluci¨®n de asociaciones que inciten al odio.
La iniciativa francesa de ofrecer un pacto de seguridad que mejore las respuestas contra el terrorismo dentro del Estado de derecho puede marcar el camino en Europa. Por eso, tan importante como la eficacia es ¡ªhay que insistir¡ª que se garantice el mantenimiento del complejo equilibrio entre libertad y seguridad que caracteriza a las democracias. Son cambios de gran trascendencia en los que cualquier paso en falso, cualquier medida excesiva o mal empleada, cualquier reacci¨®n que no tenga en cuenta las consecuencias, pueden tener desastrosas repercusiones en la calidad democr¨¢tica de las sociedades a las que se quiere proteger.
En todo caso hay que alabar la firmeza y la sangre fr¨ªa con las que Francia y su Gobierno est¨¢n reaccionando ante la espantosa carnicer¨ªa acaecida hace apenas cuatro d¨ªas. Una actitud a la que hay que brindar todo el apoyo posible y toda la solidaridad desde las instituciones y cuerpos de seguridad de cada pa¨ªs y desde los propios ciudadanos. Es fundamental que la sociedad europea tome conciencia de que es un objetivo prioritario del terrorismo yihadista. Y de que se trata de una lucha por la supervivencia de un modelo ¡ªconvivir en libertad y en democracia¡ª de la que nadie puede quedarse al margen.
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