Monedas sociales para emprender

Por Miguel Yasuyuki Hirota

Aunque la mayor¨ªa de las monedas sociales est¨¢n dise?adas espec¨ªficamente para impulsar intercambios entre personas, sirven tambi¨¦n para ayudar a empresas, sobre todo PyMEs, manteniendo y/o aumentando empleos. Esta vez quisiera enfocarme a los positivos impactos que pueden aportar las monedas sociales a PyMEs.

Ya he presentado que existen diferentes sistemas de b¨¢rter que promueven transacciones entre PyMEs (v¨¦ase aqu¨ª para m¨¢s informaciones). La creaci¨®n de una nueva liquidez que funciona dentro de un circuito solidario de PyMEs sirve para retener en esta red el poder adquisitivo, no solamente en moneda social sino tambi¨¦n en euro, sin que el dinero se escape a grandes corporaciones y/o al exterior. Pero otros modelos tambi¨¦n, sobre todo monedas respaldadas con moneda oficial (ejemplo: Chiemgauer, Banco Palmas y SOL-Violette), les traen otras ventajas. Vamos a verlas un poco m¨¢s profundamente.

La primera ventaja es que esta moneda atrae muchos clientes, incluso los nuevos que no vendr¨ªan si no hubiera este medio de intercambio. Los consumidores que reciben monedas sociales o ¡°las compran¡± (o sea, cambio de euro a estas monedas sociales) se ven obligados a gastarlas en comercios locales y no a grandes superficies. De ah¨ª que entre el Hotel A que acepta el 30% en WIR y el Hotel B que s¨®lo acepta el franco suizo, los socios del banco WIR prefieren dormir en el A para gastar esta moneda social, aportando no solamente esta moneda social sino tambi¨¦n el ingreso en moneda oficial a estos emprendimientos. Se publican directorios de comercios que aceptan cada moneda social, sirviendo como p¨¢ginas amarillas con fines publicitarios. Adem¨¢s el esquema de Chiemgauer, que dona el 3% del consumo al proyecto social, atrae a consumidores comprometidos a la comunidad.

La segunda ventaja es la fidelizaci¨®n de los clientes para que vuelvan a consumir. Algunas monedas se les dan a los consumidores como punto de fidelizaci¨®n. Por ejemplo, los consumidores que gastan euro en los comercios participantes de Boniato (Madrid) y de Txanpon (Pamplona) obtienen un cierto valor en esta moneda social, por ejemplo 2 boniatos para una compra de 40 euros, y pueden gastar 2 boniatos como vale de 2 euros cuando visiten no s¨®lo este mismo sino tambi¨¦n cualquier otro comercio en esta red.

Pero la ventaja m¨¢s importante es el mejor acceso a cr¨¦ditos. Los barters suelen permitir que cada empresa pueda gastar hasta cierto l¨ªmite sin tener que pagar tasas de inter¨¦s ni necesitar pedir al banco que le conceda pr¨¦stamos. Por ejemplo, si un b¨¢rter permite 5.000 € de saldo negativo, una empresa gasta hasta el m¨¢ximo y vuelve al balance cero en un a?o, esta empresa ahorra el costo financiero que deber¨ªa pagar al banco si tuviera que pedirle 5.000 € de cr¨¦dito bancario, adem¨¢s del tiempo y esfuerzo necesario para preparar documentos pedidos y entreg¨¢rselos al banco para poder tomar el pr¨¦stamo.

Otro ejemplo importante es la baja tasa de inter¨¦s en caso de monedas sociales concedidas como cr¨¦dito bancario. Chiemgauer ofrece microcr¨¦dito en esta moneda a trav¨¦s de una cooperativa financiera Regios y, aunque hay que pagar tasas de inter¨¦s del mismo modo que otros pr¨¦stamos, se las devuelve a los prestatarios al conseguir devolver todo el valor pagado salvo el IVA (actualmente 19% en Alemania). O sea, se devuelve 100 / 119 = 84,03% del costo financiero que normalmente se quedar¨ªa en el banco. La cooperativa financiera Banco WIR puede crear su propia unidad de cuenta WIR sin tener que pagar inter¨¦s a nadie, abaratando significativamente la tasa de inter¨¦s que pagar (por ejemplo: 5% por a?o para pr¨¦stamos en franco suizo y s¨®lo 2% para pr¨¦stamos en WIR).

Es muy importante prestar atenci¨®n a estas ventajas para que participen comercios locales estrat¨¦gicamente importantes, porque hay que entender que ellos tambi¨¦n necesitan aumentar sus facturaciones. Espero que muchas monedas sociales consigan establecer buenas relaciones con estos comercios.

Fotograf¨ªa de portada: Currency, de Jeff Djevdet v¨ªa Flickr / Creative Commons