Refugiados y olvidados en Jordania: cr¨®nica de una deportaci¨®n

Esta no es la historia de un refugiado sirio. Al¨ª Yahia no lleva cinco sino 12 a?os huyendo de la violencia que desgarra su regi¨®n. Lleg¨® a Jordania en 2013 con un visado m¨¦dico, el primero que pudo conseguir para huir del espanto. Una vez en Amman, se inscribi¨® en la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) con la esperanza de que pronto ser¨ªa realojado lejos del peligro y la precariedad que hab¨ªan caracterizado su vida en Darfur. Se equivoc¨®. El 18 de diciembre de 2015 las autoridades le deportaron a Sud¨¢n, al pa¨ªs donde vio c¨®mo mataban a su abuelo. Pero su historia no llenar¨¢ titulares porque esa parte del planeta no importa.

A las cuatro de la madrugada del pasado 16 de diciembre, la polic¨ªa desmantelaba la acampada que cientos de sudaneses ¡ªtanto refugiados como solicitantes de asilo¡ª hab¨ªan montado frente al edificio del Acnur en Amm¨¢n, en el distrito de Khalda. Al¨ª fue de los primeros. Se quejaban de que la organizaci¨®n favorec¨ªa a la mayor¨ªa de refugiados sirios en detrimento de sus propias necesidades. Acnur asegura que todos sus beneficiarios reciben el mismo trato. Entre las principales demandas, los africanos exig¨ªan el realojo urgente en otro pa¨ªs y la asistencia para encontrar vivienda, ya que no se sent¨ªan seguros en Jordania.

Del 16 al 18 de diciembre estuvieron a disposici¨®n de las autoridades. Primero fueron trasladados en autob¨²s a un recinto cercano al aeropuerto y esa misma noche estuvieron a punto de ser deportados. Sin embargo, en el ¨²ltimo momento y por razones de log¨ªstica seg¨²n publicaba Jordan Times, fueron reubicados en un hangar hasta la ma?ana del d¨ªa 18 de diciembre, cuando finalmente despegaba el primer avi¨®n con destino a Jartum. Seg¨²n im¨¢genes que ellos mismos hicieron llegar a los medios de comunicaci¨®n, durante el proceso fueron golpeados e intimidados por las fuerzas del orden.

Hab¨ªan vivido 33 d¨ªas a la intemperie, pasando fr¨ªo y calamidades, enfrent¨¢ndose diariamente al acoso de la polic¨ªa que les recriminaba que la protesta era ilegal y que, de no desalojar el recinto, ser¨ªan deportados. Pero Al¨ª Yahia asumi¨® el riesgo, indignado porque no pod¨ªa soportar que despu¨¦s de escapar del horror siguiera viviendo con miedo all¨ª donde solicitaba asilo. Miedo al barrio donde viv¨ªa, en el cu¨¢l el a?o pasado se hab¨ªan producido ataques violentos contra sudaneses. Miedo a ser descubierto mientras trabajaba ilegalmente. Miedo a caer enfermo y no tener dinero para pagar su tratamiento. ?l no s¨®lo sufr¨ªa el drama del refugiado, tambi¨¦n el de ser diferente. ¡°En la pasteler¨ªa donde trabajaba de noche me dec¨ªan que yo no pod¨ªa hacer dulces porque mis manos son negras y seg¨²n ellos est¨¢n sucias¡±, explicaba Al¨ª sobre los comentarios racistas que hab¨ªa soportado durante meses, tan s¨®lo dos d¨ªas antes de que se produjera la expulsi¨®n.

La situaci¨®n para los refugiados en Jordania es muy dif¨ªcil, sin permisos de trabajo ni de residencia Ali, solicitante de asilo

El periplo de Al¨ª

El joven de 26 a?os Ali Yahia no volver¨¢ a Shataia, su pueblo natal, situado en una peque?a provincia al sur de Darfur. De all¨ª sali¨® huyendo en 2004 y es el ¨²ltimo sitio donde desear¨ªa regresar. Se quedar¨¢ en Jartum, la capital del pa¨ªs, y volver¨¢ a trabajar en lo que pueda hasta conseguir otro visado. Tiene grabado en su memoria el d¨ªa en que las milicias yanyauid entraron en su aldea y dispararon a las casas indiscriminadamente. En el ataque murieron su abuelo y tres de sus hermanos. ?l logr¨® escapar de milagro, cojeando, porque un tiro le alcanz¨® la pierna. Fue tratado en un hospital de camino a Nyala, la capital del estado de Darfur Meridional, al oeste de Sud¨¢n. En esa ciudad permaneci¨® hasta 2012.

¡°En Nyala viv¨ªa en un campo para personas desplazadas, pero al menos ten¨ªa a mis padres. Fue duro porque est¨¢bamos acostumbrados a trabajar la tierra en Shataia: cultivar ma¨ªz, pepinos, pimientos y jud¨ªas. All¨ª no pod¨ªa. Poco a poco logr¨¦ encontrar trabajos espor¨¢dicos, dentro y fuera del campo, con los que mantener a mi familia. Pero tampoco all¨ª est¨¢bamos seguros porque las milicias tambi¨¦n entraban¡±, relataba el joven. Cuando reuni¨® el dinero y la fuerza suficiente, decidi¨® dirigirse a Jartum para una vez all¨ª, viajar a cualquier pa¨ªs donde se sintiera a salvo.

¡°Eleg¨ª Jordania porque es el ¨²nico pa¨ªs de la zona que conced¨ªa visados. Entr¨¦ gracias a un permiso m¨¦dico y una vez aqu¨ª me inscrib¨ª en Acnur como refugiado¡±, rememora. Seg¨²n declaraba, Jordania era su ¨²nica esperanza. ¡°Yo no quer¨ªa quedarme aqu¨ª, lo consideraba como un pa¨ªs de tr¨¢nsito para saltar a otro. Descubr¨ª demasiado tarde que la situaci¨®n para los refugiados en Jordania es muy dif¨ªcil, sin permisos de trabajo ni de residencia¡±, se lamentaba Al¨ª.

Acnur, la agencia desbordada

Jordania no es signataria de la Convenci¨®n sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951. Sin embargo, Acnur declara en su p¨¢gina que el Gobierno jordano permite ¡°un espacio de protecci¨®n (a los refugiados) en general favorable, aunque fr¨¢gil, debido a propios desaf¨ªos socio-econ¨®micos del pa¨ªs¡±. Desde 1998 trabajan a trav¨¦s de un Memor¨¢ndum de Entendimiento, que asent¨® las bases de la actividad de esta agencia de la ONU en el pa¨ªs. H¨¦lene Daubelcour, responsable de Relaciones Exteriores de la oficina de Jordania, declara que se proporciona asistencia a los beneficiarios "acorde a la vulnerabilidad y a nuestra capacidad financiera".

¡°Todos los refugiados reciben la protecci¨®n b¨¢sica, el documento que acredita que son legales en el pa¨ªs y que por tanto pueden recibir asistencia jur¨ªdica por parte del Gobierno¡±. El d¨ªa que fue entrevistada afirmaba que conoc¨ªa las peticiones de los manifestantes pero que el realojo "no es un derecho y depende de la disponibilidad, no de presiones. Se otorga principalmente a familias numerosas o que sufren enfermedades graves¡±. Seg¨²n declaraciones de Acnur, el porcentaje de los sudaneses presentados para realojamiento es incluso superior al de los sirios, entorno al 2,9% de los primeros comparado con el 2,3% de los segundos. ¡°El total de refugiados que han podido ser realojados est¨¢ alrededor al 1%,¡± aseguraba Daubelcour.

Los deportados corren un peligro real de sufrir violaciones de derechos humanos en Sud¨¢n

Seis eran las demandas que los manifestantes acampados reclamaban al Acnur: asistencia urgente para vivienda; oportunidades de realojamiento; el reconocimiento p¨²blico de que el 70% de los sudaneses han sido reconocidos como refugiados y no como solicitantes de asilo; sueldos mensuales hasta la concesi¨®n de permisos de trabajo; oportunidades de educaci¨®n para ni?os y adultos e igualdad en la prestaci¨®n de servicios m¨¦dicos como los proporcionados a los refugiados sirios e iraqu¨ªes.

El Reino Hachemita de Jordania aloja a m¨¢s de un mill¨®n de refugiados de diferentes nacionalidades, de los cuales la mayor¨ªa ¡ª650.000¡ª son sirios, siguiendo con iraqu¨ªes ¡ª30.000¡ª y sudaneses. Estos ¨²ltimos conforman un colectivo de 3.000 personas entre refugiados y solicitantes de asilo, la mayor¨ªa procedentes de la regi¨®n de Darfur. Conociendo estas cifras, hay una realidad que considerar en relaci¨®n a la recaudaci¨®n de fondos internacionales. Una realidad que ya viene de lejos: un art¨ªculo en The Atlantic de 2013 expon¨ªa c¨®mo los medios de comunicaci¨®n son un importante escaparate para la recaudaci¨®n de fondos y c¨®mo los sirios acaparaban ya entonces todas las portadas. Aunque Acnur defiende que el trato es igualitario, otras ONGs que operan en la regi¨®n a menudo est¨¢n limitadas a la dependencia de los llamamientos de recaudaci¨®n de fondos, que por lo general se centran en una crisis a la vez. "Una ONG no puede recoger dinero para una campa?a titulada ¡®Alimenta a una familia siria esta Navidad¡¯ y ofrec¨¦rselo a una familia somal¨ª en su lugar¡±.

Vidas en peligro

Amnist¨ªa Internacional publicaba una nota de prensa donde recog¨ªa, de fuentes no confirmadas, que al menos una persona podr¨ªa haber muerto por el uso de gases lacrim¨®genos y golpes durante el proceso de deportaci¨®n. Adem¨¢s, el mismo informe asegura que los refugiados retornan a un pa¨ªs "donde van a estar en riesgo real de violaciones de derechos humanos y sus vidas est¨¢n potencialmente en peligro. La mayor¨ªa de estas personas han huido de Darfur, donde se enfrentar¨ªan a un riesgo real de persecuci¨®n, represi¨®n brutal y otras violaciones de derechos humanos por el gobierno sudan¨¦s en la regi¨®n¡±.

La deportaci¨®n de refugiados, seg¨²n otro informe de Human Rights Watch, viola el principio de derecho internacional consuetudinario de no devoluci¨®n, que proh¨ªbe a los gobiernos devolver a las personas a lugares donde corren el riesgo de ser perseguidos, torturados, o expuestos a penas o tratos inhumanos o degradantes. El pasado viernes 18 de diciembre se abri¨® una brecha legal en Jordania para deportar a refugiados que protestasen por su precaria situaci¨®n en el pa¨ªs.