Una Agencia Estatal de Investigaci¨®n a ¡°coste cero¡±
No pod¨ªa ser de otra manera. Despu¨¦s de una larga gestaci¨®n y reiterados anuncios de parto inminente, la Agencia Estatal de Investigaci¨®n ve¨ªa la luz. Era ¡°Black Friday¡±. La pobre Agencia hab¨ªa esperado a las rebajas prenavide?as del ¨²ltimo viernes preelectoral para nacer a ¡°coste cero¡±. Un regalo de navidad ¡°anticipado¡± para la comunidad cient¨ªfica que llevaba a?os reivindicando su creaci¨®n, para darle m¨¢s estabilidad a la investigaci¨®n y protegerla de los vaivenes pol¨ªticos. Todo un detalle que merece un agradecimiento tan eterno como el proceso de creaci¨®n de la dicha Agencia.
Si no se tuviera constancia de los esfuerzos que han hecho algunas personas del propio Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad para sacarla adelante, la primera reacci¨®n ser¨ªa devolverla sin m¨¢s, sin perder el tiempo en explicar que este modelo de Agencia no resuelve ninguno de los problemas que tiene la investigaci¨®n en Espa?a.
No nos equivoquemos una y otra vez. No se trata de contentar a la comunidad cient¨ªfica como se dice con demasiada frecuencia. Es a la investigaci¨®n, fuente de generaci¨®n de ideas y conocimiento, a la que hay que apoyar para mejorar la salud, la educaci¨®n, la seguridad, la cultura de los ciudadanos. Es al progreso cient¨ªfico y tecnol¨®gico al que hay que fomentar e impulsar para que se creen empresas, para que sean m¨¢s competitivas, para que haya m¨¢s empleo y empleo de calidad. Es el futuro de nuestro pa¨ªs, con una sociedad m¨¢s pr¨®spera y justa, lo que est¨¢ en juego.
No se trata de contentar a la comunidad cient¨ªfica como se dice con demasiada frecuencia
La comunidad cient¨ªfica y tecnol¨®gica es solamente uno de los actores que intervienen en el proceso de crear conocimiento para resolver los problemas presentes y estar preparados para afrontar los que se pueden presentar en el futuro. Pero no se puede olvidar que hay otros actores que tambi¨¦n tienen un papel importante en ese proceso, complejo y no exento de riesgos. Es el gobierno el que con las pol¨ªticas a su alcance tiene que facilitarlo, promoverlo y engrasarlo de forma proactiva. Son las empresas las que, por su propio inter¨¦s de supervivencia y por responsabilidad social, han de participar en ¨¦l, desarrollando nuevas ideas y colaborando con los investigadores del sector p¨²blico para enfocar la investigaci¨®n en aquellas l¨ªneas que puedan ser de inter¨¦s. Es la sociedad en general la que ha de poner encima de la mesa los problemas que tiene y exigir que se resuelvan.
Lo que la comunidad investigadora viene reclamando es un compromiso formal y real de los poderes p¨²blicos al m¨¢s alto nivel (Presidencia del Gobierno), del sector privado, de la academia, de la sociedad en general (partidos pol¨ªticos, fundaciones¡), para que el Sistema de Ciencia, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n funcione como un verdadero sistema con un objetivo: Convertir la investigaci¨®n cient¨ªfica y tecnol¨®gica (I+D) en el pilar de un modelo econ¨®mico y social menos vulnerable a los ciclos de las coyunturas de la econom¨ªa, con capacidad de resolver los problemas de los ciudadanos, y que sit¨²e a Espa?a entre el grupo de pa¨ªses l¨ªderes de la ciencia y la tecnolog¨ªa en Europa.
La investigaci¨®n es un proyecto colectivo de pa¨ªs y, como tal, se merece una mayor consideraci¨®n por parte del Gobierno. El modelo de Agencia aprobada no resuelve ninguno de los dos grandes problemas que tiene la investigaci¨®n en Espa?a. El primero de ellos es conseguir que el sistema de Ciencia, Tecnolog¨ªa e Innovaci¨®n sea financieramente estable, m¨¢s ¨¢gil, transparente y eficaz, con capacidad de fijarse objetivos a medio y largo plazo, evitando ciclos pol¨ªticos, para darle estabilidad y eficacia. El segundo es impedir que la din¨¢mica de la actividad cient¨ªfica, tecnol¨®gica e innovadora se vea lastrada, como est¨¢ ahora, por procesos de gesti¨®n lentos y cada vez m¨¢s burocratizados
El problema de dotar al sistema de una financiaci¨®n estable y sostenida queda pendiente de soluci¨®n con el nuevo modelo de Agencia. En el decreto de creaci¨®n no se hace ninguna menci¨®n espec¨ªfica a mecanismos de financiaci¨®n de la investigaci¨®n, salvo una referencia a ¡°una planificaci¨®n anual¡± de los proyectos de investigaci¨®n y a la posibilidad de obtener recursos privados, sin concretar la forma de conseguirlos. ?Ser¨ªa posible que a trav¨¦s de la Ley de Mecenazgo se pudiera tener una mayor financiaci¨®n privada para la investigaci¨®n?
El modelo aprobado no resuelve ninguno de los dos grandes problemas que tiene la investigaci¨®n en Espa?a
Para resaltar algo positivo, en dicho decreto se contempla que la Agencia, aunque no tendr¨¢ independencia presupuestaria (ni funcional), s¨ª podr¨¢ guardar fondos de un a?o para otro en forma de remanentes, y no tener que devolver al Tesoro el presupuesto no ejecutado por una mala planificaci¨®n del propio presupuesto y por la rigidez de su gesti¨®n.
Esta falta de atenci¨®n al problema de la financiaci¨®n explica la parquedad de instrumentos de gesti¨®n, espec¨ªficos y adecuados para mejorar la gesti¨®n de la investigaci¨®n. Si a esto se a?ade que ¡°la Agencia nace de la absorci¨®n de ¨®rganos actualmente existentes en la estructura de la Secretar¨ªa de Estado de Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n, y dado el mandato de que su creaci¨®n se realice sin incremento neto de estructura o de personal¡±, es decir a ¡°coste cero¡±, no hay demasiados motivos para esperar que la gesti¨®n de la investigaci¨®n sea m¨¢s ¨¢gil y transparente y menos burocratizada. M¨¢s de lo mismo con otro collar.
El modelo de Agencia creada es una falacia m¨¢s que, afortunadamente, puede tener un recorrido muy corto
En resumen, el modelo de Agencia creada es una falacia m¨¢s que, afortunadamente, puede tener un recorrido muy corto. Parece mentira que un gobierno que presume de tener una presencia tan destacada en la Uni¨®n Europea, todav¨ªa no sea consciente de que, a pesar de la crisis, otros pa¨ªses, no solamente han aumentado los recursos destinados a la investigaci¨®n, sino que desde hace a?os tienen organismos que proporcionan estabilidad financiera y de gesti¨®n a sus sistemas de ciencia y tecnolog¨ªa. Y lo hacen porque los consideran imprescindibles para que sus ciudadanos tengan un futuro mejor. Tambi¨¦n en eso somos diferentes.
Un ¨²ltimo apunte contable. En el ¡°coste cero¡± no se han incluido los costes de oportunidad, los de la oportunidad perdida de haber buscado un consenso entre fuerzas pol¨ªticas para la creaci¨®n de una Agencia que, solucionando los problemas que lastran el progreso cient¨ªfico, tecnol¨®gico e innovador de nuestro pa¨ªs, contribuyera a poner los cimientos de un nuevo modelo econ¨®mico y social. Ay, la contabilidad de algunos insignes economistas¡ Va a resultar que de ¡°coste cero¡± nada de nada. Digamos que el ¡°olvidado¡± coste de oportunidad no baja de unos miles de millones de euros, y eso sin contar la frustraci¨®n generada. Todo un desatino.
Aurelia Modrego es profesora titular del Departamento de Econom¨ªa en la Universidad Carlos III de Madrid
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