Cuanto m¨¢s te ejercitas, menos energ¨ªa consumes
Un an¨¢lisis muestra que la relaci¨®n entre actividad f¨ªsica y consumo de calor¨ªas es muy fuerte hasta una cantidad de ejercicio moderada, pero se estanca despu¨¦s
Durante un verano de 2010, en Tanzania, Herman Ponzer tuvo la oportunidad de convivir con los Hadza, uno de los ¨²ltimos pueblos de cazadores recolectores de ?frica. All¨ª, este investigador de la Universidad de la Ciudad de Nueva York estudi¨® el gasto energ¨¦tico de estas personas que caminan durante kil¨®metros a diario y emplean su cuerpo en todo tipo de trabajos cotidianos. Ponzer pidi¨® a un grupo de 30 hombres y mujeres Hadza que bebiesen una peque?a cantidad de agua con is¨®topos pesados de hidr¨®geno y ox¨ªgeno. Con estos ¨¢tomos trucados vigilados durante dos semanas en las muestras de orina de los voluntarios fue posible calcular su gasto de energ¨ªa.
El sentido com¨²n dir¨ªa que estos individuos, mucho m¨¢s activos que los sedentarios occidentales, deber¨ªan emplear m¨¢s energ¨ªa. Sin embargo, los resultados del estudio indicaban que la diferencia no exist¨ªa. De alguna manera, los organismos de los Hadza se hab¨ªan adaptado a su estilo de vida y hab¨ªan encontrado un equilibrio energ¨¦tico parecido a los de las poblaciones urbanitas. Como explica Ponzer, ¡°estudios en mujeres sanas han mostrado una supresi¨®n de la actividad de los ovarios y menor producci¨®n de estr¨®genos como respuesta a la pr¨¢ctica de ejercicio moderado¡±. Y lo mismo sucede con el gasto dedicado al sistema inmune. En este tipo de cambios podr¨ªa encontrarse la soluci¨®n al misterio.
Se ha observado una supresi¨®n de la actividad de los ovarios como respuesta a la pr¨¢ctica de ejercicio moderado
Los resultados de este trabajo, que se public¨® en 2012 en la revista PLoS ONE, se encuentran detr¨¢s de un nuevo estudio de Ponzer que acaba de ver la luz en la revista Current Biology y que cuestiona algunas de las estrategias actuales para prevenir la obesidad. Estos enfoques asumen que como el peso es consecuencia del equilibrio entre la energ¨ªa que ingerimos y la que gastamos, si se hace ejercicio y se quema m¨¢s combustible, descender¨¢ la masa corporal. Sin embargo, el seguimiento de muchas personas que han tratado de adelgazar solo con ejercicio muestra que el sentido com¨²n no siempre funciona.
Para tratar de comprender este fen¨®meno, Ponzer y su equipo siguieron durante una semana a 300 hombres y mujeres midiendo sus niveles de ejercicio y su dieta y observ¨® que la asociaci¨®n entre la actividad f¨ªsica y el gasto energ¨¦tico estaba fuertemente relacionado al principio. Sin embargo, a partir de cierta cantidad de ejercicio, el consumo de energ¨ªa se estancaba y para conseguir quemar una peque?a cantidad de calor¨ªas era necesaria una gran cantidad de ejercicio. Adem¨¢s, observaron que cuanto mayor fuese el porcentaje de grasa corporal de los individuos mayor energ¨ªa gastaban.
Esta capacidad del cuerpo humano para adaptarse a sus circunstancias tambi¨¦n se ha observado en otros seres vivos. Algunos mam¨ªferos en estado salvaje, sometidos a mayores presiones y a una necesidad superior de actividad f¨ªsica, tienen gastos totales de energ¨ªa similares a sus cong¨¦neres en cautividad.
Los animales salvajes, con una vida m¨¢s activa, consumen la misma energ¨ªa que sus cong¨¦neres en cautividad
Ponzer no quiere que sus resultados confundan a nadie sobre los beneficios del ejercicio. ¡°Sabemos que el ejercicio es muy importante para la salud y este estudio no cambia ese mensaje¡±, asevera, "pero tambi¨¦n tenemos que prestar atenci¨®n a la dieta". Una vez aclarado ese punto, pasa a explicar que no tienen informaci¨®n detallada sobre el comportamiento de los voluntarios de su estudio, pero que el nivel moderado de actividad que mencionan ¡°se podr¨ªa alcanzar caminando unos pocos kil¨®metros al d¨ªa para ir al trabajo o subir escaleras en lugar de tomar ascensores, e intentar hacer algo de ejercicio a la semana¡±, a?ade.
Los autores del estudio quieren ahora analizar c¨®mo responde el cuerpo al incremento de actividad para reducir la cantidad de energ¨ªa consumida. Por ahora, centran su atenci¨®n en la contribuci¨®n al gasto energ¨¦tico humano de actividades en las que no intervienen los m¨²sculos y en las estrategias del organismo para adaptarse a un incremento de actividad. La reducci¨®n en el consumo de otras tareas fisiol¨®gicas puede explicar los beneficios del ejercicio al limitar el gasto en inflamaci¨®n y otras actividades del sistema inmune que pueden tener efectos nocivos para la salud.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.