Lo peor de El Guincho
Un disco que se lleva puesto, un videoclip rompedor y un mundo virtual. As¨ª es 'HiperAsia', el disco con el que Pablo D¨ªaz-Reixa quiere sacar su lado negativo
Un cine no es el primer lugar en el que piensas para presentar un disco, pero eso ¨Cla obviedad¨C es algo contra lo que Pablo D¨ªaz-Reixa lleva batallando desde que sorprendi¨® al mundo con un ataque de pop tropicalista llamado Alegranza hace ya casi diez a?os. De hecho, en ese momento, el ¨¢lbum todav¨ªa no tiene una forma reconocible, sino que est¨¢ contenido en un chip dentro de unas pulseras que recuerdan poderosamente a las Power Balance. Ese es solo el comienzo de un ambicioso proyecto con el que El Guincho presenta su cuarto disco, HiperAsia, despu¨¦s de tres trabajos que le llevaron a firmar por el sello de The XX o FKA Twigs, girar por todo el mundo y acabar trabajando con Bj?rk.
Los siguientes cap¨ªtulos de su plan, para el que ha colaborado con el realizador Tom¨¢s Pe?a y la firma de moda Wellness, incluyen un mundo virtual en el que habita su avatar pixelado Chef P, ropa inteligente y nueva m¨²sica que vivir¨¢ exclusivamente en su universo inventado. Pues eso: nada obvio. D¨ªas m¨¢s tarde, Pablo explica la ambici¨®n de hacer de HiperAsia un disco distinto, incluso dentro de su trayectoria. "Me molaba prestigiar de alguna manera el formato de la m¨²sica, en vez de empaquetarla en un CD que ni yo mismo me comprar¨ªa", dice con rotundidad. "En el fondo, siempre llevamos la m¨²sica encima. Est¨¢ en tu cabeza todo el d¨ªa, como una nube. Me molaba que la pudieras ver, que la llevaras puesta y que, para escucharla, tuvieses que hacer el gesto de pegarte la tecnolog¨ªa al cuerpo".
La manera de conseguirlo ha sido a trav¨¦s de un mundo que le apasiona. "Siempre he sido un flipado de la tecnolog¨ªa, de cosas como la realidad aumentada", aclara. "Mi idea era pillar un chip NFC [que permite la transmisi¨®n inal¨¢mbrica de datos] y a partir de ¨¦l crear sat¨¦lites del proyecto que completasen la experiencia. Como cuando descubres un grupo; no pones una canci¨®n y ya est¨¢. Vas a ver qu¨¦ otros temas tiene, qui¨¦n le produce... Me molaba que toda esa experiencia sucediese exclusivamente en un mundo virtual".
Para la creaci¨®n de ese universo paralelo fue clave un viaje a un lugar f¨ªsico, aunque con cierto punto de irrealidad: los almacenes Hiperasia. La visita a ese gigantesco supermercado, en el que la frontera entre lo genuino y la copia se desdibuja, le caus¨® tal impresi¨®n que decidi¨® eliminar todo el trabajo que hab¨ªa estado realizando en Madrid (su ciudad de acogida para este disco) durante meses. "S¨ª, borr¨¦ todo despu¨¦s de ir all¨ª", corrobora. "Cuando vas a un Hiperasia ves pasillos enormes llenos hasta el techo de copias de objetos colocadas de forma extra?a. Me mol¨® esa sensaci¨®n de sentirte peque?o en un entorno muy grande, que no acabas de entender, pero que a la vez te hace sentirte c¨®modo, y quise traducirla a canci¨®n".
Cuando saqu¨¦ el primer disco, en Espa?a recib¨ª rechazos radicales, de decir 'esto es una gran mierda. No te vas a poder dedicar a esto nunca, chico'
La ambivalencia entre original y copia, real e irreal y f¨ªsico y virtual se ha convertido en el eje de un disco musicalmente imprevisible, en el que las letras adquieren un peso fundamental. En un tiempo en el que ya no sabemos si somos lo que escribimos en nuestras redes sociales, El Guincho ha intentado ir en direcci¨®n opuesta. "Me interesaba poner en los textos una versi¨®n peor de ti, justo lo contrario de lo que proyectamos en Internet. Quer¨ªa utilizar cosas que piensas pero que no dir¨ªas en p¨²blico, o que van en contra de tu forma de ver las cosas, pero a¨²n as¨ª est¨¢n en tu cabeza. Me parec¨ªa un material valioso". Un ejemplo es la frase que repite en Mis hits: "Ahora lo ¨²nico que quiero es m¨¢s dinero". "No, no me identifico en absoluto con esa frase", explica, "pero claro que lo he pensado. Llevo ya bastantes a?os en la m¨²sica y a veces se te pasa por la cabeza decir '?por qu¨¦ estoy en esto?'. Pero luego te das cuenta de que tienes que dar las gracias, de que es la hostia este curro". A¨²n agradecido, resulta inevitable pensar que, adem¨¢s de la despersonalizaci¨®n propia de cualquier persona con acceso a Internet, a Pablo le haya afectado tambi¨¦n la percepci¨®n del p¨²blico y los medios, especialmente en su propio pa¨ªs, siempre m¨¢s reacio que otros territorios a su propuesta. Por eso mismo confiesa que con HiperAsia quiere que las cosas le vayan mejor aqu¨ª.
Me interesaba poner en los textos una versi¨®n peor de ti, justo lo contrario de lo que proyectamos en Internet. Quer¨ªa utilizar cosas que piensas pero que no dir¨ªas en p¨²blico, o que van en contra de tu forma de ver las cosas
"No lo veo con frustraci¨®n, pero me ha pasado as¨ª", aclara. "Cuando saqu¨¦ el primer disco, en Espa?a recib¨ª rechazos radicales, de decir 'esto es una gran mierda. No te vas a poder dedicar a esto nunca, chico'. Y, cuando luego fich¨¦ por el sello Young Turks, vi que la percepci¨®n que tenemos aqu¨ª viene filtrada por lo que nos dicen fuera. Me parec¨ªa muy curioso que la gente necesitara saber lo que piensa un tipo de Boston para mirar con otros ojos a un igual. Pero entiendo que yo siempre he sido un ente extra?o en cualquier escena, que hay gente que dice 'a este hay que darle de comer aparte, no lo s¨¦ ubicar". Tiene l¨®gica: si no encajas en ning¨²n lugar, inv¨¦ntate uno. Aunque sea virtual.
HiperAsia existir¨¢ tambi¨¦n como disco convencional, pero donde Pablo concentra esfuerzos es en ese mundo al que solo se puede acceder a trav¨¦s del chip NFC ¨Cpronto tambi¨¦n integrado en una sudadera¨C y tu m¨®vil. "Amigos m¨ªos van a grabar con otros alias, yo mismo voy a sacar EPs con otros nombres para que existan solo ah¨ª, va a tener muchas piezas audiovisuales...". Un universo en expansi¨®n.
? HiperAsia est¨¢ disponible en pulsera. En CD sale el 12 de febrero. http://hiperasia.style/
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.