Europa: la crisis mutante
En momento tan caliente, y donde se acumulan crisis de distinto cariz, la UE debe pensar fr¨ªamente en qu¨¦ hacer y qu¨¦ error evitar.
Entre otros da?os colaterales, la amenaza yihadista ha impuesto un giro de tuerca a la cultura pol¨ªtica de una UE desorientada, cuyas prioridades cambian a ritmo tan vol¨¢til que hace pensar que no las tiene. De la crisis financiera a la ¡°del euro¡± y de ah¨ª a la de ¡°deuda soberana¡± y ¡°Grexit¡±, para transitar deprisa a la ¡°crisis de la gobernanza financiera¡± que hizo visible el esc¨¢ndalo Luxleaks... Y sumergirse en la llamada ¡°crisis de los refugiados¡± s¨²bitamente transmutada en ¡°crisis de seguridad¡± a consecuencia de las masacres perpetradas en Par¨ªs y las alertas activadas en otras muchas capitales y el virtual estado de excepci¨®n que ha colapsado Bruselas durante m¨¢s de una semana.
Otros art¨ªculos del autor
Se ha puesto as¨ª de manifiesto la hasta ahora inadvertida vulnerabilidad de esta ciudad que es, simult¨¢neamente, la capital europea y de un Estado federal que en material policial act¨²a confederalmente, con cuerpos de seguridad descoordinados entre s¨ª, que ni hablan el mismo idioma ni comparten informaci¨®n ni inteligencia relevante para garantizar la seguridad a la que tiene derecho la ciudadan¨ªa europea. Y se ha expuesto como nunca el gueto en que las cohortes de la segunda y tercera generaci¨®n de inmigrantes de pa¨ªses de religi¨®n musulmana se prestan a una espiral destructiva y autodestructiva, mezcla de resentimiento y marginaci¨®n, por la que en las redes sociales enloquecen con mensajes de odio e instigaci¨®n a la violencia, islamizando as¨ª su sentimiento de exclusi¨®n hacia el fanatismo extremista que los conduce al terrorismo: matar y morir matando.
En momento tan caliente conviene pensar fr¨ªamente en qu¨¦ hacer y qu¨¦ error evitar. De cuanto todav¨ªa queda del mejor sue?o europeo, seguramente el espacio Schengen es su acervo m¨¢s preciado. Tristemente, a pesar de las promesas de que no suceder¨ªa, la libre circulaci¨®n de personas en las fronteras interiores entre los Estados miembros (EE MM) ha resultado la primera desaparecida en combate, a la luz del zafarrancho de controles en frontera, vallas, alambradas de espino y medidas policiales y militares arbitradas por los Gobiernos nacionales en una competici¨®n de desconfianza y p¨¢nico.
La libre circulaci¨®n de personas en las fronteras interiores entre los Estados miembros ha resultado la primera ¡®desparecida en combate¡¯
Mientras, una sucesi¨®n de frustrantes Consejos y cumbres extraordinarias recurre una vez m¨¢s al anuncio de cantidades virtuales. V¨¦anse esos 3000 millones de euros ¡ªen apariencia abultados, en realidad muy por debajo del objetivo proclamado¡ª para ¡°ayudar¡± a Turqu¨ªa a contener en su propio territorio (?y ¡°que no vengan a Europa¡±!) a dos millones y medio de refugiados sirios, externalizando as¨ª un drama humanitario al que la extrema derecha y el populismo identifican falsamente como una potencial amenaza a la seguridad europea. Olvidan que esos refugiados no son terroristas: huyen del mismo terror que nos ha golpeado en Madrid (2004), Londres (2006) y Par¨ªs (2015), torturando cruelmente a los propios musulmanes en Oriente Medio.
En otro movimiento equ¨ªvoco, se propala en toda Europa una ret¨®rica de ¡°guerra¡±. ?Qu¨¦ clase de ¡°guerra¡± es ¨¦sta, no declarada, sin cobertura de la legalidad internacional, sin objetivos ni medios proporcionados al fin de toda intervenci¨®n militar; sin estrategia respecto a qu¨¦ hacer con el territorio y personas hoy sometidas al Daesh (el llamado Estados Isl¨¢mico; ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s) al d¨ªa siguiente del despliegue de la fuerza? Y c¨®mo ignorar la gran cuesti¨®n irresuelta: ?Para cu¨¢ndo la efectiva comunidad de inteligencia de escala paneuropea, cuya informaci¨®n y an¨¢lisis hubiera podido contener ese yihadismo interior que habita ya entre nosotros, con terroristas que no vinieron de Siria porque han nacido en la UE y tienen pasaporte europeo? ?No debemos extremar la cooperaci¨®n policial y la coordinaci¨®n de cuerpos, poniendo en com¨²n ficheros y capacidades hasta ahora limitadas a las escalas nacionales?
Olvidan que esos refugiados no
son terroristas: huyen del mismo
terror que nos ha golpeado en
Madrid, Londres y Par¨ªs
La respuesta a estas urgencias exige recordar la ambici¨®n proclamada con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa y, con ¨¦ste, del Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia (arts. 67 a 89 TFUE). Un espacio europeo de Justicia Penal, una Fiscal¨ªa Europea (art.86 TFUE) y una posici¨®n com¨²n contra las amenazas de la criminalidad grave transfronteriza, cuya peor expresi¨®n es el terrorismo yihadista. Y un complementario espacio europeo de Inteligencia, cuyo embri¨®n ya prefigura la incipiente Pol¨ªtica de Defensa y Seguridad Com¨²n, y una diplomacia europea (ese Servicio Exterior y Alta Representante) que nos alinee primero en cada acci¨®n contra el ISIS... y sepa reparar despu¨¦s estructuras cuyo vac¨ªo ¡ªIrak, Libia, Siria¡ª ocupan los conflictos sectarios y el derramamiento de sangre.
Pero, luego, tras lo urgente, el desconcierto reinante nos hace topar de bruces con lo realmente importante: ?Qu¨¦ se propone hacer la UE, si alguna vez ¡°se hace mayor¡±? ?C¨®mo podemos entender, tras diez largos a?os encalladas, que se ¡°aceleren¡± ahora las negociaciones para la adhesi¨®n de Turqu¨ªa, ignorando sus tensiones y retrocesos democr¨¢ticos? ?Parece eso reflexivo, o fruto del p¨¢nico? ?Qu¨¦ haremos para que el Reino Unido recupere un compromiso de pertenencia europea? ?Es realista que Brexit no reabra de inmediato la secesi¨®n de Escocia, y a partir de ah¨ª lo dem¨¢s...? Y sobre todo... ?Es esta UE capaz de conjugar en serio el equilibrio libertad/ seguridad? ?Acaso no es lo que quiere la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, consagr¨¢ndolos en paridad en su art¨ªculo 6?
?Saldr¨¢ la UE de esta espiral mutante de crisis encadenadas? ?Habr¨¢ finalmente Europa despu¨¦s de esta glaciaci¨®n impuesta por la Gran Recesi¨®n que arranc¨® en 2008? ?Sabr¨¢ hacerlo a pesar de los estragos infligidos por el recetario abyecto de la austeridad recesiva? ?Renunciar¨¢ a hacerlo de espaldas a una ciudadan¨ªa cansada de tantas ¡°cumbres¡± y ¡°conclusiones¡± que no concluyen, tantos acuerdos ap¨®crifos en lenguaje de madera sobre cifras virtuales que nunca acaban de pasar de las musas al teatro... y Gobiernos nacionales cuyas actuaciones desmienten los acuerdos que dicen haber adoptado la madrugada anterior?
Juan F. L¨®pez Aguilar es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional y eurodiputado socialista. Fue presidente de la Comisi¨®n de Libertades, Justicia e Interior (2009-2014).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Atentado Par¨ªs 13-N
- Sala Bataclan
- Estado Isl¨¢mico
- Par¨ªs
- Atentados mortales
- Tiroteos
- Atentados terroristas
- Conflicto Sun¨ªes y Chi¨ªes
- Incidentes
- Islam
- Yihadismo
- Europa occidental
- Uni¨®n Europea
- Grupos terroristas
- Sucesos
- Pol¨ªtica
- Europa
- Organizaciones internacionales
- Terrorismo
- Religi¨®n
- Conflictos
- Finanzas
- Econom¨ªa
- Relaciones exteriores