Mil¨¢n, resumen final. Poes¨ªa en la planta de zapatos
El final de la pasarela masculina de la ciudad italiana ha dejado un rastro de futuros grandes ¨¦xitos de moda y de cl¨¢sicos de David Bowie
Lo incre¨ªble de Gucci es que su dise?ador, Alessandro Michele, s¨®lo lleva un a?o y ya tiene un legado: el mocas¨ªn-pantufla, el traje-pijama, el abrigo de abuela, los anillos, la abeja bordada. Lo todav¨ªa m¨¢s incre¨ªble es que todo eso estaba ya en su debut, una colecci¨®n que dise?¨® en dos semanas, y para su tercer desfile, el lunes, ya eran cl¨¢sicos. Justo en el momento en el que los expertos se preguntan si Gucci ser¨¢ capaz de traducir la repercusi¨®n medi¨¢tica en ventas, Michele ha sabido adaptarlos brillantemente a la l¨®gica del mercado.
Todo en su colecci¨®n, titulada Reactivaci¨®n po¨¦tica, era carne de lista de espera: los vaqueros cortados, las beisboleras bordadas, un nuevo zapato estilo a?os setenta (con flecos y/o tac¨®n cubano), la cazadora con la palabra 'Bowie' en la espalda e incluso las sandalias de tiras fin¨ªsimas que los modelos llevaban con traje (siempre es verano en alg¨²n lado). El nuevo Gucci es bohemio, ambiguo y plagado de eruditas referencias al pasado. Hasta la camiseta de Snoopy que ahora mismo estar¨¢ colapsando las l¨ªneas de la casa tiene su doble pirueta: no es una apelaci¨®n simplista a la nostalgia colectiva, sino un homenaje a las colecciones que Jean-Charles de Castelbajac dedic¨® al personaje de Schulz (y que el propio Castelbajac se apresur¨® a agradecer en su cuenta de Instagram).Un respeto?Qui¨¦n manda m¨¢s, la herencia, la innovaci¨®n o la tendencia? Nadie lo sabe, claro, pero el final de los desfiles de Mil¨¢n ha sido como escuchar a muchos profesores distintos, y a veces contradictorios, contestar a esa pregunta. No lo entiende igual Gucci -una casa centenaria en manos de un grupo de lujo- que Giorgio Armani, con cuatro d¨¦cadas de historia y bajo control de su fundador. El patriarca de la moda italiana tambi¨¦n hizo su peque?o homenaje a David Bowie (abri¨® con Life on Mars?) pero ah¨ª se terminan las similitudes.
Para Armani s¨®lo existe el futuro y su propio pasado, de modo que sus cuatro d¨¦cadas de historial forman un continuo elegante y sin sobresaltos: si Emporio, su colecci¨®n m¨¢s joven, era tecnol¨®gica, deportiva y con detalles termosellados, Giorgio, la primera l¨ªnea, se concentr¨® en una sastrer¨ªa fluida, de texturas amables y sombreros a lo Burroughs. ?Que si sigue vigente? En la primera fila, Dan Stevens y Chen Kun (ambos, imagen de la l¨ªnea de alta sastrer¨ªa de la firma), miraban la escena con atenci¨®n y un respeto que pocos dise?adores son ya capaces de inspirar.
Entre la revoluci¨®n de Gucci y el continuismo de Armani, casas como la que lidera Kean Etro intentan encontrar un razonable punto medio entre lo que llaman "ADN de la casa" y sea lo que sea que pide la actualidad. Etro representa los valores de calma, belleza y tolerancia que representan el viaje, la artesan¨ªa y la naturaleza, y eso transmiti¨® su colecci¨®n m¨¢s puesta a punto en varias temporadas. Hab¨ªa concesiones al ahora (pantalones de marinero, sastrer¨ªa con pantal¨®n ca¨ªdo), cl¨¢sicos de hoy y siempre (abrigos militares, casacas) y cosas t¨ªpicamente Etro, como mezlcar chaquetas de zebra o leopardo con jers¨¦is ra¨ªdos.
Terminado el desfile, el dise?ador respond¨ªa preguntas con su t¨ªpica candidez. Es un gran cambio para la casa, le dijimos. "?Por qu¨¦ no?", contest¨®. Es una buena demostraci¨®n de c¨®mo mantenerse en el negocio con elegancia.
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