Reid Ewing, actor de ¡®Modern Family¡¯, un adicto a la cirug¨ªa pl¨¢stica

En la ficci¨®n es Dylan, el novio guaperas de Haley ¡ªla hermana mayor de la serie?Modern Family¡ª. Un chico seguro de s¨ª mismo, que toca la guitarra y que se atreve a regalarle una rosa por San Valent¨ªn a la atractiva madre de su pareja. Pero la realidad del actor que lo interpreta es muy diferente. Reid Ewing, de 27 a?os, ha escrito un mensaje en el Huffington Post confesando que sufre un trastorno dism¨®rfico corporal; es decir, una obsesi¨®n compulsiva y desproporcionada por alg¨²n defecto f¨ªsico ¡ªreal o imaginario¡ª. Condici¨®n que le ha llevado a someterse a diversas operaciones est¨¦ticas desde 2008, cuando entonces ten¨ªa 19 a?os, y le ha convertido en adicto a la cirug¨ªa pl¨¢stica.

"Cre¨ª que si comenzaba a operarme, pronto me parecer¨ªa a Brad Pitt", escribe el int¨¦rprete, quien tambi¨¦n ha asegurado que cuando lleg¨® a Los ?ngeles (EE UU) para empezar su carrera en Hollywood apenas ten¨ªa amigos y se dedicaba a hacerse cientos de fotos en su casa, en las que se encontraba demasiados defectos f¨ªsicos. ?

S¨ª cont¨®, sin embargo, con el apoyo de su cirujano, quien le dijo que "estaba de acuerdo en que operarse era algo importante para la carrera de un actor", recuerda Ewing. Su primera intervenci¨®n fue un "gran" implante de mejillas, pero la experiencia result¨® dolorosa: "Me despert¨¦ gritando de dolor, me ca¨ªan las l¨¢grimas por la cara. No pod¨ªa hacer otra cosa que gritar mientras el doctor y su equipo trataban de contenerme entre risas", explica. La recuperaci¨®n tampoco fue f¨¢cil ya que tuvo que llevar una m¨¢scara facial durante dos semanas y, tras perderse paseando por un sendero del?Parque nacional de ?rboles de Josu¨¦ (California), lleg¨® a una gasolinera de noche y el trabajador se asust¨® tanto al verle que llam¨® a la polic¨ªa.?

Cuando la inflamaci¨®n baj¨®, Ewing se encontr¨® con una realidad inesperada: su rostro estaba deformado, "las mejillas eran tan huecas como un cad¨¢ver" ¡ªrelata¡ª y los implantes no estaban situados en las mejillas, sino en los p¨®mulos. La respuesta del m¨¦dico fue que se acostumbrar¨ªa a su nuevo rostro, pero hasta sus padres pensaron que estaba enfermo.?

En una b¨²squeda desesperada por remediar su situaci¨®n, el int¨¦rprete acudi¨® a otro m¨¦dico menos cualificado todav¨ªa, quien le sugiri¨® un implante de ment¨®n y le oper¨® ese mismo d¨ªa. Despu¨¦s de la otra vez dolorosa recuperaci¨®n, Ewing se dio cuenta de que pod¨ªa mover ¨¦l mismo la pieza de silicona bajo su piel, as¨ª que volvi¨® al m¨¦dico y volvi¨® a someterse a otra intervenci¨®n.?

El n¨²mero de veces que el actor pas¨® por el quir¨®fano contin¨²a hasta que en 2012 no pudo soportar m¨¢s la presi¨®n y el autoodio que se?inflig¨ªa?y recurri¨® a otros doctores, esta vez m¨¢s serios y especializados para tratarse su trastorno y obsesi¨®n. "Antes de cambiar tu cara, f¨ªjate si lo que debe transformarse es tu mente", reconoce hoy Ewing y, a continuaci¨®n, ofrece en su post algunos consejos y apoyo a quien, como ¨¦l, est¨¦ padeciendo esta perturbaci¨®n.

"Es un problema que rara vez se toma en serio debido a la verg¨¹enza social que produce. El secretismo que rodea a la cirug¨ªa est¨¦tica impide que muchas pr¨¢cticas poco ¨¦ticas vean la luz. Creo que la gente a menudo decide operarse para ser aceptado, pero en general nos hace sentir m¨¢s extra?os. Escribo esto para tratar de contrarrestar su influencia", afirma arrepentido Reid Ewing. ?