El suicidio, entre el ruido y el silencio

Dec¨ªa El¨ªas Canetti que "ni un solo ser humano ha sido agotado jam¨¢s. Ni en su extrema reducci¨®n, ni en la muerte, ni en su destrucci¨®n ha sido agotado jam¨¢s un ser humano". Con frecuencia hablamos de cifras a la hora de dimensionar una tragedia. Ser la primera causa de muerte en Espa?a, con diez fallecidos diarios, no parece haber sido suficiente para romper esa barrera invisible que perpetua cualquier tab¨², en este caso el del suicidio. Probablemente s¨®lo haya algo m¨¢s triste que el silencio denso que lo envuelve, la frivolidad con que emerge peri¨®dicamente en una mara?a de declaraciones oportunistas, detalles morbosos, y b¨²squeda de chivos expiatorios que nos tranquilizan como sociedad y nos permiten sortear el sentimiento de culpa insoportable que amenaza con apresarnos colectivamente.

Despu¨¦s de todo, las desgracias siempre les suceden a otros y algo habr¨¢ hecho o dejado de hacer alguien para que haya sucedido. Poco importa el dolor de quienes sobreviven a la muerte por suicidio de un ser querido el d¨ªa siguiente al que el ruido que suplant¨® al silencio cesa, con id¨¦nticas consecuencias.

Nada nuevo bajo el sol en los aspectos menos alentadores de la condici¨®n humana, si no fuera porque el suicidio es una tragedia prevenible y evitable en la mayor¨ªa de los casos. Se sabe que es un fen¨®meno complejo y multifactorial poco proclive a ser explicado unicausalmente. Se conoce el potencial preventivo de abordar sus factores de riesgo con rigor en los medios de comunicaci¨®n, siguiendo por una vez las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, para sortear el efecto contagio y las conductas imitativas, especialmente importantes en las poblaciones m¨¢s vulnerables a estos efectos, los m¨¢s j¨®venes.

El suicidio es una tragedia que se puede prevenir y evitable en la mayor¨ªa de los casos

Se trata de identificar enfermedades mentales subyacentes, conflictos familiares inabordables y distintas formas de acoso o abuso, en definitiva detectar situaciones de sufrimiento insoportable particularmente frecuentes en distintas experiencias de exclusi¨®n al diferente que superan la capacidad de afrontamiento de quien apenas est¨¢ abri¨¦ndose a la aventura de vivir, con la inocencia como principal bagaje. Ofrecer una red sociofamiliar cuidadosamente tejida con profesionales de distintos ¨¢mbitos, docente, sanitario, policial, judicial y de medios de comunicaci¨®n, es la ¨²nica respuesta coherente que podemos dar como sociedad para lograr la prevenci¨®n, el ¨²nico ¨¦xito posible si hablamos de suicidio.

Si no, no habremos aprendido que lo contrario del silencio no es el ruido, que s¨®lo la corresponsabilidad puede exonerarnos de la culpa y el fracaso colectivo, y que podemos seguir obviando la realidad, pero no las consecuencias tr¨¢gicas de obviarla. "Donde hay dolor es lugar sagrado. Alg¨²n d¨ªa comprender¨¢ la humanidad lo que esto significa", escrib¨ªa Oscar Wilde en su De Profundis. Quien no pueda mejorar el silencio, que lo guarde.

Mercedes Nav¨ªo Acosta es M¨¦dico Psiquiatra y Directora del Proyecto Prevenci¨®n del suicidio de la Estrategia de Salud Mental del Ministerio de Sanidad.