Desigualdades y propiedad privada
Quiz¨¢ lo que falte a la econom¨ªa y a la pol¨ªtica hoy sea precisamente utop¨ªa
El problema de la pobreza y de las desigualdades en el mundo es hoy, sin duda, uno de los m¨¢s graves de la humanidad y debiera ser el tema central de la agenda del Foro de Davos, donde se re¨²nen en torno a 2500 dirigentes pol¨ªticos y l¨ªderes econ¨®micos de cien pa¨ªses. Davos es, seg¨²n V¨¢zquez Montalb¨¢n, un lugar donde dios revel¨® a Hayek los principios econ¨®micos de la Teolog¨ªa Neoliberal: un ¡°dios especializado en aparecer en monta?as sagradas para anunciar los cambios de horarios ¨¦ticos y las rebajas de los derechos humanos gran liquidaci¨®n, fin de temporada¡± (El Pa¨ªs, 2 de abril de 2002).
?Cu¨¢l es la ra¨ªz de esta situaci¨®n de pobreza y desigualdad? Intentar¨¦ descubrirla acudiendo a algunas de las m¨¢s importantes utop¨ªas de la historia de la humanidad, que hacen un buen diagn¨®stico de dicho problema, profundizan en sus causas y proponen alternativas. La relaci¨®n causa-efecto entre la las desigualdades sociales y la propiedad privada, la supresi¨®n de esta y la puesta en com¨²n de los bienes de la tierra para uso y disfrute de todos los seres humanos constituyen tres invariantes de dichas utop¨ªas.
Uno de los primeros utopistas de los que tenemos noticia por las obras de Arist¨®teles es el arquitecto Faleas de Calcedonia, para quien lo m¨¢s importante en la vida de la ciudad era regular las cuestiones relativas a la propiedad, considerada la causa principal de las discordias civiles, provocadas por las desigualdades econ¨®micas. Como soluci¨®n propone la igualdad absoluta de los bienes, la nacionalizaci¨®n de los bienes de producci¨®n y un sistema de educaci¨®n p¨²blica. Algunos autores consideran a Faleas un precursor del socialismo.
Ant¨ªstenes de Atenas (445-365), fundador de la Escuela C¨ªnica, defiende que la riqueza se encuentra en la inteligencia. El rico no es el que tiene mucha plata, sino el sabio. ¡°Sea el total de mi dinero ¨Cdec¨ªa- lo que el hombre moderado puede llevarse consigo o trasportar¡±. ?l mismo predicaba con el ejemplo: mostraba desd¨¦n hacia los bienes exteriores y viv¨ªa desinhibidamente despreciando la religi¨®n, las convenciones sociales, las instituciones, la ciencia, la fama y el pudor. El mismo camino sigui¨® su disc¨ªpulo Di¨®genes de Sinope (Asia Menor), que fue desterrado de su ciudad, se deshizo de todo lo que no era indispensable, vivi¨® una existencia itinerante con libertad total y fue cosmopolita. Cualquier lugar era su casa.
¡°Que todas las cosas sean comunes, como entre amigos¡±, afirma Plat¨®n. En La Rep¨²blica aboga por la supresi¨®n de la propiedad privada entre los guardianes, que es la clase m¨¢s importante y cuyo estilo de vida es muy exigente ya que todo depende de dicha clase y de ella surgen los gobernantes. Tienen que dedicarse exclusivamente al servicio de la ciudad. Por eso deben renunciar a todo lo personal, no formar una familia, no poseer propiedad alguna. La riqueza crea codicia, y la codicia es la fuente de todos los males del Estado.
La Isla del Sol, Yambulo, ¨²ltima utop¨ªa de la Antig¨¹edad, definida por Ernst Bloch como ¡°una festividad comunista y colectiva¡±, dise?a un estilo de vida sin propiedad privada ni divisi¨®n del trabajo, sin esclavos ni se?ores, sin formas econ¨®micas espec¨ªficas ni para el trabajo agr¨ªcola, ni para la familia. El ideal de las comunidad cristiana de Jerusal¨¦n, conforme a la utop¨ªa de Jes¨²s, es la comunidad de bienes, como refleja Hechos de los Ap¨®stoles. Ese ideal, que quiz¨¢ nunca lleg¨® a hacerse ralidad, exclu¨ªa por su propia naturaleza la existencia de personas indigentes.
La consideraci¨®n de la propiedad privada como causa de todos los males, su supresi¨®n y la defensa de la propiedad colectiva constituyen las principales caracter¨ªsticas de la f¨¢bula marinera Utop¨ªa, de Tom¨¢s Moro: ¡°Aqu¨ª, donde todo es de todos, ninguno duda que a nadie le ha de faltar nada privado... Pues ni es cicatera la distribuci¨®n de los bienes ni nadie hay all¨ª indigente o mendigo; no teniendo ninguno nada, son todos, sin embargo, ricos¡±. En la misma direcci¨®n va la Ciudad del Sol, de Tomasso Campanella, una utop¨ªa en la que el comunismo es el sistema vigente. En dicha ciudad cada barrio se autoabastece y tiene sus propios graneros, cocinas y refectorios. Las comidas son comunes. Nada hay en ese r¨¦gimen que fomente el ego¨ªsmo y el apego a la propiedad privada.
El socialismo ut¨®pico es una reacci¨®n contra el liberalismo econ¨®mico, su dogma de la libre competencia y el individualismo utilitarista, que no logra armonizar el inter¨¦s particular con el inter¨¦s general. Propone alternativas sociales y econ¨®micas al modelo vigente. Algunos de los socialistas ut¨®picos abogan por la eliminaci¨®n de la propiedad privada y por la instauraci¨®n de una sociedad ¡°comunista¡±.
El papa Francisco sintoniza con el planteamiento de las utop¨ªas en torno a las relaciones causa-efecto entre la acumulaci¨®n de bienes y las desigualdades sociales. El actual sistema social y econ¨®mico ¨Cafirma- es injusto en su ra¨ªz porque desarrolla una ¡°econom¨ªa de la exclusi¨®n y de la inequidad¡±, considera al ser humano como un bien de consumo, tiene un potencial de disoluci¨®n y de muerte, diviniza el mercado y lo convierte ¡°en regla absoluta¡±.
Es posible que se intenten descalificar estas respuestas al problema de las desigualdades sociales por considerarlas ¡°ut¨®picas¡±. Lo son, es verdad, pero quiz¨¢ lo que falte a la econom¨ªa y a la pol¨ªtica hoy, en tiempos de crisis, sea precisamente eso: utop¨ªa.
Juan Jos¨¦ Tamayo es profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Invitaci¨®n a la utop¨ªa. Estudio hist¨®rico para tiempos de crisis (Trotta, Madrid, 2012).
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