Judith Butler en Barcelona: contra la subordinaci¨®n
Mientras quienes viven en Madrid y alrededores tuvieron la oportunidad de asistir a la multitudinaria manifestaci¨®n contra la violencia de g¨¦nero celebrada el 7N, en esas mismas fechas quienes residimos en Barcelona o alrededores tuvimos el placer de escuchar a Judith Butler, te¨®rica del movimiento queer y ante todo una feminista de pensamiento global, quiz¨¢s la feminista con m¨¢s predicamento internacional y la que est¨¢ llamada a dejar una huella mayor.
Vino invitada en el marco de la exposici¨®n +Humanos por el CCCB, Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona, que nos regala programaciones dignas de una capital europea de alto nivel sin la cual nuestro horizonte cultural de expectativas (Jauss) ser¨ªa mucho m¨¢s pobre. No es la primera vez que Butler visita Barcelona, siendo la ¨²ltima si no me equivoco en 2010, cuando vino para dictar una conferencia sobre la violencia de Estado. En ella insist¨ªa en que pertenecer al movimiento queer conllevaba una defensa de la alianza entre diversas minor¨ªas "a trav¨¦s de la diferencia", es decir, que conseguir "una alianza fuerte de la izquierda" pasaba por combatir pol¨ªticas favorables a la discriminaci¨®n, citando sobre todo a las minor¨ªas sexuales, raciales, religiosas y a las mujeres (Viol¨¨ncia d'Estat, guerra, resist¨¨ncia, Barcelona, CCCB, 2010; Violencia de Estado, guerra, resistencia, Barcelona, Katz, 2011).
Sobre estas cuestiones y otras de igual calado abund¨® en su estancia barcelonesa, que a la conferencia dictada frente a una numerosa multitud en el CCCB (Butler tiene un gran poder de convocatoria) sum¨® una entrevista p¨²blica, tambi¨¦n ante un numeroso p¨²blico, a cargo de la periodista y ex directora de TV3 M¨°nica Terribas que tuvo lugar en el Centre Cultural Born, dentro del ciclo "D.O. Europa" en el que estuvo el mism¨ªsimo Varufakis. Los barceloneses tuvimos pues doble raci¨®n de Judith Butler, una pensadora no siempre f¨¢cil de leer, pero que en cambio resulta enormemente inteligible cuando se la escucha. Ella misma alude a ¡°la claridad incomunicable¡± de la filosof¨ªa en Deshacer el g¨¦nero, aunque en ese mismo libro se confiesa como una pensadora que escribe en contextos interdisciplinarios en un tiempo en que la filosof¨ªa se encuentra a s¨ª misma fuera de s¨ª misma (Hegel).
El pensamiento de Butler, actualmente profesora en Berkeley, ha ido evolucionando desde la publicaci¨®n de su primera obra, El g¨¦nero en disputa, un alegato fundacional del g¨¦nero entendido como una construcci¨®n cultural que conduce a la asfixiante normatividad. Es sabido que estos t¨ªtulos y otros trabajos la han consagrado como la gran te¨®rica del movimiento queer, que no es poco. Pero Butler es mucho m¨¢s. Y es que partiendo de esa base, la del activismo a favor de la plena libertad sexual -que va mucho m¨¢s all¨¢ de la lucha contra la heteronormatividad-, la fil¨®sofa norteamericana camina con gran aplomo hacia derroteros mucho menos foucaultianos y m¨¢s arendtianos, por decirlo con una simpleza que los expertos sabr¨¢n disculpar.
En la l¨ªnea de pensadoras como Martha Nussbaum, que transita tambi¨¦n por varias disciplinas, la filosof¨ªa pol¨ªtica y la ¨¦tica se han erigido en estos ¨²ltimos a?os en las particulares arenas movedizas de Judith Butler, con t¨ªtulos como Mecanismos ps¨ªquicos del poder. Teor¨ªas sobre la sujeci¨®n (Madrid, C¨¢tedra, 2010), que evidencian que una de sus preocupaciones principales se halla en las m¨²ltiples variantes del poder como garante de la imposibilidad de ser libremente, sin excluir por supuesto el poder sobre los cuerpos, pero incluyendo otros como el que condena a colectivos inmensos a la precariedad. Una resistencia pol¨ªtica en frentes dispares a la que parece querer consagrarse.
En esta ocasi¨®n su charla barcelonesa se titul¨® "Cuerpos que a¨²n importan", en referencia a su libroCuerpos que importan(Buenos Aires, Paid¨®s, 2008), y en ella se hizo eco de la m¨¢s rabiosa actualidad internacional, que nos lleva a hablar de refugiados, cuerpos ahogados en las aguas mediterr¨¢neas e insolidarias fronteras de alambre de espino. En cuanto a la entrevista p¨²blica que algunos centenares de personas pudimos disfrutar, al tiempo que recorr¨ªa los males que nos asolan y algunos de sus mecanismos de perpetuaci¨®n, Butler quiso recordar alto y claro su condici¨®n de feminista, afirmando que seguir¨ªa si¨¦ndolo hasta que fuera necesario, a colaci¨®n de lo cual record¨® la reciente manifestaci¨®n en Madrid y las cuatro muertes que lamentablemente parecieron concaten¨¢rsele. A destacar que abogara por Estados poco invasivos y respetuosos con las diferencias, y por la necesidad de la convivencia como ¨²nico camino, para el cual se impone la aceptaci¨®n de la diversidad y el rechazo a la actual tendencia derechista que se cierne sobre Europa y que los atentados parisinos lamentablemente no har¨¢n m¨¢s que incentivar (Donald Trump ya los ha aprovechado para reivindicar el derecho a portar armasy en Francia se teme un avance dela extrema derecha de Marine Le Pen).
Ahora que el estado saca la filosof¨ªa de las aulas para garantizarse el suficiente grado de idiocia en sus ciudadanos-s¨²bditos o pasivos (Kant), el espacio de pensamiento que Butler est¨¢ tejiendo se erige en una gran esperanza, pues tiene como ambicioso objetivo invitar a una verdadera transformaci¨®n pol¨ªtica y social que implica ¡°aprender a vivir y a abrazar la destrucci¨®n y la rearticulaci¨®n de lo humano en aras de un mundo m¨¢s amplio y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, menos violento, sin saber de antemano cu¨¢l ser¨¢ la forma precisa que toma y tomar¨¢ nuestra humanidad¡±, tal como afirma enDeshacer el g¨¦nero.
Si no se desv¨ªa de ese rumbo, al cabo resultar¨¢ que la pol¨ªticaqueerhabr¨¢ servido para formular de manera inclusiva un pacto que dinamita la subordinaci¨®n de todos los grupos desfavorecidos, ya sean mujeres, emigrantes o minor¨ªas sexuales. Y eso, queramos que no, ser¨ªa un gran motivo de gran alegr¨ªa para quienes entendemos el feminismo como pieza imprescindible hacia la consecuci¨®n de un mundo m¨¢s justo.
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