?Estamos dando una respuesta adecuada al desplazamiento forzado?

Tras los tr¨¢gicos atentados terroristas acaecidos en Paris el 13 de Noviembre y en el medio de la Cumbre sobre el Cambio Clim¨¢tico (COP21), la llamada ¡°crisis de los refugiados en Europa¡± ha pasado a un segundo o tercer plano de la atenci¨®n medi¨¢tica sin que en modo alguno tenga visos de haber sido resuelta. Pero el problema contin¨²a y se agrava con el advenimiento del invierno inclemente. Est¨¢ generando una crisis humanitaria al interior del viejo continente y supondr¨¢ una nueva modalidad de influjo poblacional sin precedentes en Europa tras la Segunda Guerra Mundial al que habr¨¢ que dar respuestas imaginativas de corto, mediano y largo plazo.

Se estima que en 2016 el n¨²mero de refugiados y solicitantes de asilo que llegara a Europa ascender¨¢ a casi 2.5 millones de personas.Mientras tanto se empantanan cada vez m¨¢s las decisiones de acogida y reubicaci¨®n en kafkianos laberintos burocr¨¢ticos que hacen virtualmente imposible la expresi¨®n de la respuesta solidaria m¨¢s presente entre la poblaci¨®n que en los gobiernos. Adem¨¢s, el flujo de personas que huyen del conflicto, la persecuci¨®n, la devastaci¨®n de sus casas y lugares de vida, sea en Siria, en Iraq, en Afganist¨¢n o en Somalia, va en aumento,

La eficacia de las acciones para resolver los conflictos es a todas luces insuficiente. Por el contrario, se intensifica la confrontaci¨®n, no se aborda la verdadera ra¨ªz de los problemas y con ello prosiguen las reverberaciones destructivas que siguen creando las condiciones de base para este inusitado fen¨®meno demogr¨¢fico, social, econ¨®mico y pol¨ªtico. Pero esta crisis de los refugiados no es algo que solo afecte a Europa. El fen¨®meno observado durante los ¨²ltimos meses en esta parte del mundo es solo la punta de un iceberg de mucha mayor magnitud.

El escenario es ciertamente sombr¨ªo. Estamos ante un verdadero caldo de cultivo que genera una migraci¨®n forzada de proporciones masivas cuyas necesidades no est¨¢n siendo debidamente atendidas. Hay una creciente afectaci¨®n de la poblaci¨®n civil en las situaciones de guerra, conflictos, violencia y acciones terroristas. La necesidad de sobrevivir huyendo a cualquier precio de la destrucci¨®n y del horror es cada vez mayor. Hay una falta de esperanza y una desesperaci¨®n rampante en millones de personas sujetas a estas vicisitudes.

Al mismo tiempo hay una incapacidad del Sistema Internacional de Gobernanza para la Paz y la Seguridad para resolver conflictos y para evitar que las hostilidades, la guerra y la disrupci¨®n de la vida cotidiana se conviertan en una realidad que se prolonga indefinidamente. El sistema de asistencia humanitaria est¨¢ siendo desbordado a todos los niveles (mundial, regional y nacional). Por si fuera poco, hay una gran insensibilidad, falta de solidaridad y par¨¢lisis de las instituciones ante la dram¨¢tica situaci¨®n que se vive en estos momentos.

Las instituciones internacionales despiertan lentamente de su letargo y empiezan por fin a reaccionar. Por ejemplo, el 31 Octubre del 2015, dos semanas antes del oscuro Viernes 13 de Noviembre en Paris, se produjo una declaraci¨®n conjunta del Secretario General de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon y del Presidente del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, sobre el impacto de los conflictos contempor¨¢neos sobre la poblaci¨®n civil. De alguna inefable manera resultar¨ªa premonitoria. En su declaraci¨®n planteaban: ¡°El mundo ha llegado a un punto de inflexi¨®n. ?Ya basta! Es fundamental respetar la ley humanitaria internacional a fin de detener el caos y prevenir la inestabilidad¡±.

En esa oportunidad hicieron un llamamiento a la acci¨®n urgente y concreta para aliviar el sufrimiento humano y la inseguridad, Destacaron que los conflictos se han tornado m¨¢s prolongados, lo cual hace que muchas personas desplazadas enfrenten la separaci¨®n de sus hogares, comunidades y medios de vida por periodos largos de varios a?os.

Los dos l¨ªderes enfatizaron el hecho de que la ONU y el CICR ocupan una posici¨®n ¨²nica en lo relativo al an¨¢lisis y documentaci¨®n de las consecuencias de los conflictos y juegan un papel de testigos activos de los abusos cometidos. Afirmaron que el principio de humanidad est¨¢ en el centro tanto de la carta de las Naciones Unidas como del mandato y la misi¨®n del CICR. Asimismo, se?alaron que tanto la 32¡ã Conferencia Internacional de la Cruz Roja y la media Luna Roja en Diciembre del 2015 como la Cumbre Mundial Humanitaria de Mayo del 2016 se centraran en la urgencia de tomar medidas concretas para proteger a la poblaci¨®n civil en situaciones de conflicto

Solicitaron a los Estados que tomen medidas como las que se enuncian a continuaci¨®n. Redoblar esfuerzos para encontrar soluciones sostenibles a los conflictos y dar pasos concretos para resolverlos. Usar todos los medios posibles, individual y colectivamente, para influir sobre las partes de los conflictos armados para que respeten la ley, incluida la realizaci¨®n de investigaciones eficaces cuando se rompen los principios de la ley humanitaria internacional, sometiendo a rendici¨®n de cuentas a los perpetradores de las ofensas y desarrollando mecanismos concretos para mejorar el cumplimiento de las normas. Condenar a aquellos que cometan violaciones serias a la ley humanitaria internacional, tales como ataques a la poblaci¨®n civil o a las infraestructuras civiles. Garantizar un acceso sin restricciones a las misiones m¨¦dicas y humanitarias y proteger las instalaciones y a los trabajadores de la salud y humanitarios. Proteger y asistir a las personas desplazadas internas y a los refugiados mientras huyen de la inseguridad y ayudarles a encontrar soluciones duraderas al mismo tiempo que se brinda apoyo a las comunidades y a los pa¨ªses receptores. Detener el uso de armas explosivas pesadas en ¨¢reas densamente pobladas.

?Pero que queda de todo esto al decantar las palabras? Lamentablemente una sensaci¨®n de minimalismo e impotencia por parte de los entes que deber¨ªan ser los faros de la conciencia de la paz y el humanitarismo en el mundo, de las instituciones que hemos construido para esos prop¨®sitos tras la Guerra de Crimea (CICR) y la Segunda Guerra Mundial(ONU) . Curiosamente su llamamiento es a humanizar la guerra m¨¢s que a combatirla o erradicarla. Hay una aceptaci¨®n de facto de la falta de rendici¨®n de cuentas ante las violaciones a la ley internacional humanitaria. Se asume que los sistemas de gobernanza internacional son inoperantes en materia de construcci¨®n de la paz, de fortalecimiento de la seguridad y de protecci¨®n y atenci¨®n a refugiados. Hay una aceptaci¨®n de la insuficiencia de los mecanismos y recursos para brindar asistencia humanitaria. En suma, estamos ante un acto de resignaci¨®n ante las dificultades de construir la paz y resolver los conflictos armados.

?Qu¨¦ es lo que ocurre en Europa?

Para Europa lo que antes era un fen¨®meno lejano se ha tornado en una realidad muy pr¨®xima Los estudios m¨¢s recientes efectuados por ACAPS sobre los refugiados, solicitantes de asilo y otros migrantes que entran a la Uni¨®n Europea por tierra y mar sin autorizaci¨®n revelan que en 2015 la cifra asciende a cerca de 800,000 personas. Un fen¨®meno no visto tras el gran exilio republicano espa?ol a Francia en 1939 y luego desde que concluyera la Segunda Guerra Mundial. El distante caos, resultado de un mundo en conflagraci¨®n, est¨¢ hoy a las puertas de la fortaleza. Adem¨¢s hay casi 2,5 millones de refugiados asentados en Turqu¨ªa.

La ruta inicial desde ?frica del norte hacia Italia se ha desplazado hacia una ruta en la que la gente viaja a trav¨¦s de Grecia y luego de los Balcanes occidentales para llegar a destinos situados en la Europa n¨®rdica y occidental. Esto se refiere ¨²nicamente a la entrada no autorizada en Europa. Adem¨¢s de las personas que huyen de los pa¨ªses en conflicto hay muchos otros migrantes que no son considerados prima facie como refugiados. En 2012 y 2013 alrededor de 2,5 millones de inmigrantes entraron en Europa legalmente y lo m¨¢s probable es que la cifra sea semejante en 2015.

Al 5 de noviembre, Grecia hab¨ªa recibido el n¨²mero m¨¢s alto de ingresos no autorizados de personas que se haya observado en d¨¦cadas. M¨¢s de 650.000 personas han llegado a trav¨¦s del mar en 2015. Tan solo en el mes de octubre 218.000 personas cruzaron el Mediterr¨¢neo. La Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM) ha apuntado que los n¨²meros diarios que se han observado en las ¨²ltimas semanas superan los n¨²meros m¨¢s altos observados durante los d¨ªas de verano cuando se produce, habitualmente, un n¨²mero mayor de llegadas por el cruce por v¨ªa mar¨ªtima . En el mismo periodo, 141.000 personas llegaron a Italia, casi 4.000 a Espa?a y 102 a Malta. Se estima que cuando menos 3.445 migrantes fallecieron intentando efectuar la traves¨ªa. M¨¢s del 93% proven¨ªan de los diez pa¨ªses que generan m¨¢s refugiados en el mundo y el 60% era de Siria.

El 25 de octubre se reunieron en Bruselas algunos l¨ªderes europeos de los pa¨ªses m¨¢s afectados. Estuvieron presentes los l¨ªderes de Albania, Austria, Bulgaria, Croacia, Macedonia, Alemania, Grecia, Hungr¨ªa, Rumania, Serbia y Eslovenia. Acordaron un marco de cooperaci¨®n, se comprometieron a consultar entre s¨ª, y decidieron poner en marcha diecisiete medidas operativas para atajar la crisis en la Regi¨®n. Plantearon que los desaf¨ªos que supone la ruta migratoria de los Balcanes occidentales no se resolver¨¢n con acciones nacionales y que solo una acci¨®n colectiva, transfronteriza, basada en la cooperaci¨®n podr¨¢ tener ¨¦xito. Las medidas acordadas comprenden acciones en materia de intercambio de informaci¨®n de forma permanente, limitaci¨®n de movimientos secundarios, brindar apoyo a los refugiados y dotarles de cobijo y descanso, gesti¨®n conjunta de los flujos migratorios, gesti¨®n de fronteras, contenci¨®n del tr¨¢fico y contrabando de personas, diseminaci¨®n de informaci¨®n sobre derechos y obligaciones de los refugiados y migrantes y monitoreo de la situaci¨®n.

Sin embargo, tras el estancamiento de las decisiones sobre redistribuci¨®n de los refugiados que ingresaron a Grecia, Italia y Hungr¨ªa a los dem¨¢s pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y tras los actos terroristas del 13 de noviembre en Paris, muchos gobiernos han retrocedido en sus posiciones y estas medidas acordadas se han debilitado o bien no se han puesto en marcha plenamente.

Una mirada a la crisis a trav¨¦s de la respuesta a las necesidades sanitarias de los refugiados, solicitantes de asilo y otros migrantes en Europa

Cuando miramos a esta poblaci¨®n bajo la ¨®ptica de sus necesidades sanitaria observamos que hay un efecto combinado de necesidades agudas cr¨ªticas que requieren intervenciones humanitarias as¨ª como un cumulo de necesidades de salud que requieren acceso permanente a la atenci¨®n a la salud integral y a las intervenciones de salud p¨²blica que proveen los sistemas sanitarios en los pa¨ªses.

Hay que dar una respuesta solidaria y humana. Hay que apostar por el rescate y el auxilio. Hay que construir puentes y no vallas

De hecho esta dimensi¨®n ha sido motivo de gran preocupaci¨®n por parte de las autoridades sanitarias de los pa¨ªses y las organizaciones internacionales, lo cual motivo que hace una semana, el 23 y 24 de noviembre, se produjera en Roma una reuni¨®n de alto nivel sobre la salud de los refugiados y los migrantes en Europa, auspiciada por la Oficina Europea de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y el Gobierno de Italia. Estuvieron en ella presentes autoridades sanitarias de pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses europeos y en muchos casos las delegaciones estuvieron encabezadas por los propios ministros de salud. Por cierto, una de las pocas ausencias fue la del Gobierno de Espa?a que, lamentablemente, no estuvo representado por ninguna persona.

La reuni¨®n permiti¨® intercambiar y contrastar experiencias pero sobre todo arribar a un marco europeo de actuaci¨®n conjunta entre cuyos aspectos sobresalen los siguientes. Resulta fundamental garantizar el bienestar de las personas en tr¨¢nsito y hacer valer el derecho a la salud como un derecho fundamental. Hay que alentar el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de las personas. Es crucial garantizar el acceso a los servicios de salud de calidad donde y cuando los requieran. Hay que tomar en cuenta la diversidad religiosa, ling¨¹¨ªstica y cultural de las poblaciones de refugiados tanto para el dise?o como para la puesta en marcha de acciones de salud p¨²blica y dispositivos de asistencia sanitaria. Cuando sea necesario habr¨¢ que propiciar contar con servicios de mediaci¨®n cultural e interpretaci¨®n. Es necesario poner en marcha pol¨ªticas y sistemas de salud que sean sensibles a los migrantes. Hay que capacitar a los trabajadores de la salud, especialmente a los equipos de atenci¨®n primaria, para que sepan enfrentar los desaf¨ªos interculturales los perfiles epidemiol¨®gicos y las conductas con relaci¨®n a la salud de los migrantes, refugiados y minor¨ªas ¨¦tnicas.

Es fundamental tomar en cuenta que el flujo migratorio que atraviesa el Mediterr¨¢neo europeo y los Balcanes occidentales presenta necesidades en materia de prevenci¨®n de la violencia, enfermedades no transmisibles, salud mental, enfermedades respiratorias agravadas por la inclemencia del invierno, salud sexual y reproductiva, enfermedades transmisibles, inmunizaciones y atenci¨®n materno infantil. No debe perderse de vista el hecho de que la interrupci¨®n de la atenci¨®n continuada como consecuencia del ¨¦xodo puede tener un gran impacto en materia de enfermedades cr¨®nicas. Hay que entender que la adaptaci¨®n de los Sistemas Sanitarios para la atenci¨®n adecuada de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo no es simple, requiere enfoques multisectoriales, transformaciones del modelo de atenci¨®n, recursos y formaci¨®n del personal.

Se estima que al menos 3.445 migrantes fallecieron intentando efectuar la traves¨ªa por el Mediterr¨¢neo

En Roma se destac¨® el hecho de que los migrantes y refugiados no representan una amenaza a la seguridad sanitaria de las comunidades que les acogen, que si bien es importante redoblar esfuerzos en materia de vigilancia epidemiol¨®gica, los ex¨¢menes obligatorios y el tamizaje no son necesarios y deben ser desmitificados. Se subray¨® tambi¨¦n la importancia de dar atenci¨®n prioritaria a los esfuerzos en materia de comunicaci¨®n para disipar miedos y percepciones falsas. Se hizo hincapi¨¦ en que en algunos pa¨ªses la respuesta a estas necesidades sanitarias tiene que contar con el apoyo de las ONGs y que ser¨¢ crucial en todos los casos el fortalecer las capacidades nacionales de los sistemas p¨²blicos de salud en el nivel local.

?Qu¨¦ hacer en medio de esta debacle?

Las decisiones sobre los refugiados y solicitantes de asilo que ingresan a Europa se empantanan en discusiones eternizadas y t¨¢cticas dilatorias. Las instituciones Mundiales, Europeas y Nacionales est¨¢n reaccionando tarde y con tibieza El invierno est¨¢ llegando m¨¢s r¨¢pido que las decisiones sujetas a deliberaciones interminables y purismos legales inauditos. Necesitamos m¨¢s solidaridad en el proceso de acogida y reubicaci¨®n de los refugiados y solicitantes de asilo que llegan al viejo continente.

Es imperativo montar un dispositivo humanitario transfronterizo, bien coordinado, eficaz, que se anticipe a la inclemencia de la estaci¨®n invernal y que ofrezca una respuesta integral que otorgue protecci¨®n, asistencia sanitaria, alimentaci¨®n, techo y abrigo, agua y saneamiento b¨¢sico. Quienes huyen del horror y transitan por pa¨ªses del Mediterr¨¢neo y de los Balcanes Occidentales para tratar de llegar a latitudes m¨¢s al norte en Europa, que se convertir¨¢n en sus lugares de destino, no tienen que perecer en la traves¨ªa ni sufrir innecesariamente. No hay por qu¨¦ esperar a tener a una crisis humanitaria en los Balcanes Occidentales y el Mediterr¨¢neo Europeo. El problema alcanzara en 2016 proporciones mucho mayores. Miles de personas en situaciones de precariedad y adversidad llegaran a diario buscando huir del infierno en la tierra.

La Comunidad Internacional tiene que ir a la ra¨ªz de los problemas y apostar mucho m¨¢s por la resoluci¨®n de los conflictos cr¨®nicos que han desatado estas migraciones forzadas. Es el momento de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tome cartas en el asunto y vea este problema como una amenaza a la seguridad humana despoj¨¢ndose de su estrecha visi¨®n puramente geopol¨ªtica y militar. Es tiempo de que los mecanismos humanitarios de las Naciones Unidad y otros actores relevantes asuman el compromiso y la responsabilidad ante estos nuevos desaf¨ªos y de que el ACNUR y otras instituciones del Sistema den un salto paradigm¨¢tico en su capacidad de respuesta. Es menester que la Uni¨®n Europea actu¨¦ a la altura de los valores que le han dado origen y supere las desavenencias y la xenofobia de varios de sus miembros. Es el momento de un gran acuerdo de colaboraci¨®n entre Turqu¨ªa y la Uni¨®n Europea en esta materia.

Es posible anticiparse al ¨¦xodo y montar un operativo de protecci¨®n y atenci¨®n que prevenga la crisis y humanice el trato a los refugiados, que no haga necesario tener que rescatar n¨¢ufragos o que testimoniar el ahogamiento de ni?os inocentes que perecen en el intento de cruzar el Mediterr¨¢neo. Hay que dar una respuesta solidaria y humana. Hay que apostar por el rescate y el auxilio. Hay que construir puentes y no vallas. Hay que extender la mano a quien hoy lo necesita porque huye de la adversidad. Es el momento de dar cobijo y respuesta a las necesidades b¨¢sicas m¨¢s apremiantes de decenas de miles de personas desamparadas que lo han perdido todo y que buscan una oportunidad para salir adelante.

Daniel L¨®pez Acuna es experto independiente en salud p¨²blica, sistemas de salud, salud de los migrantes,asistencia humanitaria y cooperaci¨®n al desarrollo. Durante 30 a?os trabajo para el Sistema de las Naciones Unidas y desempe?o altos cargos en la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.