Eliminar la malaria: ?c¨®mo lo hacemos?

Hace unos a?os el mundo de la malaria tom¨® la decisi¨®n de reactivar sus antiguos engranajes y embarcarse de nuevo en la lucha contra esta enfermedad. Como consecuencia de ello, la eliminaci¨®n de esta enfermedad se ha posicionado de forma repentina en el top 10 de las agendas de diversos ministerios de salud, entidades financiadoras y ONG. Pero la gran pregunta sigue siendo: ?c¨®mo lo hacemos? Para responder a esta cuesti¨®n, l¨®gica pero no simple, eminentes malari¨®logos y malari¨®logas internacionales y sus respectivos equipos se han puesto manos a la obra en diversas zonas del mundo para probar de forma contundente c¨®mo se elimina el paludismo en diferentes escenarios y as¨ª poder apoyar a los gobiernos en esta ardua tarea.

Y dentro de este excitante movimiento global de refuerzo a la salud p¨²blica e investigaci¨®n pol¨ªtica, social y operacional, me encuentro yo. Me llamo Beatriz Galatas, tengo 25 a?os y soy epidemi¨®loga del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) que trabaja desde hace dos a?os en el Centro de Investigaci¨®n de Salud de Manhi?a (CISM), en Mozambique. En el 2013 fui contratada para trabajar con el prestigioso malari¨®logo espa?ol Pedro Alonso y su equipo de cient¨ªficos del CISM en la redacci¨®n de un plan de eliminaci¨®n de la malaria en el sur de Mozambique, cuyo objetivo principal era dise?ar un programa efectivo de eliminaci¨®n basado en evidencia que el Programa Nacional de Control de la Malaria (PMNC) pudiese llevar a cabo.

Un a?o m¨¢s tarde, gracias al impulso de la Obra Social La Caixa, a trav¨¦s de su programa La Caixa contra la malaria, y de la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates, se cre¨® la Alianza Mozambique?a para la Eliminaci¨®n de la Malaria (MALTEM), de manera que en septiembre de 2014 pudimos pasar a la acci¨®n.

Desde entonces, junto con un gran equipo formado principalmente por j¨®venes mozambique?os y en estrecha colaboraci¨®n con el Ministerio de Salud de Mozambique, que ejerce el liderazgo de la alianza, hemos planificado y estamos implementando el proyecto piloto de eliminaci¨®n de la malaria en un distrito rural del sur del pa¨ªs llamado Magude.

Como primera tentativa de eliminaci¨®n, apostamos por un ataque frontal y sin rodeos tanto al par¨¢sito causante de la enfermedad como al mosquito portador de tal par¨¢sito. Dicho ataque comenz¨® en agosto de 2015 con una fuerte campa?a de pulverizaci¨®n de insecticidas en todas las casas del distrito para reducir la densidad de los mosquitos vectores de la malaria de la zona, seguida de dos rondas de administraci¨®n de medicamentos antimal¨¢ricos a toda la poblaci¨®n para curar y proteger a todos de presentes y futuras infecciones. Todo esto, que parece tan f¨¢cil de escribir, est¨¢ siendo la tarea m¨¢s desafiante de mi vida.

Nuestro primer gran reto fue encontrar y formar a m¨¢s de 500 personas que supiesen leer y escribir, conociesen el terreno y tuviesen capacidad de trabajar bajo el sol acosador de este pa¨ªs. Despu¨¦s de un proceso de selecci¨®n bastante complejo, pasamos seis semanas formando y conociendo a nuestros futuros soldados de a pie, d¨ªa tras d¨ªa, metidos en una calurosa sala en obras del hospital que la direcci¨®n del distrito nos cedi¨® amablemente. Recuerdo este proceso con especial cari?o ya que, mientras ellos aprend¨ªan lo que era la malaria, las diferentes dosis de tratamiento o c¨®mo picar un dedo para hacer un diagn¨®stico r¨¢pido con sangre, nosotros aprend¨ªamos a lidiar con cientos y cientos de personas cada d¨ªa sin perder los nervios o la cordura.

El primer d¨ªa de la campa?a de administraci¨®n de medicamentos fue verdaderamente emocionante. Caos y convicci¨®n mezclados en un mar de camisetas y gorras blancas prepar¨¢ndose para poner fin a la enfermedad que todos temen y detestan. Todo nuestro trabajo de planificaci¨®n se pon¨ªa a prueba. Y claro, no todo sali¨® como esper¨¢bamos¡­. Pero cada d¨ªa ¨ªbamos mejorando en cuanto a organizaci¨®n, trabajo en equipo y motivaci¨®n, aunque el cansancio se iba apoderando de todos nosotros notablemente. Al final de la primera campa?a empez¨® a ser habitual encontrar a mis compa?eros rendidos por las esquinas, intentando reponerse un poco para poder seguir adelante.

Todo esto, que parece tan f¨¢cil de escribir, est¨¢ siendo la tarea m¨¢s desafiante de mi vida.

Cuando gestionas un grupo de m¨¢s de 500 personas cualquier inconveniente se multiplica por 500. Si llueve, ?necesitas comprar 500 chubasqueros! Cuando se estropea un coche o un cami¨®n, tienes que encontrar transporte como sea. A¨²n as¨ª, como es costumbre en este pa¨ªs, la buena voluntad tanto de los trabajadores de campo como de las personas de la comunidad han hecho que algo tan dif¨ªcil se haya podido llevar a cabo con alegr¨ªa y profesionalidad.

La generaci¨®n de evidencia cient¨ªfica como parte del objetivo principal de este proyecto tambi¨¦n ha sido un verdadero reto, principalmente por sus implicaciones log¨ªsticas. Por ejemplo, un factor simple para cualquier estudio como es la recolecci¨®n de datos se vuelve un problema cuando esto supone recargar 250 aparatos electr¨®nicos (tablets) y sincronizar datos con un servidor diariamente en un contexto en el que no ten¨ªamos electricidad ni internet. Pero gracias a dos j¨®venes inform¨¢ticos mozambique?os muy innovadores, a muchas noches en vela y a dos generadores el¨¦ctricos, conseguimos recoger toda la informaci¨®n necesaria para evaluar el proyecto y salvaguardar los datos de forma segura.

Durante el pr¨®ximo a?o iremos analizando los resultados de nuestra intervenci¨®n y evaluando planes alternativos dependiendo de los resultados que encontremos. Si no funciona, lo seguiremos intentando, ?nadie dijo que iba a ser f¨¢cil! Este proyecto se planific¨® con una filosof¨ªa en mente ¡ªlearn by doing o ¡°aprender haciendo¡±. Por eso, cada una de las situaciones, experiencias, desaf¨ªos y evidencias recogidas durante todo el proceso nos ayudan a planificarnos mejor para el siguiente intento y solidifica nuestras recomendaciones para que, alg¨²n d¨ªa, el Ministerio de Salud de Mozambique pueda incorporar las lecciones aprendidas en su estrategia de eliminaci¨®n de la enfermedad que m¨¢s da?o causa en este pa¨ªs.

Beatriz Galatas es investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en el Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (CISM). Actualmente trabaja como epidemi¨®loga en la Alianza Mozambique?a para la Eliminaci¨®n de la Malaria (MALTEM).