Flaco favor a Argentina
Cristina Kirchner perjudica al pa¨ªs y complica a¨²n m¨¢s los retos de Macri
El kirchnerismo y su l¨ªder, la ya expresidenta Cristina Fern¨¢ndez, han declarado la guerra a su sucesor, el liberal Mauricio Macri, desde el primer d¨ªa de su mandato. As¨ª es como hay que entender el boicot de ayer al traspaso democr¨¢tico de poder, ordenando a sus fieles no asistir a la jura presidencial en el Congreso y neg¨¢ndose a imponer a Macri, como manda la tradici¨®n, la banda presidencial en la Casa Rosada.
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El acto de hostilidad, in¨¦dito en la historia argentina, no solo es un caprichoso desprecio de mal perdedor a las reglas del juego democr¨¢tico, esenciales para la convivencia pac¨ªfica de una sociedad, sino que agrava la divisi¨®n pol¨ªtica de Argentina y da?a la imagen exterior de la naci¨®n latinoamericana cuando m¨¢s necesita el respaldo internacional.
El gesto de Cristina Fern¨¢ndez augura una oposici¨®n frontal al nuevo Gobierno y la generaci¨®n de una tensi¨®n innecesaria para el desarrollo democr¨¢tico de Argentina. As¨ª las cosas, solo queda esperar que de las propias filas del peronismo surja un ala responsable y madura capaz de ejercer una oposici¨®n constructiva por el bien de todos los argentinos y con el respeto que merece una ciudadan¨ªa que ha optado libremente por el cambio.
Mal final de la presidenta saliente, por multitudinaria que fuese la despedida, e innecesario mal comienzo para su sucesor, que va a tener que desplegar una extraordinaria inteligencia y habilidad pol¨ªticas para pilotar el nuevo rumbo de Argentina. Adem¨¢s de luchar contra la pobreza y el narcotr¨¢fico ¡ªprioridades marcadas ayer por el presidente¡ª los males de la econom¨ªa necesitan remedios urgentes y exigir¨¢n paciencia y consenso en los objetivos. El primero de todos levantar el cepo (control) cambiario para ajustar el valor real del peso; despu¨¦s, controlar la inflaci¨®n, ya por encima del 28%; enseguida, atraer la inversi¨®n extranjera que permita aumentar las actualmente escu¨¢lidas reservas de divisas, y finalmente acabar con los excesos del proteccionismo kirchnerista.
Macri llega al poder con una Argentina ¡°cansada de enfrentamientos in¨²tiles¡±, como dijo ayer, y que desea un cambio tranquilo. Las expectativas son altas; cumplirlas exigir¨¢ unidad y respeto a la transparencia y a las reglas democr¨¢ticas. Que no las defraude el rencor, la prepotencia, la corrupci¨®n y otros vicios de la vieja pol¨ªtica.
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