Un mundo coral
El nuevo orden internacional exige que haya di¨¢logo y cooperaci¨®n en lugar de imposici¨®n
?Si se habla de siglo XXI con esp¨ªritu prospectivo hay dos realidades que no pueden dejarse de lado: primero, ya ning¨²n pa¨ªs, ni el m¨¢s poderoso, puede solucionar por si solo todos los problemas del devenir mundial; segundo, nunca como ahora la sociedad civil, en todos los continentes, se intercomunica y sigue el acontecer que le importa, el cercano y el lejano. Y, por ello, opina y exige m¨¢s sobre el papel internacional que espera de su pa¨ªs. Ese es el marco para un nuevo orden mundial.
La realidad convoca, inevitablemente, a trabajar prioritariamente en el ¨¢rea de las negociaciones y los consensos. Habr¨¢ quiebras y crisis, por cierto, pero ya est¨¢ claro que la imposici¨®n del poder militar como soluci¨®n mayor no garantiza nada. Irak demostr¨® que puede ser f¨¢cil ganar la guerra, pero muy dif¨ªcil ganar la paz. Y los ejemplos se multiplican. Todo ello lleva a la cuesti¨®n de fondo: ?c¨®mo se convive en un mundo intercomunicado con ideolog¨ªas diversas, con religiones distintas, con urbanizaci¨®n creciente, con educaci¨®n precaria para las aspiraciones de los j¨®venes en su af¨¢n de crear futuro? Uso el verbo convivir en su significado esencial: saber vivir uno junto a otros, aunque no seamos iguales ni pensemos lo mismo. Ah¨ª est¨¢ el eje del orden a crear.
Otros art¨ªculos del autor
Es cierto que la globalizaci¨®n ya est¨¢ en todo: cambio clim¨¢tico, ataques terroristas, pandemias, migraciones masivas. Todo eso es verdad, pero el diagn¨®stico no se puede hacer con los ojos puestos en el espejo retrovisor. Podemos compartir lo dicho por Joschka Fischer en un art¨ªculo reciente en este peri¨®dico, en el sentido de que el orden pol¨ªtico y econ¨®mico ¡°siempre ha sido resultado de una lucha por el dominio (a menudo brutal, sangrienta y prolongada) entre potencias rivales¡±. Pero es muy dif¨ªcil aceptar que ¡°s¨®lo a trav¨¦s del conflicto se establecen los pilares, las instituciones y los actores de un nuevo orden¡±.
Lo que viene es un mundo donde confrontar y competir no anular¨¢ la necesidad de concordar y cooperar. Pero ello reclama entender las interdependencias y las nuevas v¨ªas de interrelaciones en lo internacional. De la pertenencia a alianzas absolutas ¡ªdonde si est¨¢s conmigo no est¨¢s con otro¡ª se ha pasado a un tiempo de vinculaciones diversificadas. Los cuatro del Pac¨ªfico Sur que firmaron el Acuerdo Transpac¨ªfico de Cooperaci¨®n Econ¨®mica, el TPP (Australia, Nueva Zelanda, Per¨² y Chile), tienen su Tratado de Libre Comercio con China y no estar¨ªan asumiendo la misma visi¨®n anti Beijing del acuerdo que tiene Washington.
M¨¢s all¨¢ de la coyuntura (tan heredera de lo que el siglo XX no supo resolver) estamos transitando hacia un mundo multicoral donde el orden mundial estar¨¢ determinado por los pa¨ªses continentes como India, China y Estados Unidos. Pero tambi¨¦n por aquellas regiones que logren hablar con una sola voz como la Uni¨®n Europea (suponiendo que sabr¨¢ resolver sus dificultades internas). Los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe saben que deben equilibrar los intereses sociales y pol¨ªticos de cada cual con la capacidad de actuar como un bloque en la esfera internacional. Ahora esa tarea est¨¢ en manos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, CELAC, pero falta mucho para mostrar solidez com¨²n.
El orden mundial estar¨¢ determinado por los pa¨ªses continentes como India, China y Estados Unidos
En el marco de ese di¨¢logo de regiones y pa¨ªses continentes, cada cual tendr¨¢ que poner sobre la mesa lo propio, sin pretender ¡ªcomo hist¨®ricamente fue ¡ªque los dem¨¢s deben seguir su modelo. El mundo musulm¨¢n tiene el desaf¨ªo de mostrar que el Islam no llega al mundo de hoy obsesionado en que los dem¨¢s reconozcan a Al¨¢ y sigan sus leyes, sino asuma la fuerza de la diversidad y el di¨¢logo. Por cierto, Occidente tambi¨¦n debe demostrar que no se aterra cuando ¡°el otro¡± viene a convivir con tu civilizaci¨®n. Son tiempos donde S¨®crates y Confucio concurran a gestar una plataforma com¨²n civilizatoria. Y all¨ª Am¨¦rica Latina y el Caribe mostrar c¨®mo y por que es una ¡°zona de paz¡±, mientras Africa irrumpe desde su retraso haciendo visible la fuerza de la sobrevivencia para avanzar en su desarrollo.
Los nuevos pilares del orden internacional reclaman dar a las crisis y confrontaciones el cauce de la pol¨ªtica y la participaci¨®n ciudadana. Y sobre todo, reclama ideas nuevas. Acad¨¦micos y pol¨ªticos latinoamericanos y del Caribe nos hemos unido en el Consejo Latinoamericano de Relaciones Internacionales (RIAL) para ,desde all¨ª aportar lo nuestro. No es tangencial, es esencial hacerlo para que no se impongan las teor¨ªas del conflicto ineludible.
Ricardo Lagos, expresidente de Chile, es presidente del Consejo Latinoamericano de Relaciones Internacionales (RIAL).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.