Bomba Rita
Su desgracia empez¨® el d¨ªa en que decidi¨® sustituir el capacho por un bolso de Louis Vuitton
Dec¨ªa Joan Fuster que todos los papas y pr¨ªncipes renacentistas eran unos facinerosos, pero los nuestros, los Borgias valencianos eran los mejores, los m¨¢s profesionales y tambi¨¦n los m¨¢s imaginativos, puesto que al crimen le a?ad¨ªan un voluptuoso placer. A la hora de impartir el veneno unas veces lo hac¨ªan con la liturgia sinuosa de un sacramento vertiendo la p¨®cima desde el falso anillo en la copa del distra¨ªdo comensal y otras usaban el matarratas a porr¨®n entre grandes carcajadas como una gracia a?adida al banquete. Y si se ve¨ªan obligados a sustituir el veneno por el pu?al, eran partidarios de una estocada r¨¢pida y por la espalda que les diera tiempo a llegar a los oficios a pedir perd¨®n a Dios. Cada tierra imparte su genio. Hoy la corrupci¨®n valenciana tampoco puede separarse de la fiesta entre la p¨®lvora y el azahar. En esta franja del litoral mediterr¨¢neo cualquier corrupto debe cumplir las reglas propias de la tribu. El golfo tiene que ser simp¨¢tico, debe disfrutar del latrocinio sin importarle que se note y ante todo tiene que comportarse como un corrupto desparramado y si es un hortera alegre, mucho mejor. Rita Barber¨¢ era imbatible cuando llevaba un bolso de paja con la gracia de la mujer que va al mercado central a comprar frutas y verduras. Lo dec¨ªa Blasco Ib¨¢?ez: quien se apodere del secreto del mercado tendr¨¢ la llave de Valencia. La desgracia de Rita empez¨® el d¨ªa en que decidi¨® sustituir el capacho que la gente imaginaba lleno de lechugas por un bolso de Vuitton de 1.500 euros en el que la cebolla es hoy realmente una bomba de racimo. La corrupci¨®n del Partido Popular en Valencia tiene el car¨¢cter de una inundaci¨®n producida por la ruptura de un embalse. La gran riada de 1957 dej¨® en las paredes a dos metros de altura la marca: hasta aqu¨ª llegaron las aguas, pero eso ser¨¢ nada si la bomba de Rita estalla.
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