La nueva Agenda para el Desarrollo Sostenible y nuestro proyecto de pa¨ªs
Todos los pa¨ªses y sociedades sin excepci¨®n tendr¨¢n que llevar a cabo las transformaciones necesarias para alcanzar un futuro com¨²n de prosperidad. Tambi¨¦n Espa?a
Nos estamos acercando al momento de la verdad. Al momento de alcanzar nuevos acuerdos pol¨ªticos y sociales que materialicen el sentir de la ciudadan¨ªa tras las pasadas elecciones, en el contexto de una crisis que se ha prolongado durante a?os y en el que el di¨¢logo pol¨ªtico y la b¨²squeda de consensos fundamentales son dif¨ªciles.
En un contexto tan complejo como este, la nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible acordada por los l¨ªderes mundiales en la Cumbre de Jefes de Estado celebrada el 25 de septiembre en las Naciones Unidas, donde Espa?a estuvo representada por S.M. el Rey, as¨ª como el acuerdo alcanzado en Par¨ªs sobre Cambio Clim¨¢tico en diciembre ¡ªlos dos pilares de una nueva agenda global para el desarrollo sostenible¡ª, ofrecen una visi¨®n de futuro y un espacio de encuentro sobre el que es posible articular acuerdos y construir un proyecto de pa¨ªs transformador y de largo plazo.
La nueva agenda global para el desarrollo sostenible, que esboza la visi¨®n de futuro para 2030 de la humanidad y el planeta, se articula a trav¨¦s de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) universales, y del acuerdo de Par¨ªs, marco regulatorio global necesario para la transici¨®n hacia una econom¨ªa verde baja en carbono.
Esta nueva agenda es profundamente transformadora porque marca objetivos y establece mecanismos que atacan las causas, y no los s¨ªntomas, de la pobreza, la desigualdad y la degradaci¨®n del medio ambiente. A diferencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que expiraron en 2015 y del protocolo de Kioto, los ODS y el acuerdo de Par¨ªs son de aplicaci¨®n universal a todos los pa¨ªses, desarrollados y en v¨ªas de desarrollo, y tambi¨¦n a todos los actores, sector privado incluido. Los ODS no son, como en cierta forma fueron los ODM, una prescripci¨®n de los gobiernos de los pa¨ªses desarrollados a los de los pa¨ªses en desarrollo a cambio de ayuda. Por el contrario, representan un nuevo pacto universal, un contrato social global. Todos los pa¨ªses y sociedades sin excepci¨®n tendr¨¢n que llevar a cabo las transformaciones necesarias, de diferentes maneras, y adaptadas a su realidad, para alcanzar un futuro com¨²n de prosperidad. Todos los pa¨ªses estamos en v¨ªas de desarrollo sostenible.
A diferencia de la anterior agenda de la ayuda al desarrollo, los problemas y las demandas m¨¢s sentidas de los ciudadanos y ciudadanas espa?olas est¨¢n reflejados en (y respaldados por) los nuevos ODS: desde la desigualdad de renta y oportunidades, a la provisi¨®n de servicios b¨¢sicos universales y de calidad; desde la necesidad de reducir la pobreza en nuestro pa¨ªs, hasta hacer nuestras ciudades m¨¢s sostenibles y seguras; desde la garant¨ªa del acceso a la vivienda, hasta la conservaci¨®n de nuestros ecosistemas; desde el acceso a la energ¨ªa y la transformaci¨®n del modelo energ¨¦tico hacia uno basado en renovables, hasta la lucha contra la desnutrici¨®n y la pobreza infantil; desde la lucha contra los para¨ªsos fiscales, hasta la lucha contra la corrupci¨®n. S¨®lo por poner algunos ejemplos.
Los ODS no son, como en cierta forma fueron los ODM, una prescripci¨®n de los pa¨ªses desarrollados a los pa¨ªses en desarrollo a cambio de ayuda
La lectura de la crisis econ¨®mica y sus efectos deja tambi¨¦n algunas lecciones aprendidas que nos permiten valorar las oportunidades que ofrece la nueva agenda para la prosperidad y la transici¨®n hacia un nuevo modelo social y de crecimiento econ¨®mico en Espa?a, verde e incluyente. Muchas de las empresas y centros de investigaci¨®n espa?oles punteros en el mundo, y que han resistido a la crisis ¡ªa pesar de la reversi¨®n de incentivos p¨²blicos¡ª, operan en los sectores que la nueva agenda identifica como estrat¨¦gicos: en energ¨ªas renovables, en eficiencia energ¨¦tica, en redes de distribuci¨®n inteligentes; en tratamiento y gesti¨®n integral del agua; en medios de transporte eficiente y sostenible; en agricultura sostenible; en infraestructuras resilientes y de calidad; en el desarrollo de nuevas vacunas... Muchas de las pol¨ªticas p¨²blicas m¨¢s exitosas que se han desarrollado nuestro pa¨ªs, reconocidas internacionalmente, son pilares de la nueva agenda: pol¨ªticas de igualdad de g¨¦nero; de dependencia; sistemas eficaces de salud p¨²blica universal; de gesti¨®n integral del agua... Tenemos ventajas competitivas y capacidades ya creadas en nuestro sector p¨²blico y privado, gracias a haber dispuesto pol¨ªticas p¨²blicas e incentivos adecuados en su momento, para articular nuestro proyecto de pa¨ªs alrededor de la nueva agenda global de desarrollo sostenible.
Los ODS y los acuerdos de Par¨ªs nos deben servir para orientar las prioridades en ¨¢reas clave donde nos jugamos nuestro futuro: en nuestras pol¨ªticas sociales, en nuestro modelo de reindustrializaci¨®n, en nuestro modelo de ciudades, de desarrollo rural, en nuestros sistemas de I+D, en nuestro sistema educativo, en nuestra pol¨ªtica de cooperaci¨®n al desarrollo. ?Por qu¨¦ no adoptar la nueva agenda y los ODS como el aglutinante de pactos de estado esenciales para nuestro futuro a largo plazo?
Por si fuera poco, los ODS y Par¨ªs ser¨¢n tambi¨¦n el referente ante el cual nuestro pa¨ªs ser¨¢ valorado internacionalmente como m¨¢s o menos exitoso, como modelo a seguir o a evitar, en las reuniones ministeriales anuales de seguimiento de los ODS y en las cumbres de Jefes de Estado previstas a tal efecto cada cuatro a?os. Un excelente incentivo: la proyecci¨®n internacional.
Definitivamente, en este contexto complejo, la nueva agenda representa el mejor marco de consenso sobre el que perfilar el modelo de pa¨ªs que queremos para el siglo XXI. Si Espa?a construye su proyecto de pa¨ªs alrededor de los ODS y los cumple, ser¨¢ en 2030 un pa¨ªs pr¨®spero, cuyo modelo econ¨®mico ser¨¢ intensivo en conocimiento y estar¨¢ basado en sectores productivos competitivos porque son bajos en carbono y b¨¢sicos para el desarrollo sostenible, capaz de generar empleo de calidad para los y las j¨®venes, que no sufre pobreza extrema en ninguna sus dimensiones, con derechos sociales y civiles universalmente garantizados, que preserva y regenera sus recursos naturales y ecosistemas, y que es l¨ªder en la construcci¨®n de un mundo igualmente pr¨®spero y sostenible porque hace de la lucha contra la pobreza y el desarrollo global sostenible el eje de su lugar en el mundo.
Para ello, hacen falta consensos fundamentales y la voluntad pol¨ªtica para tomar medidas de gran calado. Medidas que ser¨¢ dif¨ªcil tomar, puesto que la nueva agenda global es de naturaleza fuertemente pol¨ªtica, e implica priorizar entre diferentes opciones de pol¨ªticas, sectores, tecnolog¨ªas y tambi¨¦n entre grupos de inter¨¦s, algunos muy poderosos. Dif¨ªcil, pero por supuesto, abordable.
Hagamos que los ODS y la agenda del clima, a la que Espa?a se ha comprometido internacionalmente, aglutinen un pacto de progreso y transformaci¨®n a largo plazo por el desarrollo sostenible ¡ªojal¨¢, un pacto de estado¡ª, y pong¨¢monos manos a la obra con las reformas institucionales y legislativas que sean necesarias, que ser¨¢n muchas y profundas. No dejemos pasar esta oportunidad.
Gabriel Ferrero es asesor senior en planificaci¨®n de la Agenda 2030 en la Oficina Ejecutiva del Secretario General de las Naciones Unidas desde 2012 y fue Subdirector General de pol¨ªticas para el desarrollo en la Secretar¨ªa de Estado de Cooperaci¨®n Internacional entre 2006 y 2011.
Las opiniones expresadas en este art¨ªculo son responsabilidad exclusive de su autor, y no necesariamente reflejan los puntos de vista de las Naciones Unidas o sus estados miembros.
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