Votar en libertad

Soy malague?o y escribo desde Washington, donde llevo 20 a?os, para mandar un mensaje de orgullo por mi abuela, de 95 a?os, que el domingo vot¨® una vez m¨¢s en las elecciones generales de Espa?a. Es un ejemplo a seguir para toda la juventud que, a veces, no parece entender el privilegio que es el poder votar libremente y ser parte de un pa¨ªs democr¨¢tico como Espa?a o Estados Unidos. Cuando era joven, el franquismo la conden¨® a la c¨¢rcel por su relaci¨®n con el Partido Comunista. Sobrevivi¨® a ese calvario y a los largos a?os de la dictadura. Ahora lleva varios a?os sin salir de casa, pero el domingo nadie pudo pararla. Pidi¨® que la vistieran con su mejor ropa y que, en su silla de ruedas, la llevaran a votar en el barrio de El Palo, en M¨¢laga, para ejercer su derecho. Gracias, abuela, por ser un ejemplo a seguir para todos los ciudadanos.¡ª Nacho Mingorance. Washington (Estados Unidos).

?Qu¨¦ est¨¢ ocurriendo para que una forma de participaci¨®n democr¨¢tica sea la de manipular las papeletas? Intento ponerme en el puesto de aquellas personas que van a los colegios electorales para emborronar la papeleta que van a introducir en la urna. ?Hay alg¨²n mensaje constructivo en esa conducta? Las papeletas nulas me parecen actos de vandalismo silencioso, de ataque a las instituciones democr¨¢ticas. El des¨¢nimo, la decepci¨®n, la indignaci¨®n, el derecho a que se haga justicia y las reivindicaciones leg¨ªtimas tienen que encontrar formas constructivas de expresarse para que lleguen a ser efectivas en un Estado democr¨¢tico y de derecho. Las papeletas nulas y los alborotadores callejeros pretenden acaparar la atenci¨®n para que lo importante de verdad quede en un segundo plano, son las dos caras de una misma moneda. Reivindico las formas limpias de hacer pol¨ªtica.¡ª Geni Bola?os.