Las entretelas de Elio Berhanyer
El decano de los modistos espa?oles, uno de los protagonistas de los a?os dorados de la alta costura, continua ¡®respirando¡¯ moda. A sus 87 a?os, retoma la creaci¨®n con su nuevo perfume y complementos
"La ropa es la casa que llevamos encima, para m¨ª es un poco como la arquitectura¡±, reflexiona Elio Berhanyer (C¨®rdoba, 1929) sentado en un sill¨®n de su casa de Madrid mientras intenta retener al inquieto Lolo junto a ¨¦l, un bello gato de angora con andares de maniqu¨ª. El decano de los modistos espa?oles present¨® sus creaciones por ¨²ltima vez en la pasarela Cibeles de 2011, entonces dio por finalizada su largu¨ªsima carrera de dise?ador que inici¨® en 1960 con su taller de alta costura; pero que nadie piense que se ha retirado: hay Berhanyer para rato. ¡°Hago muchas cosas. El mes pr¨®ximo en C¨®rdoba presentar¨¦ un nuevo perfume, Elio Troppo, y voy a dise?ar bolsos, zapatos y todo tipo de accesorios. Adem¨¢s, viajo mucho para ver el trabajo de chicos que est¨¢n empezando, los que todav¨ªa no han llegado a Cibeles. En Espa?a hay mucha afici¨®n a la moda¡±, comenta el creador, un autodidacta con una capacidad innata para el dibujo, que nunca fue al colegio ¡ªaprendi¨® a leer y a escribir con 15 a?os¡ª y a quien le hubiese gustado ser arquitecto.
Como siempre, desde que naci¨® la pasarela madrile?a [comenz¨® el pasado jueves y se celebrar¨¢ hasta el martes 23], Berhanyer acudir¨¢ a la cita con sus colegas. ¡°Me parece que hace 100 a?os que lo dej¨¦. ?Y son tan solo cinco!¡±, lamenta este creador que se vio forzado a cerrar taller y tienda por motivos econ¨®micos a finales de 2011. Tanto en sus momentos de gran ¨¦xito como en los baches, Berhanyer siempre se ha mantenido fiel a unos ideales forjados sobre la memoria de su padre, ¡°un obrero ilustrado¡± a quien tiene como modelo. ¡°Aunque ya no presento colecci¨®n, me acerco a Cibeles a ver a mis compa?eros. Algunos hacen cosas estupendas, pero tambi¨¦n se ven aut¨¦nticos mamarrachos, colecciones horripilantes¡±, dice nost¨¢lgico el modisto. ¡°Claro que yo no puedo dar nombres. Eso me lo guardo para m¨ª¡±, se apresura a a?adir sobre sus opiniones negativas.
La prematura muerte de su padre ?¡ªlo fusilaron los falangistas el 17 de agosto de 1936, un d¨ªa antes que a Federico Garc¨ªa Lorca¡ª trunc¨® su sue?o de ser arquitecto y el peque?o Elio atraves¨® una peripecia digna del mejor Dickens. Con tan solo 9 a?os su familia lo envi¨® a casa de su abuela a Sevilla, de donde se escap¨® porque no recibi¨® un buen trato. ¡°Lo primero que hice fue de listero en una obra. Era el encargado de las herramientas y hac¨ªa una raya cuando se las llevaban y la tachaba cuando las devolv¨ªan. Com¨ªa de lo que me daban los trabajadores y dorm¨ªa donde pod¨ªa. Despu¨¦s me acogieron mis t¨ªos que viv¨ªan en las afueras de Sevilla y me ocup¨¦ de dar de comer a los animales y tambi¨¦n trabaj¨¦ repartiendo leche¡±, recuerda sin acritud el famoso modisto que, durante su dilatada carrera, se ha codeado con la aristocracia, ha conocido a jefes de Estado, a actrices como Ava Gardner y a artistas como Dal¨ª. Lo m¨¢s granado de la nobleza espa?ola ha pasado por su taller: do?a Sof¨ªa (cuando a¨²n no era reina), las infantas Pilar y Margarita, la duquesa de Alba, la condesa de Romanones o la condesa de Montarco, quien trabaj¨® con ¨¦l en su taller de alta costura. Mar¨ªa Zurita, prima del Rey, es una de sus grandes amigas y, a pesar de alg¨²n achaque, Elio sigue siendo imprescindible en la vida social.
¡°Hay una parte de la suerte que te la labras t¨² y otra, que no es m¨¦rito tuyo. Yo puedo decir que he tenido una vida maravillosa, que me la ha dado mi trabajo y que me ha permitido conocer y tener amistad con personas importantes de todo el mundo, pero tambi¨¦n he tenido mucha suerte¡±, dice el artista que ha presentado sus creaciones en tres continentes.
Y su suerte lleg¨® cuando, con 15 a?os, entr¨® de botones en la agencia sevillana Publicidad El Sur que editaba la revista Estela, donde al enfermar uno de los dibujantes dejaron que lo sustituyera ese chico que se pasaba las horas con el l¨¢piz en la mano. Desde ah¨ª todo fueron saltos: a la revista Astra, de Madrid, al dise?o de vestuario teatral y a la creaci¨®n, en 1960, de su propio taller de alta costura que mantuvo hasta 1978 y lo situ¨® en la cumbre del sector al mismo nivel que Balenciaga, Pertegaz y Pedro Rodr¨ªguez. Tras el batacazo de toda la alta costura espa?ola debido al incremento de los impuestos hasta el 60%, Berhanyer se pas¨® al pr¨ºt-¨¤-porter y mantuvo su producci¨®n hasta 2011.
¡°En mis colecciones he sido muy colorista, aunque he procurado no mezclar m¨¢s de tres colores en una prenda. Pero siempre he terminado con creaciones en blanco y negro. Son los colores de mi tierra: Andaluc¨ªa. El blanco de la cal y el negro del luto, el negro de las mujeres mayores sentadas en sus sillas de enea en los atardeceres de verano¡±, dice el dise?ador que, desde hace un par de a?os, viste siempre de blanco y tocado con un solideo. ¡°Antes iba de negro en invierno y de blanco, en verano; pero ahora me da pereza el negro¡±.
¡°El solideo es un homenaje a la tierra donde nac¨ª. En C¨®rdoba convivieron las tres religiones. No soy una persona religiosa, pero creo que hay que respetar las creencias de los dem¨¢s. El solideo lo usan cristianos, jud¨ªos y musulmanes. Yo soy de las tres y no soy de ninguna¡±, afirma el dise?ador que siempre ha tenido claras sus ideas y lo mismo le ha dado calabazas al Opus que a Dior, cuando intent¨® ficharlo para sustituir a Yves Saint Laurent, o al mism¨ªsimo Camilo Torres ¡ªel sacerdote colombiano que se sum¨® a la guerrilla del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional¡ª, cuando a¨²n era cura e intent¨® confesarlo antes de su boda.
¡°Mi vida est¨¢ llena de historias incre¨ªbles como esta. Yo compart¨ªa piso con un muchacho de Cali [Colombia] que estudiaba Medicina en Madrid, ¨¦l me present¨® a una chica colombiana, Mercedes Lotero, que se hab¨ªa instalado en Madrid con su familia huyendo de la dictadura de Rojas Pinilla. Nos hicimos novios y, aunque su padre no me quer¨ªa porque no ten¨ªa una gorda, decidimos casarnos. Nos iba a casar un amigo de la familia y vino de vacaciones, pero me dijo que antes me ten¨ªa que confesar. Yo me negu¨¦. Una noche, que hab¨ªamos salido de copas, ¨¦l empez¨® a contarme cosas de su vida y yo le cont¨¦ de la m¨ªa. Despu¨¦s me dijo: ¡®Ya te has confesado, como los antiguos cristianos¡¯. Era Camilo Torres, quien cuando volvi¨® a Colombia dej¨® la Iglesia y se uni¨® a la guerrilla. Camilo pidi¨® permiso al obispado, por lo forzado de la confesi¨®n, y nos cas¨® en 1956¡±.
Dotado de una memoria prodigiosa, Berhanyer ¡ªque naci¨® Berenguer pero decidi¨® jugar con su apellido¡ª tiene ¡°un caj¨®n lleno de premios¡± en su casa. Galardones tan importantes como la Medalla de Oro a las Bellas Artes, el Premio Nacional de Dise?o o el Isabella d¡¯Este que otorga el Gobierno italiano; adem¨¢s es doctor honoris causa por la Universidad de Harvard y la de C¨®rdoba cre¨® en 2006 una c¨¢tedra con su nombre en la que ha impartido clases.
Un encuentro fortuito con Pablo Escobar
Elio Berhanyer, cosmopolita por naturaleza, hizo de Colombia su segunda patria tras su matrimonio con la colombiana Mercedes Lotero. En uno de sus viajes, en una discoteca en Cartagena de Indias, tuvo un encuentro de lo m¨¢s fortuito. "Mientras esper¨¢bamos una mesa, un amigo me dijo: 'All¨ª hay un matrimonio que conozco y parece que se van'. Nos acercamos, me los present¨® y cuando encend¨ª un cigarrillo ¨¦l se fij¨® en la caja de cerillas que ten¨ªa mi logo y me dijo: 'Es igual que el que tiene mi camisa'.
Cuando le cont¨¦ que era mi nombre estuvimos charlando, incluso me revel¨® que ten¨ªa 'un embarque'; as¨ª, sin m¨¢s sin saber si yo era de la CIA. Cuando se fueron le dijo a mi amigo: 'Le he dejado al pr¨ªncipe un regalo debajo de la mesa". ?l era Pablo Escobar y el regalo, un kilo de coca¨ªna.
"Entonces no era tan conocido, no se sab¨ªa que hab¨ªa cometido cr¨ªmenes y la droga era algo muy normal en Colombia", aclara el modisto. "Nos cont¨® que ten¨ªan una casa alquilada en Cartagena y nos invitaron a cenar al d¨ªa siguiente. Fui con mi amigo colombiano y nos hizo una fiesta impresionante en el patio. Incluso me ense?¨® su colecci¨®n de joyas y recuerdo que dijo: 'Las joyas son m¨ªas, de vez en cuando se las presto a mi mujer'. Ten¨ªa piezas maravillosas, especialmente unos collares de rub¨ªes impresionantes", relata el creador que siempre que iba a Cartagena se alojaba en la residencia de Echevarr¨ªa, un acaudalado empresario.
Pero, sin duda, sus mejores premios son sus recuerdos. ¡°Ava Gardner era la mujer m¨¢s guapa que he vestido. La conoc¨ª cuando rodaba 55 d¨ªas en Pek¨ªn, ven¨ªa a probarse a las siete de la ma?ana, con la cara lavada y nos hicimos amigos. Cuando terminaba el rodaje nos ¨ªbamos al tablao Zambra y, a veces, segu¨ªamos de juerga en su apartamento. Yo me cabreaba con ella porque, a veces, beb¨ªa mucho, pero era maravillosa¡±. Sin duda, el patr¨®n que mejor ha cortado Berhanyer es el de su propia vida que hoy, cuando cumple 87 a?os, sigue siendo apasionante. Felicidades, Elio.
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