¡°Dadles paz, y el pueblo congole?o dejar¨¢ de pasar hambre¡±
El representante del Programa Mundial de Alimentos en Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo advierte que la falta de alimento incita a la violencia, y viceversa


La Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) hoy responde a m¨¢s de 20 a?os de conflicto que sigue impactando en las poblaciones m¨¢s desfavorecidas y que mantiene la pobreza estructural del pa¨ªs. Existen espacios, especialmente a nivel macroecon¨®mico, con buenas tasas de crecimiento ligadas a la explotaci¨®n minera, pero la mayor parte de la poblaci¨®n sigue viviendo en una pobreza absoluta.
El Congo es un pa¨ªs que se encuentra en el coraz¨®n de ?frica, tiene fronteras con nueve pa¨ªses y su estabilidad es importante para la de todo el continente africano. Lo sabe Pablo Recalde, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en este pa¨ªs desde septiembre de 2014. "Tiene un enorme futuro pero se lo tienen que construir los congoleses", afirma. El PMA ayuda, junto con otras agencias de las Naciones Unidas, a tratar de empujar desde algunos ¨¢mbitos. Por ejemplo, la seguridad alimentaria. "Si usted no da de comer a la gente, esta va a buscar alimento de cualquier manera. Una de ellas es con un fusil yendo a robar a los vecinos. La violencia que existe en el Congo est¨¢ causada en gran parte por esta hambre", asegura el trabajador humanitario, que desarrolla su visi¨®n del pa¨ªs y de la agencia de la ONU para la que trabaja en esta entrevista:
- P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n de la RDC en cuanto a seguridad o inseguridad alimentaria?
Hoy por hoy, en el ¨²ltimo an¨¢lisis de vulnerabilidad que hemos efectuado el PMA y otras agencias, la necesidad humanitaria se expande a siete millones de personas. De ellas, otras 4,5 millones est¨¢n en absoluta de necesidad de asistencia humanitaria. Esta situaci¨®n se da en todo el territorio y sin contar la pobreza relativa que existe en una buena parte del pa¨ªs donde no hay conflicto pero donde s¨ª hay cinco millones de ni?os que est¨¢n malnutridos estructuralmente, que nunca van a poder adquirir una capacidad de pensar para un futuro de cambio. Es un pa¨ªs a dos velocidades, con dos millones y medio de kil¨®metros cuadrados y unos 75 millones de personas, pero solamente con un porcentaje peque?o que realmente tiene poder econ¨®mico.
- P. ?C¨®mo son las pol¨ªticas p¨²blicas del Gobierno en materia de seguridad alimentaria? ?Se hace algo?
- R. Existen pol¨ªticas escritas en amplios tomos pero que nunca se implementaron. Sabemos lo que tenemos que hacer, pero se necesita voluntad pol¨ªtica. Los pa¨ªses donde la sociedad civil se involucra en el desarrollo futuro de su pa¨ªs cambian el mundo. Y esa una de las cosas que me parece que faltan. Si t¨² no tienes un pueblo educado, es dif¨ªcil cambiar algo. Necesitas educaci¨®n y, para tenerla, necesitas comer. El muchachito que va a la escuela con el vientre vac¨ªo piensa en comer, no aprende. La mujer que cuando tiene al beb¨¦ en su vientre est¨¢ malnutrida, ya deja en el mundo ese beb¨¦ tambi¨¦n con menos capacidades. Si no cambiamos esos elementos estructurales, luego ser¨¢ dif¨ªcil atrapar algo que ya se ha perdido.
- P. El PMA est¨¢ en Congo desde 1973. ?C¨®mo trabaj¨¢is para que no pase hambre la gente y para hacer que se cumplan las pol¨ªticas del Gobierno?
- R. Estamos dando de comer a personas que lo necesitan porque no tienen otra manera de sobrevivir y, al mismo tiempo, estamos tratando de destinar la producci¨®n del peque?o agricultor a lo que nosotros compramos. Buena parte de las 54.000 toneladas m¨¦tricas que distribuimos en el pa¨ªs cada a?o se compran en Congo. En este momento estamos tratando de crear un puente entre la asistencia humanitaria y los productos que vienen del pa¨ªs porque as¨ª se contribuye al desarrollo de la peque?a y mediana agricultura. Tenemos un proyecto que se llama Compras para el progreso y es complicado llevarlo a cabo porque, por respeto a las personas que estoy dando de comer, hay que tener un cierto nivel de calidad del producto. Trabajamos con el Gobierno para tratar de empujar la peque?a y mediana agricultura como la base del desarrollo y la paz en el pa¨ªs
- P. Entonces la clave de la paz est¨¢ en ellos mismos y su agricultura...
- R. No tengo duda ninguna. Un pa¨ªs que no tiene futuro se vuelve un pa¨ªs predador. Como los congoleses no ven futuro, cogen lo que tienen frente a ellos sin pensar en m¨¢s. Predaci¨®n tambi¨¦n significa que el respeto por los valores b¨¢sicos del humanismo se pierde porque la prioridad es sobrevivir. Una sociedad predadora no puede tener una visi¨®n de futuro; solo a trav¨¦s de la paz y en un contexto de no violencia en el cual yo pueda alimentar a mis hijos, lo tendr¨¦. A un centenar de kil¨®metros de algunos de nuestros proyectos agr¨ªcolas encontramos poblaciones que no tienen absolutamente ninguna esperanza en el futuro, que est¨¢n dispuestos a recurrir a la violencia en cualquier momento. En nuestros proyectos hay gente que no quiere luchar m¨¢s, que piensa en invertir en su futuro.

- P. As¨ª las cosas, ?el PMA seguir¨¢ un tiempo m¨¢s en el pa¨ªs?
- R. Creo que, de manera general, Congo ha hecho algunos avances ¨²ltimamente pero queda por hacer, as¨ª que creo que vamos a trabajar a¨²n unos a?os con ellos. Y deseo ver que el PMA sale de Congo. En un pa¨ªs donde cualquier cosa que plantas en el suelo crece, no necesitas pensar qu¨¦ comer. Es terrible ver que un pueblo con esa capacidad tiene que recibir donaciones externas de alimentos.
- P. ?C¨®mo llev¨¢is a cabo la distribuci¨®n?
- R. Cuando hay un mercado no damos alimentos en especie si no dinero para que compren. La distribuci¨®n es a trav¨¦s de tel¨¦fonos, cartas de cr¨¦dito alimentario y dinero. Si no hay mercado, compramos nosotros la comida, lo que supone un gasto enorme en log¨ªstica porque no hay carreteras. En los campos de refugiados hacemos ambas cosas, pero en caso de los desplazados es m¨¢s grave. La mayor¨ªa de la gente que estamos alimentando, alrededor de 1,4 millones de personas, ha perdido su capacidad de producir porque hay guerra, porque no tienen la paz necesaria para empezar a plantar. Ellos podr¨ªan hacerlo; dadles paz y el pueblo congole?o podr¨¢ comer por s¨ª mismo.
- P. ?Y qu¨¦ ocurre con ellos?
- R. Est¨¢n constantemente inmersos en un movimiento pendular. En RDC hay unos 40 grupos armados que atacan a gente por muchas razones. Los hay que defienden la explotaci¨®n de un ¨¢rea minera no certificada, por ejemplo. Ellos forman grupos y cuando necesitan comer van, matan y roban. Si eres una persona joven todav¨ªa fuerte, sin trabajo ni visi¨®n de futuro, acabas por comprarte un fusil Kalashnikov ¡ªte cuesta alrededor de 70 d¨®lares que previamente puedes haber robado¡ª y ya tienes asegurada tu alimentaci¨®n. Por eso la econom¨ªa de guerra siempre tiene a alguien que la mantenga. Es una cuesti¨®n de supervivencia y una forma de ganar dinero.
- P. Durante el a?o 2105, el PMA recibi¨® m¨¢s ayuda que nunca pero tambi¨¦n tuvo que atender m¨¢s emergencias humanitarias que nunca antes. Esto ha supuesto recortes en proyectos de todo el mundo. ?Han afectado a la RDC?
- R. Much¨ªsimo. De la totalidad del dinero que llega al PMA, una buena parte va a operaciones como las de Siria y Yemen, que son muy grandes y muy caras por culpa de la guerra. As¨ª hay menor proporci¨®n para el resto. En Congo llevamos 20 a?os de asistencia continua y hay, ciertamente, un cansancio por parte de los donantes porque no ven un cambio en el pa¨ªs. Nosotros hemos tenido recortes extremadamente fuertes y he tenido que rebajar donaciones, parar distribuciones y reducir mi personal ya dos veces. Tenemos nuestra capacidad de implementar los proyectos muy reducida. Hemos recortado un 30% o 40% de nuestros recursos y la planificaci¨®n que estoy haciendo es para una cobertura del 60% de lo que cubr¨ªamos.
Comer poco o mucho, pero comer mal
La poblaci¨®n congole?a que necesita ayuda del Programa Mundial de Alimentos recibe raciones b¨¢sicas de alimentos que consisten en carbohidratos, prote¨ªna de harina de ma¨ªz,? sal, aceites y productos vegetales como porotos y garbanzos. Tambi¨¦n se distribuyen algunas harinas con una inyecci¨®n espec¨ªfica de vitam¨ªnicos para quienes padecen una malnutrici¨®n m¨¢s avanzada. Esta es la base porque es lo que la gente del Congo produce. "Tratamos que la harina sea fortificada porque si la dieta no es muy extensa, tendr¨¢n una mejor nutrici¨®n", afirma el representante del PMA en el pa¨ªs, Pablo Recalde.
Recalde advierte del doble problema nutricional que existe en el pa¨ªs: el de falta alimentaria y el de la obesidad, que sufre todo un grupo de poblaci¨®n con acceso a ciertos recursos pero que come mal. "?ste tiene un impacto enorme en el gasto p¨²blico porque la obesidad provoca impactos card¨ªacos y otras enfermedades no infecciosas, las llamadas no transmisibles, pero que quienes las padecen necesitan cuidados de por vida", afirma el trabajador de la ONU.
El prbblema es que la comida barata es la menos sana. "Es muy dif¨ªcil pedir a la gente que consuma zanahorias o tomates porque son importados y cuestan mucho dinero. En cualquier supermercado te cuesta diez d¨®lares el pepino! ?Qui¨¦n se lo puede permitir?", se pregunta Recalde.
- P. ?Qu¨¦ consecuencias tienen estas reducciones?
- R. No tengo de donde sacar alimentos y la gente mientras tanto sigue movi¨¦ndose hasta llegar a un lugar donde pueda comer. Yo pierdo mi capacidad de proteger porque, dando alimentos en ciertos lugares, protejo a la poblaci¨®n para que no se desplace a sitios m¨¢s peligrosos donde entren en contacto con grupos armados.?
- P. Qu¨¦ dif¨ªcil es ser responsable de decidir a qui¨¦n le vas a dar alimento y a qui¨¦n se lo vas a quitar...
- R. Es terrible. Por fortuna tenemos una cartograf¨ªa de la vulnerabilidad muy avanzada que nos permite detectar a las personas que m¨¢s lo necesitan. No te queda otra, te dices: ¡®?qui¨¦nes son aquellos que no van a poder sobrevivir de ninguna manera?¡¯ Son los ni?itos chicos, las mujeres encintas, los viejos¡ A ellos les voy a dar. Y el resto tendr¨¢n que hacer lo que puedan. Ante una situaci¨®n as¨ª, encuentras que problemas como la violencia de g¨¦nero se incrementan. Hay violencias que no quiero contar porque son horribles. Y no lo podemos evitar.
- P. La violencia contra la mujer como arma de guerra es, tristemente, algo muy habitual. ?Desde el PMA pod¨¦is hacer algo por ellas o es un problema que queda fuera de vuestro alcance?
- R. Cuando nosotros damos de comer a la mujer en el ¨¢rea donde ella est¨¢, la protegemos. Si no le damos, ella saldr¨¢ a buscar alimento fuera del campo o del ¨¢rea en la que tiene protecci¨®n, y es ah¨ª donde ser¨¢ atacada, all¨ª est¨¢n los grupos armados esperando. La capacidad que yo tengo es la de mantener mi asistencia y dar protecci¨®n en una zona determinada ya sea con la polic¨ªa, las fuerzas de la Monusco o el Gobierno.
- P. Estas ¨¢reas de las que habla ?son s¨®lo campos de refugiados?
- R. No solo esos. De hecho, los campos de refugiados son mucho m¨¢s estructurados que los de desplazados internos, que son dos cosas distintas: los refugiados vienen de fuera y se les pone en una zona bien definida donde el Comisariado de la ONU para los Refugiados y la Comisi¨®n Nacional de Refugiados se hacen cargo de ellos. Ah¨ª el PMA solo da los alimentos que distribuye ACNUR y otras agencias.
- P. ?Y los de desplazados?
- R. La mayor¨ªa de ellos no llega a campos sino a n¨²cleos de poblaci¨®n donde se habla su misma lengua, tienen las mismas tradiciones¡ Es muy habitual en el ¨¢rea de los Grandes Lagos. Y esa gente, en su pobreza, los recibe: Incluso con lo poco que tienen, comparten. En estos casos tenemos que ver c¨®mo dar de comer a los que llegan pero tambi¨¦n a los que estaban all¨ª, y organizarse es m¨¢s complejo: ?a qui¨¦n le doy y a qui¨¦n no? Ni siquiera es f¨¢cil saber cu¨¢ntos hay, pues hablamos de personas que salen de un sitio y luego se van. Llegas por la ma?ana a la aldea y hay gente, pero luego regresas por la tarde y no hay nadie porque hubo un ataque. Y caminan solos kil¨®metros y kil¨®metros¡
- P. ?C¨®mo dais con ellos?
- R. Nosotros los seguimos porque tenemos personal que se encarga de ello. La penetraci¨®n de los m¨®viles en todo ?frica es enorme y algunos de estos refugiados tienen uno, as¨ª que les seguimos. Si tenemos algunos n¨²meros de tel¨¦fono podemos comunicarnos y saber por d¨®nde est¨¢n movi¨¦ndose, cu¨¢nta gente hay o a d¨®nde van para as¨ª poder posicionar alimentos para que, cuando lleguen, tengan algo que comer. Hasta este punto llega la desesperaci¨®n: salen sin nada, se van porque est¨¢n intentando salvar la vida. Dejan ropa, comida¡ Todo. Nosotros tenemos que darles de todo desde cero. Luego regresan a casa, luego vuelven a partir porque hay un nuevo ataque, luego regresan...
Es un ciclo que nunca cesa y un proceso complejo, pero hemos logrado mantener a esa gente; una parte de mi responsabilidad es cumplir con el mandato humanitario. Yo tengo que darte la capacidad de sobrevivir de cualquier manera y a la vez tengo que crear herramientas para que dejes de depender de ayuda humanitaria e inicies un proceso de reconstrucci¨®n en el que t¨² acabes siendo due?o de tu propia vida. Con esos dos elementos intentamos jugar todo el tiempo.
- P. En Congo hay ejemplos de ¨¦xito en cuanto a la colaboraci¨®n entre gobiernos, autoridades locales y agencias internacionales, como la contenci¨®n del brote de ?bola en 2014. ?C¨®mo lo viviste?
- R. Uno de los elementos vitales del ¨¦xito fue una implicaci¨®n fuerte del Gobierno, que guio todo el proceso de implementaci¨®n.
- P. ?En este caso s¨ª hubo voluntad?
- R. Completa y absoluta. En ese momento, un ministro fuerte y con buen conocimiento de causa se dio cuenta de que si no tomaba medidas la cosa se le iba de las manos. Nos puso a todos a trabajar juntos, que es como debe ser; nosotros no somos quienes debemos guiar, es el Gobierno quien debe guiar los procesos de desarrollo. Y fue una delicia, sinceramente. Yo estuve muy involucrado porque el PMA aport¨® mucho en la parte log¨ªstica, donde tenemos una fuerza particular y un mandato de la ONU. Nosotros llevamos, creamos los campos, las condiciones, los hospitales las casas, pusimos los aviones¡ Y luego cerramos y ganamos, ganamos sin duda. Se cerr¨® el brote de ?bola y no ha habido m¨¢s casos. Entonces piensas ¡®?qu¨¦ maravilla!¡¯.
- P. ?Es entonces cuando merece la pena tu trabajo?
- R. Muchas veces visito comunidades donde hemos creado un contexto de desarrollo y veo que son capaces de hacerlo y ya no necesitan nada de m¨ª. Me piden que les demos m¨¢s mercado, m¨¢s cr¨¦dito... y entonces les paso a otras agencias que se dedican a eso. Es lindo sentir que tu trabajo ha resultado en la libertad mental, an¨ªmica, de vida y del futuro de la gente. Eso, a un humanitario o una persona que trabaja en desarrollo le paga cualquier sufrimiento, como estar lejos de la familia, por ejemplo. Es una delicia sentir que mi trabajo consiste en dar algo a los dem¨¢s, me siento honrado de poder hacerlo.
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