El ballet de los ni?os de la calle
Un grupo de ni?os de Manila han cambiado las calles por el escenario gracias a la danza y a la Fundaci¨®n Tuloy, que lleva d¨¦cadas acogiendo y educando a miles de chicos marginados
En un espacio di¨¢fano, peque?os cuerpos describen gr¨¢ciles movimientos al comp¨¢s de notas mudas. Erguidas, una quincena de cabezas se concentran en los pasos marcados por la profesora. Sus zapatillas de punta, inmaculadas, dibujan finos ¨¢ngulos sin necesidad de esquivar desechos suburbiales ni regueros de orines. Sus pli¨¦s en nada se parecen a las flexiones con las que antes evitaban los techos de uralita de las chabolas en las que viv¨ªan. Nada que ver el brillo de sus frentes por el baile de hoy, con el sudor ennegrecido por el deambular callejero de ayer.
¡°Mi vida era miserable. Pero fue mi madre la que se enfrent¨® a las adversidades. Cruz¨® tormentas y tifones para darnos cobijo y alimento¡±, relata Rodney Catubay, de 18 a?os, recordando a su madre ausente mientras se apoya en la barra de estiramientos como quien abraza un salvavidas en medio de la tempestad. Abandonado por su madre tras la muerte de su padre por enfermedad pulmonar, Rodney estaba destinado a buscarse la vida en las calles de la capital como tantos otros menores filipinos. Pero fue uno de los primeros estudiantes seleccionado por el centro de m¨²sica y danza Academy One. ¡°Este es el hogar de los ni?os que piensan que han perdido todas las esperanzas¡±, explica quien, paso a paso, ha convertido su infortunio en una oportunidad. Gracias a la academia, Rodney viaj¨® a Hong Kong para una audici¨®n especial en 2014 y desde comienzos de este a?o trabaja de aprendiz en el Ballet de Manila; uno de los principales centros de formaci¨®n a nivel nacional. Pero los estudiantes de la academia son s¨®lo supervivientes del naufragio social de muchas familias del pa¨ªs.
Las infancias de los bailarines hu¨¦rfanos de Manila son tragedias que se reproducen con demasiada frecuencia en las urbes filipinas. Desigualdad insultante en megal¨®polis densamente pobladas. Familias numerosas desprovistas de programas de planificaci¨®n familiar que son rechazados por la tradici¨®n. Guetos miserablemente pobres ocultos a la sombra de las oficinas de negocios y sus porcentajes de crecimiento econ¨®mico. Abandono infantil y adolescencia indigente expuesta al tr¨¢fico humano, trabajos forzosos y mendicidad. En el peor de los casos, los menores acaban hacinados en c¨¢rceles por robos o asesinatos; futuras v¨ªctimas de violaciones y torturas de los carceleros, como indica un informe de Amnist¨ªa Internacional. Historias que se repiten como los pasos de una danza siniestra. Punta, tac¨®n, punta.
El ¨²ltimo informe de UNICEF sobre Pobreza Infantil en Filipinas advierte que el aumento de la poblaci¨®n ha disparado la desigualdad en un pa¨ªs en el que cerca de 24 millones de personas (un cuarto de la poblaci¨®n total) viven por debajo del umbral de la pobreza, lo que supone un incremento sobre los datos de d¨¦cadas anteriores. Como los tifones que asolan el archipi¨¦lago cada a?o, la marginaci¨®n social en las grandes ciudades arrasa familias enteras. Pero no son temporales imprevisibles los que condicionan la pobreza urbana en Filipinas.
No es temporal, sino estructural. Metro Manila y sus alrededores acogen a 20 millones de personas, casi la mitad de la poblaci¨®n espa?ola. Se estima que hay 30.000 menores en indigentes en Manila (200.000 en todo el pa¨ªs) sobreviviendo con menos de 46 pesos al d¨ªa (0,8€), mientras que determinados barrios de la capital acumulan cerca de dos billones de euros ¡ªel 90% de la riqueza del pa¨ªs¡ª, seg¨²n informa la edici¨®n filipina de la revista Forbes. Al tiempo que el PIB crece al 6% anual, situando a Filipinas entre los pa¨ªses de la regi¨®n con mejores resultados, la pobreza sigue siendo una losa para el desarrollo de la mayor parte de los filipinos.
En Filipinas, la desigualdad condena alrededor de 250.000 menores a vivir en la indigencia
Conscientes de los principales escollos a salvar para un crecimiento sostenible, el gobierno de Filipinas anunci¨® en octubre que centrar¨¢ su trabajo en la consecuci¨®n de tres de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030: reducci¨®n de la pobreza, mejora de la sanidad universal y educaci¨®n. Precisamente los tres pilares sobre los que lleva trabajando desde hace 22 a?os el padre Rocky Evangelista a trav¨¦s de su fundaci¨®n, de la que sali¨® el grupo de 17 bailarines hu¨¦rfanos que forman la escuela de danza Academy Music One.
La Fundaci¨®n Tuloy Don Bosco ha ofrecido alojamiento, comida y educaci¨®n a m¨¢s de 17.000 ni?os hu¨¦rfanos, indigentes y v¨ªctimas de abusos desde su creaci¨®n. Nacida en el jard¨ªn trasero de una peque?a iglesia de Metro Manila en la que el padre Rocky acog¨ªa a grupos de adolescentes marginados, el centro se ha convertido en un refugio de m¨¢s de 4,5 hect¨¢reas en el que 224 menores, antes sin techo, gozan de las oportunidades a las que nunca tendr¨ªan acceso en las calles de la capital. ¡°Cuando llegu¨¦ a Tuloy, yo era muy travieso y me portaba mal. Antes no estaba interesado en ir a la escuela y ahora no puedo pasar un d¨ªa sin mis compa?eros de colegio y danza¡±, cuenta John Edmar Sumera, de 15 a?os. Nunca pens¨® que ser¨ªa capaz de transformar su ni?ez problem¨¢tica en los allegros que le han llevado a los escenarios del Royal Ballet School de Londres.
El programa de danza en colaboraci¨®n con la Academy Music One surgi¨® hace cuatro a?os, pero Tuloy Don Bosco dispone de sus propios proyectos de educaci¨®n para los ni?os marginados y otros menores que viven fuera de las instalaciones, m¨¢s de 700 alumnos en total. ¡°Un 72% de los ni?os que pasan por la fundaci¨®n encuentran trabajo gracias a los programas de formaci¨®n y a las instituciones asociadas a nuestra escuela¡±, explica Farah Paldan, encargada de comunicaci¨®n del departamento de proyectos de la fundaci¨®n.
M¨¢s all¨¢ del futuro ¨¦xito profesional de unos ni?os cuyo ¨²nico horizonte en el pasado eran las calles, los tutores valoran el desarrollo personal de los menores. ¡°El ballet ayuda a estos chicos a recuperarse... Es muy complicado que salgan de ¡°su cascar¨®n¡±. Pero cuando lo hacen, es incre¨ªble verlos florecer¡±, explica Joonee Garc¨ªa, que coordina la escuela de danza junto a su hermana desde hace d¨¦cadas. Tambi¨¦n para el padre Rocky Evangelista, la transformaci¨®n que viven los chicos es el mejor regalo: ¡°Para un ni?o que desconf¨ªa por los abusos que ha sufrido, la rendici¨®n de su arma de autodefensa es muy significativo¡±, dice se?alando navajas, cuchillos y dem¨¢s objetos punzantes que se exhiben en una vitrina en su despacho, y resume: ¡°Mi verdadero trofeo es cuando un chico de la calle se acerca para decirme: 'ya no necesito esto para protegerme'¡±.
Este es el hogar de los ni?os que piensan que han perdido todas las esperanzas
Celine Astrologo, de 14 a?os, nunca us¨® armas para defenderse, pero sufri¨® desde muy peque?a la violencia de las calles de Manila. Antes de cumplir 7 a?os, la benjamina de los bailarines hu¨¦rfanos ya hab¨ªa sido abandonada por sus padres. ¡°La vida sin una familia es muy dura¡±, suspira al horizonte, su cuello profesionalmente estirado; el de una mariposa apenas madura. Celine sigue recordando: ¡°Tuloy me dio confianza para decir: 'Soy ni?a pobre, pero me levantar¨¦ de la pobreza'¡±. Vuelve la cris¨¢lida a sus ojos. ¡°Mi vida aqu¨ª no es s¨®lo bonita, sino maravillosa. Me han ayudado a estudiar y a sostenerme por mis propios pies¡±, concluye mirando al suelo; como buscando imperceptibles hilos de seda aun enmara?ados en sus puntas. Rodney, el mayor de los bailarines hu¨¦rfanos, lo explica: ¡°Esta academia es como un capullo donde se te entrena. Y cuando est¨¢s listo, puedes desplegar tus alas y volar¡±.
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