40 a?os de b¨²squeda
Con el tiempo las Madres de Plaza de Mayo se han convertido en protagonistas de la realidad pol¨ªtica argentina
Todo empez¨® en las rondas de las Madres de Plaza de Mayo. En plena dictadura argentina, en 1976, unas mujeres vestidas con pa?uelos blancos marchaban cada jueves frente a la sede del Gobierno para exigir noticias sobre sus hijos desaparecidos. Los militares las llamaban ¡°las locas¡±. Estaban muy solas, pero cada vez eran m¨¢s. A los pocos meses, algunas empezaron a juntarse a un lado de la plaza: sus hijas hab¨ªan sido secuestradas embarazadas. No solo buscaban hijos, tambi¨¦n nietos. ¡°El primer d¨ªa ¨¦ramos un pu?adito. Ten¨ªamos necesidades distintas, no solo hab¨ªa que pedir habeas corpus, ir al Ministerio del Interior, al Ej¨¦rcito. Eso era para nuestros hijos. Pero nosotras tambi¨¦n ¨ªbamos a tribunales de menores, orfanatos¡±, cuenta Delia Giovanola, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, que tras 39 a?os acaba de encontrar a su nieto, el ¨²ltimo en aparecer, el n¨²mero 118.
En cada b¨²squeda encontraban m¨¢s abuelas y madres. Se ve¨ªan en las confiter¨ªas cerca de la plaza. Solo se ten¨ªan a ellas mismas
En cada b¨²squeda encontraban m¨¢s abuelas y madres. Se ve¨ªan en las confiter¨ªas cerca de la plaza. Solo se ten¨ªan a ellas mismas. Incluso sus familiares, como los de Giovanola, les ped¨ªan que lo dejaran. Demasiado peligroso. Un coche aparcado en la puerta durante mucho tiempo, un ruido, todo les daba miedo. Pero segu¨ªan. La dictadura mat¨® a la primera l¨ªder de las madres, Azucena Villaflor, cuyo cad¨¢ver apareci¨® en el R¨ªo de la Plata. Fue v¨ªctima de los vuelos de la muerte.
El terror era la norma, pero no dejaron de acudir cada jueves a la plaza. Al principio estaban quietas, pero se lo prohibieron, as¨ª que empezaron a marchar en c¨ªrculos. ¡°Entonces nadie nos ayudaba, hab¨ªa mucho miedo. Con la democracia [1983] nos vimos m¨¢s acompa?adas. La gente nos rodeaba todos los jueves. Muchos nos preguntaban con curiosidad, quer¨ªan saber qu¨¦ hab¨ªa pasado en aquellos horribles a?os¡±, cuenta Giovanola.
Con el tiempo recibieron ayudas, se crearon los bancos de informaci¨®n gen¨¦tica. Ahora son verdaderas protagonistas de la realidad pol¨ªtica argentina. Su l¨ªder, Estela de Carlotto, es un personaje clave del kirchnerismo cuyas opiniones son muy influyentes. El a?o pasado Carlotto encontr¨® a su nieto Guido. El de Giovanola, que le ha dado ¡°dos regalos¡± en forma de bisnietas, a¨²n no quiere dar a conocer su identidad. Lleva 15 a?os fuera de Argentina. Se fue con la crisis como tantos otros j¨®venes. Pero hablan casi todos los d¨ªas por Skype. Tienen 39 a?os que recuperar.
Reconoce que est¨¢ euf¨®rica. Cree que a partir de ahora aparecer¨¢n m¨¢s: su labor es ya muy reconocida y, adem¨¢s, muchos de los ¡°padres de crianza¡±, como llaman a los que se quedaron a sus nietos, est¨¢n muriendo, algo que suele desencadenar el proceso. Es el caso de su nieto: esper¨® a que fallecieran sus padres adoptivos para no perjudicarles. ¡°A¨²n nos faltan 350 nietos, pero veo la lucha con renovadas esperanzas. Mientras las abuelas sigamos con vida, estamos firmes. Adem¨¢s, ahora nuestros nietos llevan adelante la organizaci¨®n. Esto no para de crecer. Estamos abriendo la red en Francia¡±. Giovanola est¨¢ llena de energ¨ªa y optimismo.
elpaissemanal@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.