Una mujer al mando en West Point
Diana Holland es la nueva comandante de cadetes en la m¨ªtica academia militar de Estados Unidos
El cine la ha convertido en la academia militar m¨¢s famosa del mundo. Legendarias pel¨ªculas como Diez h¨¦roes de West Point (con George Montgomery y Maureen O¡¯Hara) o Cuna de h¨¦roes(protagonizada por Tyrone Power) evocan la f¨¦rrea disciplina y el furor patri¨®tico que se respira dentro de sus muros.West Point, fundada en 1802 y cuna de militares tan carism¨¢ticos como el general Patton, ha abierto un nuevo cap¨ªtulo en su larga historia que bien podr¨ªa dar para un filme en el que la trama, m¨¢s que el cl¨¢sico canto al coraje y a la ind¨®mita valent¨ªa que pregonaba Patton ¡ª¡°el valor es aguantar el miedo un minuto m¨¢s¡±¡ª, abordara la igualdad de g¨¦nero. El arranque de la trama ser¨ªa este: por primera vez, una mujer con galones de comandante llevar¨¢ el mando de la instrucci¨®n de los cadetes en West Point.
Ella es la general de brigada Diana Holland, de 47 a?os y veterana de las guerras de Irak y Afganist¨¢n, y su reciente y solemne toma de posesi¨®n viene a certificar la plena integraci¨®n de las mujeres en el Ej¨¦rcito. Graduada en West Point en 1990, fue la primera general del m¨ªtico Fuerte Drum y de la D¨¦cima Divisi¨®n de Monta?a. Asume el cargo un mes despu¨¦s de que el Pent¨¢gono eliminara las barreras de g¨¦nero para acceder a las unidades de combate y operaciones especiales. En la exclusiva academia militar su nueva responsable dirigir¨¢ el adiestramiento de m¨¢s de 4.000 cadetes.
Con este nombramiento, que se asienta en la pol¨ªtica de igualdad propiciada por el presidente Barack Obama, la venerada instituci¨®n estadounidense acaba con dos siglos de discriminaci¨®n: la que han sufrido las mujeres dentro de las Fuerzas Armadas. De hecho, no fueron admitidas en West Point hasta 1976 y hasta el pasado verano ¡ªm¨¢s de dos siglos despu¨¦s de su fundaci¨®n¡ª no se celebr¨® la graduaci¨®n de las primeras dos mujeres en la Escuela de Rangers. Hasta ese d¨ªa, las aspirantes tuvieron que superar un duro entrenamiento que inclu¨ªa escalar monta?as de arena y roca o emprender tortuosas traves¨ªas nocturnas por los pantanos de Florida con una pesada equipaci¨®n (a veces hasta 45 kilos) a la espalda. Para que no quedara duda de su val¨ªa, las pruebas eran exactamente las mismas para todos, independientemente de que los alumnos fueran hombres o mujeres.
La de Holland es una gran victoria, no en el frente de batalla sino en el campo de los derechos civiles. Militares como ella rompen el t¨®pico que establec¨ªa dentro del Ej¨¦rcito una casta superior: la de los guerreros masculinos. Dinamita tambi¨¦n los obst¨¢culos sociales y culturales que relegaban el papel de la mujer dentro de las Fuerzas Armadas a servicios auxiliares o de segunda categor¨ªa. En los ¨²ltimos a?os han tenido un rol decisivo como analistas de inteligencia o pilotando helic¨®pteros de combate. Empu?an el fusil con la misma determinaci¨®n que sus compa?eros y muchas se han dejado la vida en la batalla. En las guerras de Irak y Afganist¨¢n han muerto 150.
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