Olv¨ªdate de 2016 y ve haciendo planes para 2099
?Nos fundiremos con los robots o entraremos en guerra con ellos??Podremos vivir eternamente? 'El futuro?logo de Google', Raymond Kurzweil, hace sus predicciones sobre los pr¨®ximos 100 a?os
?Pueden las ma?quinas pensar como los humanos? ?Cua?ndo nos van a superar en inteligencia? ?Seremos capaces de dominarlas o sucumbiremos bajo su dominio? La ciencia ficcio?n lleva an?os representando estos dilemas en fantasi?as tirando a apocali?pticas, pero la ciencia cada vez encuentra respuestas ma?s ra?pidas y eficaces que nos hacen pensar que ese futuro imaginado ya esta? entre nosotros. Hace unos pocos di?as, un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto anunciaba su u?ltimo logro: que una ma?quina replicase el sistema de aprendizaje de un nin?o. Esto es: que en lugar de precisar de muchos datos para relacionarlos con algoritmos, la ma?quina fuera capaz de reconocer las cosas a partir de un u?nico ejemplo. Su punto de partida ha sido la escritura a mano, pero ya se vislumbran las infinitas posibilidades del proyecto.
Hay un hombre que suen?a con esto cada di?a. Con el futuro. Es Raymond Kurzweil, conocido como ¡°el futuro?logo de Google¡±. Este experto en Inteligencia Artificial (IA) ostenta desde 2012 el cargo de jefe de Ingenieri?a en el gigante de Mountain View. Y viene haciendo predicciones con un alti?simo nivel de acierto desde hace 30 an?os. Predijo la cai?da de la URSS, la victoria de la supercomputadora Deep Blue sobre el ajedrecista Ka?sparov y el crecimiento del uso de Internet y las herramientas de bu?squeda cuando au?n Internet era una herramienta difi?cil de usar y vaga en contenido. A sus 67 an?os, Kurzweil toma a diario 100 pi?ldoras de suplementos vitami?nicos (hasta hace poco eran 350) con la idea de vivir hasta que pueda trasladar todo su cerebro a un ordenador y asi? alcanzar la inmortalidad. Suponemos que acabara? reduciendo su co?ctel de pastillas a dos: la roja o la azul. Como en Matrix: abrazar la dolorosa verdad o seguir alimentando la ilusio?n, vivir en el mundo real o entregarse por completo al virtual. Afrontar, en definitiva, la disyuntiva a la que se dirige el planeta entero. Segu?n e?l, el primer paso hacia la inmortalidad sera? la aparicio?n de nanorobots que nos curara?n desde dentro y alargara?n nuestra esperanza de vida hasta que podamos trasladarnos a un recipiente ma?s duradero.
No todos los cienti?ficos esta?n de acuerdo con algunas de sus predicciones. ¡°Eso si?, ha sido la cara media?tica de la inteligencia artificial y mediante su discurso ha atrai?do muchos inversores a este campo¡±, asegura Ulises Corte?s, catedra?tico de IA en la Universidad Polite?cnica de Catalun?a e investigador en el Supercomputing Center de Barcelona, que cuenta con uno de los superordenadores ma?s potentes de Europa. Desde que en 1950 Alan Turing (uno de los padres de la computacio?n) propusiese el denominado test de Turing, una prueba de habilidad en la cual una ma?quina deberi?a probar un comportamiento inteligente equivalente o indistinguible al de un ser humano, este se transformo? en la meta y motivacio?n de muchos matema?ticos, cienti?ficos e inventores. Para Corte?s, ¡°el test de Turing ya fue superado con ordenadores como el Watson de IBM, que en 2011 arraso? en el concurso televisivo estadounidense Jeopardy¡±. Watson tuvo, incluso, tiempo para contar algu?n chiste, con lo que demostro? su inteligencia ma?s alla? de un co?digo escrito por unos ingenieros.
Kurzweil situ?a que alcanzaremos lo que ha bautizado como ¡°singularidad tecnolo?gica¡± en el an?o 2045: el hipote?tico momento en el que las ma?quinas adquieran una inteligencia artificial general y puedan auto mejorarse y sucesivamente crear ordenadores mejores que ellos mismos. Cada vez son ma?s comunes en la comunidad cienti?fica te?rminos como ¡°transhumanismo¡± y ¡°posthumanismo¡±, donde el uso de la tecnologi?a es esencial para mejorar la condicio?n humana y equipararla en cualidades intelectuales a las de una posible inteligencia artificial.
No todos los cienti?ficos creen que alcanzar la singularidad sea una gran idea sin tener un plan o una base e?tica para controlarla. Hugo de Garis, en su teori?a The artilect war (artilect viene de intelectos artificiales), asume que antes de que acabe el siglo XXI habra? una gran guerra en la que las ma?quinas decidira?n eliminarnos. Y lo explica mediante una analogi?a: que estas podri?an empezar a vernos como una simple hormiga a la que aplastar. En una charla de TED, el filo?sofo Nick Bostrom, explicaba que no concibe ningu?n escenario en el cual podamos controlar una IA y sugeri?a que debemos asentar una serie de valores para que las ma?quinas crezcan con ellos.
Tenemos que fusionar nuestras capacidades con las de un ordenador, solo asi? podremos evitar que surja algo como Skynet
El plan de Kurzweil es sencillo, ir ma?s alla? de la condicio?n humana y fusionar nuestras capacidades con las de un ordenador, solo asi? podremos evitar que surja algo como Skynet, la empresa de ficcio?n que construyo? a Terminator. La artista e investigadora Cathrine Kramer piensa que ¡°deberi?amos cen?irnos a las tres leyes de la robo?tica de Asimov: un robot nunca hara? dan?o (o permitira? que se haga dan?o) a un ser humano; un robot debe obedecer las o?rdenes de un ser humano (excepto si esas o?rdenes contradicen la primera ley); y un robot debe proteger su propia existencia (siempre y cuando respete las dos leyes anteriores). Visto lo visto con los drones, ya estamos violando estas reglas; pero espero que en los pro?ximos 20 an?os vayamos definiendo un marco legal para regular que? puede y que? no puede hacer un robot¡±.
?Que? queda de nuestra naturaleza en todo esto? ?Deberi?amos poner li?mites en la modificacio?n de nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestras vidas cotidianas? Cathrine Kramer piensa que "por mucho que los cient¨ªficos insistan, nuestros cuerpos envejecer¨¢n y morir¨¢n. Por mucho que logremos trasladarlo a una red neuronal artificial, ?de verdad podemos considerar eso vida? Quiz¨¢s el pr¨®ximo paso l¨®gico ser¨ªa un cuerpo suplente". Kramer es a comisaria de la exposicio?n +Humanos (hasta el 10 de abril en el CCCB de Barcelona), que nos situ?a en el futuro de la especie desde una perspectiva arti?stica.
Lo ma?s impactante visualmente que hemos visto en el arte reciente proviene de Google, de Deep Dream, una primeriza IA que crea arte por si? misma. El proyecto inicialmente alimentaba a redes neuronales artificiales con millones de ima?genes para ser interpretadas y clasificadas con la idea de que pudieran representar su idea de... por ejemplo, un pla?tano. Aunque cuando estas redes neuronales eran nutridas de ima?genes arbitrarias y se les pedi?a realzar todo lo que vei?an, los resultados eran alteracio- nes ultrapsicode?licas de las mismas. Es como cuando e?ramos nin?os y juga?bamos a ver formas y animales en las nubes. Eso si?, Deep Dream ve muchos ¡®perros- pa?jaro¡¯, ya que la mayori?a de las ima?genes que conoce son del reino animal. Los ingenieros de Google han bautizado esta te?cnica como inceptionism, un movimiento arti?stico creado por una IA.
2016 es el an?o en que por fin podremos comprar las gafas Oculus Rift y las Morpheus, el paso definitivo para entrar en ese mundo de realidad virtual (VR) que nos reclama. Segu?n un estudio de Statista, en 2018 seremos 171 millones de personas quienes las hayamos integrado en nuestro di?a a di?a
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