Dudas sobre la banca europea
La amenaza de recesi¨®n resucita la inquietud sobre la solvencia financiera
La extrema volatilidad de las bolsas ha dado un giro preocupante en los ¨²ltimos d¨ªas cuando los mercados han se?alado con dedo acusador a la banca europea como fuente de inestabilidad financiera. Ya no se trata s¨®lo de la crisis china, ni del hundimiento del petr¨®leo, ni siquiera de la escalada de tipos de inter¨¦s de la Reserva Federal (a la vista de la inestabilidad mundial, es probable que Margaret Yellen se lo piense dos veces antes de seguir con su plan de normalizaci¨®n monetaria), sino de que todos estos factores se proyectan sobre lo que se considera uno de los eslabones m¨¢s d¨¦biles de la cadena: la banca europea. Las bolsas han hecho caer estrepitosamente los valores bancarios, en especial los bancos italianos, el Deutsche Bank y la Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale francesa.
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La situaci¨®n del Deutsche Bank es extremadamente penosa, no s¨®lo por la cuant¨ªa de sus p¨¦rdidas (6.700 millones el a?o pasado) sino porque los inversores detectan que buena parte de su negocio es irrecuperable a corto plazo y que en demasiadas ocasiones ha recurrido al maquillaje contable. Las dudas se extienden como una mancha de aceite a otras entidades europeas. Al final, los costosos ex¨¢menes a la banca (stress test) pensados para dejar atr¨¢s la crisis bancaria no han servido para su prop¨®sito. Es secundario que buena parte de la banca europea (como la espa?ola) est¨¦ consolidada; la incertidumbre general no distingue casos particulares.
En un espacio monetario com¨²n, las dudas sobre la solvencia de entidades bancarias importantes compromete a todo el sistema monetario del ¨¢rea. Pero, adem¨¢s, resulta que existe un p¨¢nico larvado entre los inversores a una nueva recesi¨®n; y los bancos constituyen la primera l¨ªnea de choque frente a una hipot¨¦tica desaceleraci¨®n. Los efectos de un repunte persistente de la morosidad, causado por la contracci¨®n del PIB europeo, ser¨ªan devastadores para una banca que acaba de consolidar su capitalizaci¨®n y que, adem¨¢s, tiene m¨¢rgenes en ca¨ªda persistente incluso antes de 2008.
Es tarde para nuevos test; los mercados los aceptan con reticencia y no inmunizan contra la incertidumbre. La l¨ªnea de conducta aceptable es que los bancos centrales entren a fondo en el examen de la solvencia de todas las entidades que est¨¢n en el n¨²cleo de este maelstrom bancario. La estrecha conexi¨®n de la banca con la econom¨ªa real obliga adem¨¢s a actuar sobre el crecimiento y el empleo. Si no hay expectativas de aumento de la demanda en Europa, las terapias financieras ser¨¢n soluciones de muy corto recorrido.
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