Ovillage, una aldea virtual en el coraz¨®n de Abiy¨¢n

Florent Youzan se encorva sobre su port¨¢til mientras env¨ªa un archivo a Cyriac Gbogou quien, a su lado, se concentra en su propio ordenador. Acaban de cancelar su vuelo a Coton¨², Ben¨ªn, donde ten¨ªa previsto participar en una convocatoria sobre software libre y emprendimiento. Aprovecha para teclear furiosamente en la paz relativa de Ovillage, un peque?o poblado num¨¦rico en la Zona 4 de Abiy¨¢n, la capital econ¨®mica de Costa de Marfil. Ovillage se esconde en un edificio familiar con patio interior, justo frente al bar de copas y m¨²sica en vivo Parker¡¯s Place y al lado de la gasolinera Shell. Antoine Mian completa el tr¨ªo de ovillageoises (?o-pueblerinos?) m¨¢s populares y activos en redes sociales, enredado en una traducci¨®n del franc¨¦s al ingl¨¦s mientras comenta su experiencia en un congreso de tecnolog¨ªa y educaci¨®n al que acudi¨® en Patras, coincidiendo con el refer¨¦ndum griego. De fondo, la sobrina de Cyriac canturrea para s¨ª misma en uno de los asientos de avi¨®n que se apoyan contra la pared verde (¡°tambi¨¦n trabajamos en aeron¨¢utica¡±, se?ala ¨¦l). La pizarra revienta de citas garrapateadas en colores diferentes, de ideas, de cifras. Acaban de terminarse un chebuy¨¦n tempranero y la jornada acelera fuera, en las calles que huelen a tubo de escape, gente ocupada, frituras y techos recalentados por el bochorno.

¡°Ovillage es producto de tres a?os de reflexi¨®n¡±, arranca Cyriac. ¡°Los cofundadores somos Florent y yo mismo. M¨¢s tarde se nos uni¨® Sarah Clavel. Florent y yo nos conocimos en 2011 y comenzamos a organizar eventos juntos. Las Co-morning, por ejemplo, que celebr¨¢bamos una vez al mes y en las que la gente compart¨ªa experiencias. Decidimos que ten¨ªamos que crear nuestro propio espacio de trabajo com¨²n para acoger diferentes proyectos. Antes nos reun¨ªamos por todas partes, en nuestras casas y las casas de otros, en otros sitios. Abrimos Ovillage en marzo de 2014. Es lo que se denomina un tiers lieu, un lugar donde se re¨²nen j¨®venes emprendedores y trabajadores por cuenta propia para aprender, compartir y generar proyectos. Est¨¢ abierto todo el d¨ªa, hasta las siete de la tarde, m¨¢s o menos. Entonces es cuando se transforma en un espacio de asesoramiento para dudas, formaci¨®n, descubrimientos, encuentro. Hay gente que no sabe que tiene potencial y lo descubre aqu¨ª¡±.

Aqu¨ª trabaja Edwige Ren¨¦e Dro, traductora y escritora que intenta terminar su primera novela mientras saca adelante una revista literaria marfile?a, un club de lectura africano y traducciones que pretenden dar a conocer lo que se escribe en franc¨¦s a los lectores africanos angl¨®fonos y lo que se escribe en ingl¨¦s a los franc¨®fonos. Hay otros proyectos en marcha, fundamentalmente vertebrados en torno a la tecnolog¨ªa sms. El smartphone es todav¨ªa un producto de lujo minoritario y la conexi¨®n a internet desde el m¨®vil, prohibitiva. Por eso el sms del m¨®vil m¨¢s b¨¢sico se sit¨²a como piedra angular en la investigaci¨®n e innovaci¨®n que se hace aqu¨ª.

¡°Tenemos Ovoiturage, una aplicaci¨®n que funciona al modo de Blablacar, poniendo en contacto a conductores con pasajeros que van en la misma direcci¨®n¡±, se?ala Cyriac. ¡°Es algo que les ayuda a ganar tiempo. Incluso hay conductores que se levantan antes y son m¨¢s puntuales gracias a esta aplicaci¨®n, porque les obliga a recoger a alguien a una hora determinada, a responsabilizarse de que otra persona llegue a tiempo al trabajo¡±. La lista contin¨²a: est¨¢n Gbata, una agencia inmobiliaria por sms; Open Djeliba, que comparte informaci¨®n entre ciudadanos con una plataforma para sms en m¨®viles sencillos, o M-Pregnancy, para el control de los embarazos tambi¨¦n por sms. Los proyectos de Ovillage ya atesoran dos premios: el de excelencia que otorga el gobierno marfile?o cada a?o y otro a j¨®venes talentos que concede la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones.

Florent y Cyriac se emplean en otras aventuras, muchas de car¨¢cter voluntario y casi filantr¨®pico, como la cartograf¨ªa de ciudades que no aparecen en los mapas virtuales del mundo a trav¨¦s de OpenStreet, la atenci¨®n a emergencias ciudadanas con #CIVSocial, la creaci¨®n de contenidos africanos en WikiAfrica o la extensi¨®n de la cultura libre y el reciclaje electr¨®nico con Jerry - Do it Together. Adem¨¢s bloguean, viajan, forman y tienen tiempo para vivir.

¡°De momento no contamos con apoyo de empresas ni de otras estructuras ni del Gobierno¡±, explica Cyriac. ¡°No tenemos fondos ni subvenciones. El local es muy peque?o, as¨ª que queremos buscar un terreno en el que montar una aldea a tama?o real, con salas de reuni¨®n, recursos documentales, espacios para el bricolaje electr¨®nico. De momento montamos formaciones gratis para los particulares y ganamos dinero con la formaci¨®n para empresas. Tambi¨¦n colaboramos con espacios similares, como EyoLab, con los que compartimos trabajo, puesto que nos consideramos entes complementarios, que no compiten entre s¨ª¡±.

Ovillage se preparaba esa semana para la visita de la Secretaria de Estado Num¨¦rica de Francia, Axelle Lamaire, que estuvo de gira por Costa de Marfil a principios de septiembre identificando espacios como Ovillage y reuni¨¦ndose con los actores claves de las TIC en el pa¨ªs. El reconocimiento extranjero a una comunidad tecnol¨®gica competente, creativa y emprendedora result¨® en una tormenta de cr¨ªticas al ministro marfile?o del sector, Bruno Kon¨¦, que ¡ªdenunciaron los afectados¡ª jam¨¢s se reuni¨® con dicho colectivo ni visit¨® lugares como Ovillage.

Sin embargo, en este d¨ªa concreto, a Florent y Cyriac les emociona m¨¢s la visita de dos chicos que llegan desde Buak¨¦, en el norte del pa¨ªs, para pasar unos d¨ªas con ellos. Tanto Cyriac como Florent han participado en sendas iniciativas de formaci¨®n con la asociaci¨®n a la que pertenecen y que se puso en contacto con ellos v¨ªa facebook. Cyriac pas¨® una jornada con ellos hablando de redes sociales; Florent, de emprendimiento, cultura libre y nuevas tecnolog¨ªas. La relaci¨®n contin¨²a con el asesoramiento para proyectos y el trabajo com¨²n.

Cyriac los carga en su ranchera, con una vuvuzela, su ordenador y su tableta, de la que jam¨¢s se separa y que acumula los selfies que toma a lo ancho y largo de jornadas inacabables, agotadoras y por lo general, trufadas de encuentros y reuniones. Por el camino, se detiene en un puesto de alloco callejero y encarga raciones para convidar a todos. Estamos en Koumassi, su barrio. Aqu¨ª todos le conocen y ¨¦l conoce a todos. Quiere presentarles a un amigo que se escancia el t¨¦ en la acera, donde una peque?a tetera plateada reposa sobre unas cenizas, a la orilla de un quiosco. Se llama Lancine Traor¨¦ y es su ¨²ltimo converso a la religi¨®n TIC.

Reclusos en red

Lancine Traor¨¦ es de la etnia diula, como el actual presidente del pa¨ªs, Alassane Ouattara. Cyriac Gbogou est b¨¦t¨¦, como el anterior, Laurent Gbagbo. Los dos son vecinos y amigos, residentes en Koumassi, Abiy¨¢n.

Est¨¢ en el sal¨®n de la casa de Cyriac, cuyas puertas est¨¢n abiertas para que la corriente refresque la casa. Lancine se sienta en una esquina, sereno y serio. Espera su turno para confesar que Cyriac y las redes sociales le est¨¢n cambiando la vida. Es funcionario de prisiones y trabaja en la rehabilitaci¨®n y reinserci¨®n de los j¨®venes que pasan por la MACA (sigla en franc¨¦s para Prisi¨®n y Correccional de Abiy¨¢n). Tambi¨¦n es el l¨ªder de la asociaci¨®n de vecinos del barrio y tiene su propia oeneg¨¦, ARPEDIS (Apoyo a la Reinserci¨®n de personas en Dificultad Social, en franc¨¦s). De hecho, Cyriac explica que lo conoci¨® primero de o¨ªdas cuando ¡ªantes de la crisis¡ª Lancine se dedicaba a despertar a la gente a las seis de la ma?ana cada s¨¢bado, armado con un silbato, para reunirlos en torno a actividades comunes y veladas de sensibilizaci¨®n. Todo, salido de su propio bolsillo.

¡°El trabajo de Lancine durante la crisis post-electoral fue decisivo para preservar la paz y evitar da?os y muertes en el barrio¡±, precisa Cyriac, cruzando una mirada c¨®mplice con su invitado. ¡°Pod¨ªa haberme denunciado o no impedir los secuestros y los ataques. Pero fue firme. Gracias a ¨¦l el barrio escap¨® de la violencia de otros sitios de la ciudad. Consigui¨® unirnos y protegernos¡±.

Lancine comenz¨® recientemente la promoci¨®n de sus actividades en Facebook e incluso lanz¨® una exitosa campa?a de crowdfunding gracias a la que ha podido adquirir tres m¨¢quinas de coser. ¡°Quer¨ªamos comprar material de costura para los presos que salen, para apoyarles en su vida fuera de la prisi¨®n¡±, se?ala cuando por fin abre la boca. ¡°Cyriac me da buenos consejos para la utilizaci¨®n de las tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n, es mi consejero ¡°num¨¦rico¡±. Tenemos una p¨¢gina en Facebook para darnos a conocer y pronto abriremos un blog. Queremos sensibilizar e informar, sobre todo, a los j¨®venes¡±.

Lancine Traor¨¦ cuenta que su misi¨®n en la MACA es reeducar y guiar a los reclusos cuando est¨¢n entre los muros de la prisi¨®n y acompa?arles en la reintegraci¨®n a sus familias, trabajos y vidas cuando salen. ¡°Lo cierto es que no hay medios para trabajar, hacemos lo que podemos y no es f¨¢cil. Llevo once a?os ya en la MACA. Tenemos ahora m¨¢s de 4.000 personas en la prisi¨®n. Hombres, mujeres, incluso hijos de las reclusas. Faltan medios¡±, puntualiza.

Este funcionario cre¨® ARPEDIS para sacar adelante todo tipo de iniciativas relacionadas con su trabajo. Acaba de implicar a t¨¦cnicos agrarios en la evaluaci¨®n de un terreno en Dabou, a unos 20 kil¨®metros de Abiy¨¢n, en el que quiere crear un huerto para que trabajen los exreclusos. ¡°Queremos plantar calabacines, tomates, pepinos, cebollas. Que ellos se encarguen de la gesti¨®n con el apoyo de expertos y que sea ¨²til para las personas que necesitan ayuda. Que proporcione medios de subsistencia a quienes acaban de salir de la prisi¨®n¡±, se?ala. Tambi¨¦n compraron un congelador para una mujer que dio a luz en la MACA y que quiere dedicarse a la venta de pescado. Peque?as iniciativas como ¨¦stas facilitan el proceso de reinserci¨®n a gente que quiere empezar de cero y que, sin este tipo de apoyos, estar¨ªa desvalida. Adem¨¢s, aprovecha la experiencia de esas personas que han pasado por la c¨¢rcel para llevar su testimonio a j¨®venes, explicarles c¨®mo acabaron en una celda y ayudarles a evitar un mal paso en la vida.

¡°Mi deseo en mi trabajo es encontrar la dignidad humana y participar en la cohesi¨®n social¡±, finaliza antes de asomarse a un balc¨®n para posar sobriamente, las gafas caladas, contra un muro de su barrio.