Seducci¨®n ¨ªntima
Con la complicidad de una generaci¨®n que demanda lencer¨ªa sofisticada y ¡®sexy¡¯, el sector de la ropa interior se ha consolidado como uno de los m¨¢s pr¨®speros de la moda
Para Ana, el mejor regalo no est¨¢ a la vista. A sus 17 a?os, en vaqueros y zapatillas deportivas, prefiere las bragas de encaje o de tul a las de algod¨®n de toda la vida. Un buen picard¨ªas a un esquijama, un top transparente a una camiseta de tirantes y un sujetador de balc¨®n a uno deportivo de esos que no llevan costuras. Como muchas de sus amigas, es consumidora voraz de ropa interior (barata y) sofisticada, de lencer¨ªa fina, y opta por unas braguitas con estampado de leopardo en vez de las que usaba su madre a su edad: aquella moda importada desde Estados Unidos en los a?os ochenta que en suave algod¨®n marcaba los d¨ªas de la semana estampados en el trasero. Hoy los ¨¢ngeles ya no son de Charlie, sino de Victoria¡¯s Secret.
La relaci¨®n de las mujeres con estas prendas ha cambiado dr¨¢sticamente en las ¨²ltimas ¨¦pocas. Hace tiempo que la lencer¨ªa sali¨® del armario para convertirse en una herramienta m¨¢s del vestir femenino. Basta con pasearse por cualquier zona comercial de una gran ciudad para observar c¨®mo en la ¨²ltima d¨¦cada se ha producido una metamorfosis en su consumo. Las tiendas dedicadas a la segunda piel femenina se multiplican robando protagonismo a los escaparates de ropa con marcas que explotan (con diferentes enfoques, tradiciones y precios) este nuevo fest¨ªn de posibilidades ¨Cy personalidades¨C femeninas. De Women¡¯Secret, Intimissimi y Oysho a TCN, Wolford, Eres, Kiki de Montparnasse, Agent Provocateur o la mencionada Victoria¡¯s Secret, marca emblem¨¢tica que organiza cada a?o un evento que se antoja como un superlativo s¨ªmbolo de este boom ¨ªntimo.
El desfile que la compa?¨ªa emite desde Nueva York en horario de m¨¢xima audiencia a 192 pa¨ªses es, adem¨¢s del espect¨¢culo de moda m¨¢s seguido del planeta, la excusa perfecta para que medios de comunicaci¨®n de todo el mundo puedan colar las im¨¢genes de supermodelos ligeras de ropa entre las noticias m¨¢s vistas del d¨ªa.
Como apunta Giorgia Fuini, jefa del departamento de dise?o de corseter¨ªa de Intimissimi, firma perteneciente al grupo italiano Calzedonia, la lencer¨ªa sofisticada y sexy ha existido siempre, ¡°pero nunca ha sido tan accesible como ahora¡±.
¡°Cuando Intimissimi entr¨® en el mercado en 1996, apenas hab¨ªa marcas de lencer¨ªa con un sistema de tiendas propias, al estilo de las grandes cadenas de moda, que pudieran hacer accesible al p¨²blico en general una ropa interior con una est¨¦tica cuidada¡±, a?ade. La misma est¨¦tica que ha aupado a Oysho, la marca del imperio de Amancio Ortega dedicada a la ropa ¨ªntima, a un crecimiento continuado en las cuentas de resultados. Una tendencia alentada por costumbre ¨Csacar al exterior la ropa interior¨C de la que han sido pioneros Jean Paul Gaultier o Dolce & Gabbana: ¡°Se ha convertido en algo habitual¡±, afirman desde Oysho, ¡°lucir looks lenceros o night dresses y ropa interior como bodis y crop tops para la calle¡±. Es decir, sacar a relucir sin complejos los pa?os menores.
La mujer de mediana edad suele optar por formas m¨¢s cl¨¢sicas. Pero las adolescentes se atreven con todo¡±
El auge de las l¨ªneas de lencer¨ªa sofisticada responde sin embargo a algo que va m¨¢s all¨¢ de una moda pasajera. Seg¨²n el Informe econ¨®mico sobre lencer¨ªa, corseter¨ªa y ba?o, elaborado con datos proporcionados por el Centro de Informaci¨®n Textil y de la Confecci¨®n ?(Cityc), los espa?oles gastaron en 2014 casi mil millones de euros en estos art¨ªculos: 539 millones de euros correspondieron a lencer¨ªa, y 243 millones, a piezas de corseter¨ªa. La prenda m¨¢s demandada fue el sujetador, con m¨¢s de 43 millones de unidades adquiridas por las espa?olas, lo que supuso un gasto de 201 millones de euros. Le sigue la ropa de dormir (200 millones de euros); las bragas (159), slips y calzoncillos; albornoces, batas y similares (69); fajas-sost¨¦n (42) y, por ¨²ltimo, las combinaciones y enaguas (5 millones de euros).
Para Eduardo Zamacola, presidente de la Asociaci¨®n Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex), la lencer¨ªa es una categor¨ªa que est¨¢ teniendo ¡°un repunte importante y evidencia un cambio de tendencia en el consumo¡±.
Empujado por los datos estad¨ªsticos, en 2014 El Corte Ingl¨¦s abri¨® en la calle de Serrano de Madrid una gran tienda de lencer¨ªa con m¨¢s de 50 marcas en un espacio de 700 metros cuadrados. Fue la respuesta del gigante espa?ol a un mercado que no paraba de crecer. En la planta baja, llamada The Gallery, se ofrecen los dise?os m¨¢s atrevidos. Un gancho que atrae a todos los p¨²blicos. ¡°Lo sofisticado y seductor capta la atenci¨®n tanto de las mujeres como de los hombres, que, por cierto, cada d¨ªa regalan con m¨¢s frecuencia este tipo de prendas a sus parejas¡±, asegura Yolanda Beneitez Ant¨®n, directora de compras de moda ¨ªntima y ba?o de El Corte Ingl¨¦s. Seg¨²n sus datos, el gasto medio en 2015 por comprador ha sido de 58,65 euros, ¡°manteni¨¦ndose estable respecto al a?o anterior¡±.
Giorgia Fuini, de Intimissimi, achaca el inter¨¦s entre las adolescentes a su mayor acceso a este tipo de productos y a Internet. Coincide con Beneitez Ant¨®n en que este fen¨®meno es algo nuevo. ¡°Las adolescentes de hoy est¨¢n infinitamente m¨¢s informadas gracias, entre otras cosas, a las redes sociales y son unas magn¨ªficas cazadoras de tendencias que dan mucha importancia a su imagen¡±. Es decir, son menos mojigatas que sus madres. ¡°Rotundamente s¨ª. Pero en esto tiene mucho que ver la informaci¨®n que tienen y manejan. Adem¨¢s son chicas sin complejos y quieren probar todo tipo de propuestas. Generalmente, la mujer de mediana edad opta por colores tranquilos y formas que son m¨¢s cl¨¢sicas y tradicionales. Pero las adolescentes se atreven con todo¡±.
Sin embargo, aclara Giorgia Fuini, el crecimiento de ventas m¨¢s importante se da en el p¨²blico adulto. ¡°Para m¨ª, las clientas j¨®venes de hace 20 a?os son ahora las mujeres adultas, pero m¨¢s frescas¡±. Puede que las nuevas generaciones sean m¨¢s atrevidas con la ropa interior, pero las colecciones de su marcan ¡°hablan tambi¨¦n a un p¨²blico m¨¢s maduro¡±, a?ade la italiana.
Una clientela exigente demanda unas prendas que deben conjugar la fantas¨ªa con las particularidades del cuerpo de una mujer. En este sentido, un buen sost¨¦n es el mayor reto al que se enfrenta una marca. ¡°En Intimissimi decimos que hay una especie de arquitectura del sujetador. Su tiempo de producci¨®n es de unos 25 minutos, pero si tenemos en cuenta el estudio, la investigaci¨®n y el trabajo sobre prototipos, podemos hablar de unos seis meses, a veces incluso de un a?o, para dise?ar nuevos e innovadores productos b¨¢sicos¡±, explica Fuini.
Seg¨²n Sarah Shotton, directora creativa desde 2010 de Agent Provocateur, la dificultad t¨¦cnica que encierran las prendas ¨ªntimas obliga a muchos meses de pruebas antes de lanzar un producto. ¡°Se tarda mucho en producir un modelo nuevo de sujetador; en realidad, desde que lo dise?amos hasta que llega a la tienda pueden pasar hasta una o dos temporadas¡±.
Precisamente Agent Provocateur, la marca fundada en 1994 por Joe Corre y Serena Rees, es un ejemplo del cambio de paradigma en el mundo de la lencer¨ªa. Convertida hoy en una firma global, cuando abri¨® su primera tienda, en el Soho londinense, jug¨® una baza fundamental: la del sexo y el humor. La firma introduc¨ªa ligueros, ligas, cors¨¦s, juguetes er¨®ticos y, en definitiva, ropa ¨ªntima m¨¢s propia de un peep show que del sal¨®n de una casa. Con un aire glamuroso y retro, su acierto no solo fue cuidar los tejidos y los dise?os, divertidos y provocativos, sino convertir sus tiendas en escenarios que, en lugar de intimidar, invitaban a entrar a mujeres de todas las edades para gastarse el dinero en ?pezoneras de lentejuelas! hasta sentirse las perfectas pin-ups.
En marzo de 2014, los beneficios de Agent Provocateur fueron un 36% superiores a los del a?o anterior, la venta online creci¨® un 30% y abrieron nuevas tiendas en Par¨ªs (tres locales nuevos), Cannes, Estrasburgo, Toronto, Shangh¨¢i, Pek¨ªn, M¨¦xico DF, Atlanta y Mosc¨². La firma, puntera en campa?as de publicidad que mezclan la ficci¨®n er¨®tica con sus colecciones, present¨® en 2008 The four dramas of Miss X, protagonizado por Kate Moss y dirigido por Mike Figgis, y en 2013, un spot realizado por Pen¨¦lope Cruz. Para Sarah Shotton, cuando la marca sali¨® al mercado se posicion¨® velozmente gracias a la nueva imagen femenina que ofrec¨ªan.
¡°M¨¢s positiva y m¨¢s poderosa, pero con ese sentido del humor brit¨¢nico que est¨¢ en nuestro ADN¡±, explica Shotton, que habla del cine y de la m¨²sica como fuentes de inspiraci¨®n para unas colecciones que buscan ¡°enfatizar las curvas femeninas¡±. ¡°La lencer¨ªa es maravillosa porque te permite expresar partes muy diferentes de tu personalidad. Nosotros tenemos conjuntos muy picantes, otros m¨¢s juguetones y tambi¨¦n muy recatados, depende de si una se siente seductora, malota o la chica de al lado¡±.
El mensaje que se lanza desde la nueva ropa ¨ªntima suele interpretarse en clave de poder y autoestima. Hoy la ropa interior ya no es un regalo para el hombre, sino para la propia mujer. Un arma er¨®tica, de confianza, de seducci¨®n y de protecci¨®n, cuyo fin es tan est¨¦tico y estrat¨¦gico como psicol¨®gico.
Lejos del gran consumo surgen tambi¨¦n propuestas minoritarias, exquisitas y artesanales como Botica, ¡°marca de sutil lencer¨ªa y erotismo¡± creada por la mexicana afincada en Madrid Andrea Pimentel.
Su trabajo es un ejemplo perfecto de c¨®mo la lencer¨ªa toca tanto nuestra piel como nuestra imaginaci¨®n. Apenas diez piezas transparentes, de tul de seda, y altamente sensuales que recuerdan que ¡°vestir por dentro es uno de los deleites m¨¢s ¨ªntimos y er¨®ticos de la mujer¡±. Series numeradas y de poca tirada, de entre 135 y 300 euros, que muestran una mirada po¨¦tica, delicada y desprejuiciada.
Para Pimentel, la ropa interior es ¡°liberadora¡±. Una sensaci¨®n bien distinta a la legendaria ¡°quema del brassiere¡± de las feministas de los a?os sesenta. El sujetador, aquella ¡°invenci¨®n absurda¡± que denunci¨® Germaine Greer, tal vez ya no represente ni el mal ni la opresi¨®n masculina. Como explic¨® la profesora estadounidense Abigail Rine en un c¨¦lebre art¨ªcu?lo sobre feminismo publicado en The Atlantic en 2013, ¡°lo cierto es que nunca he quemado un sujetador y probablemente nunca lo haga: sencillamente, son demasiado caros¡±.
elpaissemanal@elpais.es
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