?D¨®nde est¨¢ el arte?
Duchamp dijo que no lo busc¨¢ramos en los museos, pero a ellos seguimos acudiendo un siglo m¨¢s tarde
?D¨®nde diablos estar¨¢ el arte contempor¨¢neo? Duchamp nos dijo, medio en broma, medio en serio, que no lo busc¨¢ramos en los museos, pero a ellos seguimos acudiendo un siglo m¨¢s tarde, porque somos tan malos estudiantes que ni en cien a?os nos hemos aprendido la lecci¨®n. Y eso hago yo, una vez m¨¢s, ir al Macba a ver la exposici¨®n Especies de espacios, comisariada por Frederic Montorn¨¦s, con la esperanza de que la sombra de Georges Perec me descoloque, que la tensi¨®n sexual no resuelta entre literatura y pl¨¢stica me teletransporte, que alg¨²n proyecto me expulse de la zona de confort que es ¨Cen fin¨C todo museo. Y, voil¨¤, eso es lo que precisamente logra el proyecto La Tienda del Anson.
Por no estar no est¨¢ ni en el mismo barrio del museo de arte contempor¨¢neo, sino que hay que viajar casi media hora en bus y aterrizar en el Poblenou, el Manchester catal¨¢n del siglo XIX, pueblo asediado por galer¨ªas de arte y chatarrer¨ªas ilegales, edificios ic¨®nicos y f¨¢bricas abandonadas, tiendas que cierran a la hora de la siesta y turistas que nunca duermen. Balius es ahora, sobre todo, una de las mejores cocteler¨ªas de Barcelona. Pero hasta la d¨¦cada pasada fue un imperio local: adem¨¢s de esa droguer¨ªa ahora convertida en bar y de la tienda de arte/no arte instalada en su viejo almac¨¦n, a¨²n tiene ese nombre la sede principal, que se vende por tres millones. ¡°No me dejaron tocar el cartel de la puerta¡±, cuenta el artista Mart¨ª Anson, ¡°porque, en Poblenou, Balius sigue siendo toda una instituci¨®n¡±.
Anson es especialista, justamente, en dinamitar instituciones. Lo hace a trav¨¦s del concepto inesperado de empresa. Su primera pieza de impacto, hace 10 a?os, fue un barco: lo construy¨® durante 55 d¨ªas en el interior del centro Arts Santa M¨°nica, lo bautiz¨® Fizcarraldo y, por supuesto, por cinco cent¨ªmetros no pudo ser sacado por la puerta. Una empresa imposible, wernerherzogiana. A partir de entonces se hizo empresario: en 2009 cre¨® Pinturas Jim¨¦nez, para pintar una galer¨ªa con colores futboleros; en 2011, Matar¨® Chauffer Service, para llevar a Londres a dos comisarios de la Tate Modern, y en 2012, Joaquim and Son, marca que pretende recuperar los muebles que su padre cre¨® y vendi¨® en los a?os sesenta, sin m¨¢s ¨¢nimo que el del servicio a la comunidad y el trabajo bien hecho.
Y en ese proyecto seguimos: ?qu¨¦ es este local del Poblenou? ?Una instalaci¨®n art¨ªstica? ?Una tienda de muebles? ?Una embajada del Macba? Seg¨²n como se mire. Por un lado, est¨¢ el dise?o del arquitecto; por el otro, los cojines o las l¨¢mparas, obra de otros artistas. Y en el centro y los lados, d¨¢ndoles sentido, los muebles de Anson, quien despu¨¦s de inventariar toda la producci¨®n de su padre y de reproducir algunas piezas artesanalmente, ha optado por su producci¨®n industrial. La Tienda del Anson es, para entendernos, un anti-Ikea. A su padre no le gusta el proyecto, se niega a colaborar en ¨¦l, tal vez porque no ha le¨ªdo al cr¨ªtico Boris Groys, quien en Volverse p¨²blico (Caja Negra) afirma: ¡°El arte ya no se entiende como la producci¨®n de obras de arte, sino como la documentaci¨®n de una vida-como proyecto¡± o que ¡°la obra se presenta como resultado de una colaboraci¨®n participativa y democr¨¢tica¡±. O que ¡°los padres no leen a los cr¨ªticos que mejor pueden explicarles la importancia de lo que hacen sus hijos¡±. O que ¡°seg¨²n c¨®mo se mire, porque el arte siempre ha estado en la mirada¡±.
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