El pat¨ªn que se ha hecho viral
El ¡®hoverboard¡¯ se ha convertido en el juguete m¨¢s anhelado por ni?os y adultos
?Qu¨¦ tienen en com¨²n una explosi¨®n en un centro comercial, un cura, una casa incendiada y Mike Tyson? Un hoverboard o aeropat¨ªn. Aunque este t¨¦rmino no es nuevo ¡ªapareci¨® por primera vez en el cine en 1989 cuando Marty McFly, protagonista de Regreso al futuro, avanzaba 30 a?os en el tiempo y hac¨ªa piruetas con uno¡ª, en 2015 se ha popularizado. Mientras el de McFly flotaba, literalmente, el hoverboard es, b¨¢sicamente, un segway sin manillar. No levita, pero a ra¨ªz de las fotos y v¨ªdeos que se colgaban en redes sociales, como Instagram, YouTube o Vine, parec¨ªa tan divertido que se convirti¨® en el juguete m¨¢s anhelado, por ni?os y adultos. La del hoverboard es la historia de un producto que se ha convertido en viral.
Fue en 2013, en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, donde los aeropatines empezaron a hacerse realidad. El inventor del Hovertrax, Shane Chen, buscaba financiaci¨®n para llevar a cabo su creaci¨®n. Lo consigui¨®. Pero no fue hasta el verano del a?o pasado cuando el juguete se convirti¨® en un hit. En marzo, Justin Bieber se dejaba ver con uno. Poco despu¨¦s, en mayo, Jamie Foxx lleg¨® a una entrevista con Jimmy Fallon montado sobre otro. La detenci¨®n del rapero Wiz Khalifa en el aeropuerto de Los ?ngeles por no querer bajarse de su hoverboard, aviv¨® el fen¨®meno; y la ca¨ªda de Mike Tyson mientras probaba el de su hija ¡ªdivulgada por ¨¦l mismo en forma de v¨ªdeo¡ª lo termin¨® de consolidar.
O bien los fabricantes del producto hab¨ªan tenido una prodigiosa visi¨®n comercial al regalar el ingenio a diferentes famosos, o bien a algunas celebrities les encantaba. En cualquier caso, a partir de julio del a?o pasado, las b¨²squedas en Google de la palabra hoverboard se dispararon, sobre todo en Estados Unidos, Canad¨¢ y Filipinas. Las fotos de famosos y los v¨ªdeos de ca¨ªdas desde el aeropat¨ªn dieron paso a otro tipo de noticias relacionadas con accidentes, incendios o explosiones. Las bater¨ªas del producto, de litio, explotaban mientras la gente paseaba sobre ellos, durante la recarga o en medio de un centro comercial. Tras varias casas quemadas y un par de desalojos en lugares p¨²blicos, Amazon dej¨® de vender varios modelosmientras que diversas aerol¨ªneas prohibieron subir al avi¨®n con cualquier tipo de aeropat¨ªn. Como a Russell Crowe, quien ha pedido el boicot para la aerol¨ªnea Virgin Australia porque no le dejaron embarcar junto a sus dos hijos y sus dos juguetes.
A primeros de diciembre, el instituto brit¨¢nico Chartered Trading Standards, dedicado al cumplimiento de los est¨¢ndares de calidad y seguridad de los productos, avis¨® de que el 88% de los hoverboards importados de fuera de la UE hab¨ªan presentado problemas de seguridad. ¡°Productores irresponsables [en referencia al origen chino de muchos de los modelos] se aprovechan de la alta demanda e intentar inundar el mercado con productos baratos y peligrosos¡±, dijo Leon Livermore, director ejecutivo de Chartered Trading Standards.
Precios
La complejidad de la industria de los aeropatines se entiende echando un vistazo al mercado donde conviven hoverboards de marca que cuestan 1.700 euros con propuestas sin nombre por menos de 300 euros, como los que aparecen en Alibaba, el mayor retairler de China.
El auge del hoverboard ha sido tal que las pasadas Navidades, un cura de Filipinas apareci¨® sobre uno de estos patinetes para oficiar su misa. Los parroquianos lo grabaron, lo subieron a las redes sociales y el v¨ªdeo comenz¨® a acumular clics. El sacerdote fue amonestado. El patinete ganaba otro titular. La conectividad de las personas y las redes sociales ya hab¨ªan demostrado que, a base de compartir, un suceso local se pod¨ªa volver de inter¨¦s global. La (por ahora breve) historia del hoverboard ha evidenciado que no solo las noticias pueden viralizarse sino tambi¨¦n los productos. Este, como una historia compartida millones de veces, se ha acabado quemando. Literalmente.
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