Ciudades sostenibles hacia Habitat III
Foto de Jose Manuel R¨ªos Valiente en: Flickr Creative Commons
Tendr¨¢ lugar en Quito en el mes de Octubre de este a?o. Es la Tercera Conferencia sobre Vivienda y Desarrollo Sostenible-H¨¢bitat III, que cada 20 a?os convoca Naciones Unidas y que, de nuevo, sit¨²a sobre la mesa los enormes desaf¨ªos que la urbanizaci¨®n supone para el planeta. Las propuestas para la implementaci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible orientaran una Nueva Agenda Urbana que quiere reforzar el compromiso global con la urbanizaci¨®n sostenible. Seg¨²n la OCDE se prev¨¦ que en 2050 casi el 70% de la poblaci¨®n mundial ser¨¢ urbana, lo que supondr¨¢, entre otras cosas, un incremento de las emisiones de CO2 en un 70%. Y es que, las ciudades del mundo ocupan apenas el 2% del planeta pero representan entre 60 y 80% del consumo de energ¨ªa y 75% de las emisiones de carbono. El modelo de crecimiento econ¨®mico y demogr¨¢fico de los ¨²ltimos a?os ha tenido indudables efectos en el deterioro del medio ambiente, pero adem¨¢s ha generado grandes brechas socioecon¨®micas entre los pobladores de las grandes ciudades. Hoy, 828 millones de personas viven en los barrios marginales de las grandes urbes.
El debate sobre c¨®mo construir espacios urbanos sostenibles no es algo nuevo. En Europa sufri¨® un impulso en 1994 con la Carta Europea de Ciudades Sostenibles o Carta de Aalborg, que firmaron m¨¢s de 400 ciudades comprometi¨¦ndose a adoptar medidas de fomento de la sostenibilidad. Con un precedente en dos informes: Los l¨ªmites al crecimiento, encargado en 1972 al MIT por el Club de Roma (y dirigido por Dana Meadows), y Nuestro Futuro Com¨²n elaborado en 1987 (y encabezado por Gro H. Brundtland), en el que aparec¨ªa por primera vez el t¨¦rmino desarrollo sostenible definido como aquel que permite "satisfacer las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades". Como consecuencia, al amparo de Naciones Unidas, naci¨® la Agenda 21 que en su cap¨ªtulo 7 afirmaba que ¡°en los pa¨ªses industrializados, las modalidades de consumo de las ciudades est¨¢n imponiendo una fuerte carga sobre el ecosistema mundial. Los asentamientos humanos representan una gran amenaza ambiental y se constituyen como uno de los espacios vitales m¨¢s significativos de la biosfera¡±. Parece claro, por tanto, que las ciudades no debieran continuar con un esquema de crecimiento descontrolado y que el urbanismo necesita incorporar la sostenibilidad en su quehacer cotidiano, en los ¨¢mbitos ecol¨®gico, social y econ¨®mico. As¨ª, la ciudad del futuro podr¨¢ estar en mayor equilibrio con el medio natural en el que se inscribe y atender a las necesidades b¨¢sicas de todos sus habitantes.
De hecho, cada vez son m¨¢s las ciudades que caminan hacia ese horizonte e incorporan medidas orientadas a favorecer una vida urbana m¨¢s sostenible. Las iniciativas son diversas: o bien fomentando un acceso m¨¢s igualitario a los equipamientos p¨²blicos b¨¢sicos; con planes de reducci¨®n de las emisiones de CO2, apostando por la eficiencia energ¨¦tica e impulsando las energ¨ªas renovables; o desarrollando actuaciones para fomentar la movilidad sostenible; promoviendo la autosuficiencia energ¨¦tica en nuevas viviendas; favoreciendo la econom¨ªa, la producci¨®n y el consumo de proximidad; apostando por el consumo colaborativo; o reintroduciendo la agroecolog¨ªa en las ciudades. Para algunos analistas, el urbanismo sostenible requiere por una parte, trabajar desde la escala barrio e introducir innovaciones locales y por otra, tener en cuenta la relaci¨®n del espacio urbano con su entorno rural m¨¢s pr¨®ximo. Para otros, sin embargo, el impacto de las grandes ciudades sobre el medio es ya tal que supone una contradicci¨®n con su posible sostenibilidad. Quiz¨¢ la Nueva Agenda Urbana, fruto de Habitat III, y las propuestas que de all¨ª surjan aporten nuevas herramientas para enfrentar este reto urgente, y de escala planetaria.
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