El Daesh y el califato universal
Una confrontaci¨®n armada s¨®lo conduce a la legitimaci¨®n del Estado Isl¨¢mico como contendiente y actor en el conflicto
?En estos d¨ªas todos, absolutamente todos, estamos traumatizados por los acontecimientos del viernes trece de noviembre en Paris. Todos hemos emitido opini¨®n sobre la respuesta que los pa¨ªses democr¨¢ticos deben dar al Daesh (Estado Islamico). La guerra, de nuevo la guerra, es la palabra clave que ronda en todas las conversaciones en los espacios oficiales, pol¨ªticos y de opini¨®n. No obstante, frente a la decisi¨®n belicista de la mayor¨ªa en Francia, Alemania, Gran Breta?a, Estados Unidos, en Espa?a, se descubren otros planteamientos que, sin duda, tienen un componente electoral. Los pol¨ªticos temen la reacci¨®n de la ciudadan¨ªa frente a una acci¨®n b¨¦lica como la que tuvo lugar en 2003 en Irak y a su reflejo en las urnas. Estamos, por otra parte, los que creemos que una confrontaci¨®n armada contra Daesh no conduce m¨¢s que a la legitimaci¨®n del mismo como contendiente y actor en el conflicto armado.
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La primera cuesti¨®n, escenifica la falta de valor de quienes tienen que tomar decisiones. Que exista una cita electoral no deber¨ªa ser obst¨¢culo para decidir qu¨¦ hacer frente a una situaci¨®n de crisis mundial. No soy partidario de la guerra pero, sin duda, resulta sorprendente que el Gobierno espa?ol, y, especialmente su presidente, se escude para no resolver, en que nadie desde Francia le ha pedido ayuda. ?Acaso, cuando existe una cat¨¢strofe o cuando se produce una masacre esperamos a que nos llamen??O acudimos a prestar ayuda?
Se puede estar de acuerdo o no, y reitero mi postura contraria a la guerra, sobre todo cuando puede ocultar intereses no solo de defensa de valores, sino intereses econ¨®micos y geopol¨ªticos, pero la decisi¨®n debe ser tomada en un sentido o en otro porque la cobard¨ªa del silencio es la peor soluci¨®n.
Creo que la situaci¨®n actual no es similar a la de Irak en 2003. All¨ª hubo una guerra ilegal a espaldas de la ONU y no exist¨ªa causa que justificara el desastre que se fragu¨® por la incoherente y soberbia decisi¨®n de personas como Bush, Blair o Aznar, entre otros. Ahora, frente al Daesh, la ONU ha manifestado que es una amenaza global y ha autorizado a que se usen todos los medios necesarios para acabar con ¨¦l.
Aunque se est¨¦ en contra de la guerra, resulta sorprendente que el Gobierno espa?ol se escude en que nadie desde Francia le ha pedido ayuda
?Es necesario declarar la guerra al EI? ?Acaso no hay ya una guerra en Siria en la que est¨¢ implicado el mismo?. Si es as¨ª, para que una coalici¨®n internacional sin un objetivo com¨²n, ni unas razones de fondo compartidas por los que se asocian frente a esa amenaza?
De momento, estamos siguiendo paso a paso la hoja de ruta marcada por Daesh. Unos ataques terroristas con armas compradas en Alemania, han provocado su reconocimiento como oponente "digno" en el campo de batalla. Imagino que el Daesh estar¨¢ contento por este ¨¦xito. En su planteamiento de terror universal ha conseguido, por la acci¨®n de los dem¨¢s, lo que con las suyas nunca hubiera alcanzado: que se le tenga como el enemigo universal m¨¢s peligroso y frente al cual todos se unen, sin saber bien para que o por qu¨¦ lo hacen.
En todo caso, pase lo que pase, hemos contribuido a que, con la propia sangre derramada, el Daesh se consolide. A¨²n en el supuesto de que se le venza, la semilla ya ha germinado. Hemos demostrado d¨®nde y c¨®mo nos hace da?o. Y esto ser¨¢ explotado en forma constante a lo largo y ancho de todo el mundo. La acci¨®n ser¨¢ permanente y pasar¨¢ de un lugar a otro, de una organizaci¨®n a otra, de un grupo al siguiente y as¨ª, sucesivamente.
Las razones de cada uno de los actores de la gran coalici¨®n contra Daesh son diversas e incluso contrapuestas, a modo de lo ocurrido frente a Hitler: todos quer¨ªan acabar con ¨¦l, aunque por motivos diferentes. El problema es que el enemigo actual no es Alemania, ni otro pa¨ªs, sino un conjunto de personas que con tierra o sin ella van a seguir actuando y atacando all¨ª donde saben que hacen da?o, y cuya vocaci¨®n expansionista no pasa por la ocupaci¨®n territorial sino por la mental o de las convicciones. El Califato Universal nunca ha estado reflejado en un lugar f¨ªsico del mundo sino en las mentes de quienes lo defienden, de ah¨ª que combatirlo con armas, paliar¨¢ algunos efectos, pero no acabara con ¨¦l.
Hay que mostrar solidaridad con el pueblo sirio, pero tambi¨¦n con los kurdos y los iraqu¨ªes
Desde que comenz¨® a fraguarse Al Qaeda, hasta la actualidad del Daesh, han pasado m¨¢s de 20 a?os y sus resultados son igual de letales que en 2001 o 2004, solo que, al acumularse se hacen m¨¢s insoportables para los ciudadanos.
Efectivamente ha llegado el momento de combatir este tipo de hechos, pero el desaf¨ªo va mucho m¨¢s all¨¢ que acudir a las armas. En todo caso, una guerra es dif¨ªcil de ganar desde el aire. Los pa¨ªses de la gran coalici¨®n y Naciones Unidas, deber¨ªan comenzar por ponerse de acuerdo en el papel de Siria y de su Gobierno. La guerra en Siria, se utiliza como excusa para los equilibrios geoestrat¨¦gicos y econ¨®micos de las grandes potencias a costa de la poblaci¨®n masacrada por unos y por otros. Ya es tiempo de que decidamos realmente apoyar a este pa¨ªs en el terreno y para ello las naciones coaligadas deben abandonar sus particulares intereses y mostrar una verdadera solidaridad con el pueblo sirio, pero tambi¨¦n con el pueblo kurdo y el iraqi.
Esta no es una guerra entre pa¨ªses ni una confrontaci¨®n de operativos sino una acci¨®n contra los pueblos (sirio, iraqi, kurdo, maliense, entre otros) que son las v¨ªctimas, y, por ende, son estos los que deben recibir el apoyo un¨¢nime internacional frente al Daesh.
La pregunta es ?los que deben unir fuerzas est¨¢n dispuestos a asumir este papel? ?Est¨¢n dispuestos a que luego de triunfar sobre el Daesh, los responsables de los cr¨ªmenes cometidos contra ese pueblo, respondan de ellos? ?Est¨¢n dispuestos a no repartirse la piel del le¨®n y a contribuir a la verdadera democratizaci¨®n de esos territorios? ?Estamos dispuestos a profundizar en el an¨¢lisis de las causas y la b¨²squeda de soluciones? Cuando encontremos la respuesta y aunemos de verdad los esfuerzos, estaremos en disposici¨®n de vencer al Daesh y a cualquier otra reproducci¨®n del mismo en ese u otro lugar, y a erradicarlo de las mentes de quienes ahora lo defienden.
Mientras tanto, quiz¨¢s en el pacto antiterrorista que han suscrito los partidos pol¨ªticos en Espa?a (salvo Podemos, IU, PNV, entre otros) se podr¨ªa adoptar, el acuerdo de derogar la reforma de la Ley que pr¨¢cticamente hizo desaparecer la Jurisdicci¨®n Universal de Espa?a; la no utilizaci¨®n del terrorismo como arma electoral, con la desaparici¨®n de las ruedas de prensa de pol¨ªticos para dar publicidad a operaciones policiales m¨¢s que cuestionables; o medidas claramente protectoras de la migraci¨®n que evite revictimizaciones de quienes huyen del terror; medidas de desarrollo educativo y participaci¨®n plural que eviten comportamientos islam¨®fobos... y, medidas que impongan responsabilidad a los responsables pol¨ªticos cuyas informaciones atemorizan y desinforman a la poblaci¨®n, por ejemplo.
Baltasar Garz¨®n es juez
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