Familias de El Morro en Pajarito. Foto de Juan Camilo V¨¢squez
"En urbanismo, reformar es expulsar"
Hay ciudades que mienten. Se invisten de un discurso altisonante, regado de categor¨ªas solemnes y contundentes ¡ªciudadan¨ªa, sostenibilidad, participaci¨®n, civismo...¡ª y con ello consiguen a veces que sus propios habitantes se conviertan en c¨®mplices activos de los procesos de inhabilitaci¨®n de que son v¨ªctimas como consecuencia de pol¨ªticas que se presentan como sociales, pero que no son m¨¢s que de m¨¢rketing urbano al servicio de la buena colocaci¨®n en el mercado de urbes.
Medell¨ªn es un ejemplo de ello. En los ¨²ltimos tiempos aparece nominada para todo tipo de premios y reconocimientos que atestiguan el resultado de iniciativas que son al mismo tiempo urban¨ªsticas y publicitarias y que consisten en proyectos de transformaci¨®n altamente espectaculares, luego debidamente promocionados por los medios de comunicaci¨®n oficiales ¡ªtodos, en realidad¡ª, las revistas de arquitectura ¡ªesas en cuyas fotograf¨ªas no suele aparecer ning¨²n ser humano¡ª y los prospectos municipales. Pero, como siempre, nada o poco sabemos de cu¨¢les son las consecuencias sociales de esas mutaciones urbanas luego exhibidas como ejemplares por quienes no las padecen ni las padecer¨¢n.
As¨ª, h¨¢gase un experimento. T¨®mese el metro de Medell¨ªn ¡ªuno de los pocos espacios que se han conseguido disciplinar en la ciudad¡ª y desci¨¦ndase en la parada Universidad de la l¨ªnea B. Si se toma la Avenida Carabobo hacia el norte se encontrar¨¢ a sus flancos algunos de los logros culturales y tur¨ªsticos de la ciudad. Es la llamada Zona Norte. Ah¨ª est¨¢n el Jard¨ªn Bot¨¢nico; el Centro Explora, consagrado a la divulgaci¨®n cient¨ªfica, obra de Alejandro Echeverri; el Planetario; el Parque de los Deseos, elogiado proyectos de Felipe Uribe; el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, del acaso m¨¢s prestigioso arquitecto colombiano, Rogelio Salmona. Todo ello recorriendo un escenario abierto y amable, con su correspondiente carril para bicicletas.
Caminando en esa direcci¨®n de pronto se topa uno con Moravia, un barrio popular donde viven unas 33.000 personas. Contraste brutal. De un lado, arquitectura "de nivel" para un espacio p¨²blico "de calidad", todo ello concebido para una imaginaria clase media que en Medell¨ªn apenas existe. Del otro, calles angostas, m¨²sica en el aire, ni?os voces, gritos, gente yendo y viniendo, trabajando, luchando, el Medell¨ªn real, el que se ama y se detesta al mismo tiempo porque ah¨ª vive la vida.
Pero una parte de Moravia ya no existe. La vida ha sido sustituida por lo que pomp¨®samente se presenta como un "plan integral de mejora". En la parte en que decenas de familias hab¨ªan levantado sus casas sobre una monta?a de residuos -un colosal vertedero al aire libre- ahora hay un espacio ejemplar, mod¨¦lico, signo de la victoria de la sostenibilidad sobre la pobreza. Es El Morro, un oasis de flores y c¨¦sped, en que las indicaciones est¨¢n en ingl¨¦s y que la prensa present¨® como un emblema de en qu¨¦ consiste la "resilencia" (?). Objetivo: que la as¨¦ptica cosm¨¦tica que ha organizado la Zona Norte, al servicio de la falsa imagen que se quiere ofrecer de Medell¨ªn, acabe extendi¨¦ndose en direcci¨®n al norte a costa de Moravia, es decir de la ciudad real.
La respuesta a esas preguntas nos las brinda Juan Camilo V¨¢squez, un investigador del Observatorio de Antropolog¨ªa del Conflicto Urbano de la Universidad de Barcelona que est¨¢ trabajando para demostrar una ley que pocas excepciones conoce y que se resume en un principio: en urbanismo, reformar es expulsar.
En esta invetigaci¨®n en curso se sigue el proceso de deportaci¨®n de los habitantes de lo que fue el asentamiento El Morro, en el barrio de Moravia, inaceptablemente cerca del centro urbano y de un sector clave en la promoci¨®n internacional de Medell¨ªn. A partir de 2007, m¨¢s de dos mil familias fueron reasentadas m¨¢s all¨¢ de la periferia occidental de la ciudad, a Pajarito, un barrio de bloques levantado en unos terrenos ecol¨®gicos protegidos debidamente recalificados. Una justa iniciativa de reubicaci¨®n de vecinos que habitaban un lugar inmundo, convertida en una operaci¨®n de destierro a la perifer¨ªa. Continuaban siendo tan pobres como antes, pero lejos. Todo lo que hab¨ªa sido una forma de vida quedaba atr¨¢s. La vida en la calle era sustituida por pisos de 40 metros cuadrados que daban a fr¨ªos corredores comunes que ya no pod¨ªan ser lugares de encuentro.
Aunque... Pasear por el interior de los bloques de Pajarito constata un fen¨®meno que es tambi¨¦n una lecci¨®n moral. En los bajos de los estrechos pasillos que recorren las viviendas se han abierto carnicer¨ªas, peluquer¨ªas, talleres de motos. Siempre hay gente tomando o charlando afuera y en los rellanos y arriba y abajo por las escaleras se ve y escucha algarab¨ªa infantil. Hay j¨®venes vigilando. Continua habiendo m¨²sica en el aire: reggaet¨®n, vallenato, carrileras... Los planes y los planos no han conseguido vencerle a la vida. Si a los vecinos de Pajarito les preguntas de d¨®nde son, te responden: "De El Morro, en Moravia".
Comentarios
Cr¨®nica del desplazamiento urbano por las administraciones publicas de Medell¨ªn, con la complicidad pol¨ªtica, donde cientos de familias fueron fragmentadas y lanzadas a su suerte a otros territorios desconocidos, fracturando su tejido social y familiar, todo ello, a cambio de un proyecto llamado "modernidad y ciudad de servicios/ tur¨ªstica". Siguen existiendo reclamaciones ante el atropello del desplazamiento.
Lamentable este art¨ªculo, lleno de estereotipos y falta de rigor hist¨®rico. La pol¨ªtica es un campo de conflictos y lo que pudo iniciar genuinamente como una pol¨ªtica social y democr¨¢tica puede ser apropiado, (dado su "¨¦xito") y distorsionado por gobiernos posteriores con intereses diferentes. Tener en cuenta los cambios pol¨ªticos de gobierno es necesarios;: aunque la ciudad aparezca como una hacia fuera siempre es diferente en cada periodo, Por ello la ciudad en si misma no existe, es una hip¨®tesis de realidad a comprobar en cada instante. Y en particular sobre el Morro de Moravia baste decir que este no estaba poblado para el 2002, s¨®lo exist¨ªa el asentamiento hist¨®rico de abajo. El morro del antiguo basurero municipal, que nada que ver con la construcci¨®n del metro, hab¨ªa sido hasta poco lugar de una base militar y sus laderas estaban siendo usadas como huertas comunitarias, a pesar del alto riesgo por la severa contaminaci¨®n de ese suelo. Pero para el 2002 lleg¨® la Operaci¨®n Ori¨®n (una alianza ejercito ¨C grupos paramilitares) a la Comuna 13 y con ella el prop¨®sito de expulsar de la misma cualquier rastro de las milicias de izquierda que existiese en la ciudad. Moravia para entonces estaba pol¨ªticamente controlada por exmilicianos, transformados en ¡°gestores de paz¡± producto de la negociaci¨®n del gobierno nacional con la ¡°Renovaci¨®n Socialista¡± una disidencia del ELN. En su estrategia de copar el espacio metropolitano los grupos paramilitares inician un combate frontal contra las milicias y sus bases en la ciudad a la par que re-ocupan sus espacios con pobladores tra¨ªdos de otros barrios y municipios de Antioquia, generan una nueva territorialidad y una nueva hegemon¨ªa pol¨ªtica. Esto paso con la generaci¨®n de nuevos barrios en los altos de las comunas 3, 8 y 13, y muy en especial con los terrenos disponibles en el Morro de Moravia, donde pr¨¢cticamente no exist¨ªa ocupaci¨®n de vivienda alguna. Una vez expulsados, asesinados o sometidos los ¡°Gestores de Paz¡± y desintegrada la existente mesa comunitaria de paz y convivencia, los paramilitares comenzaron a lotear y vender el morro, a sabiendas que en el municipio exist¨ªa un proyecto de mejoramiento barrial, en gran parte concertado con la mesa comunitaria bajo el gobierno de Juan G¨®mez Mart¨ªnez (1998 ¨C 2000), y que el alcalde Luis Perez Gutierrez (2001 ¨C 2003) hab¨ªa abandonado. El loteo sirvi¨® a los paramilitares para dos cosas fundamentales: i) construcci¨®n de una base territorial social y ii) acceder a recursos por la venta ilegal de terrenos y conexi¨®n ¡°pirata¡± de servicios p¨²blicos. Un asunto que facilit¨® el poblamiento del morro y la venta de lotes (en su mayor¨ªa de 3 por 4 o 5 metros) fue la promesa de que el municipio ten¨ªa la obligaci¨®n a futuro de reubicarlos, dado el proyecto que reposaba en el municipio y la declaraci¨®n del morro como un sitio de alto peligro dado sus altos niveles de toxicidad.Todo esto para decir que no basta con ir y observar los espacios, entrevistar de modo r¨¢pido dos o tres personas, leer dos peri¨®dicos o panfletos. La ausencia de prudencia m¨¦todo y rigor historiogr¨¢fico es algo que salta a las luces en este malogrado art¨ªculo que no reconoce las luchas y logros hist¨®ricos de la poblaci¨®n de Medell¨ªn, las contradicciones entre las clases gobernantes, y lo funde en un todo en una historia aparentemente contra-oficial de la ciudad.
PESIMO articulo: en el morro no hubo una expulsi¨®n, se dio una reubicaci¨®n porque la corte obligo a que nadie viviese alli debido a la acumulaci¨®n de gas metano producto del antiguo basurero que pon¨ªa en peligro a la gente.
Respetable el art¨ªculo.sin embargo tiene muchas imprecisiones. Su escritura est¨¢ muy marcada por la emoci¨®n y por los argumentos de la lucha por la vivienda digna en Medell¨ªn, q en el caso de la Ciudad es valiosa, pero, para Moravia la situaci¨®n es distinta. Vale s¨®lo recordar q all¨ª en lo q es el Morro exist¨ªa el botadero municipal de basuras a cielo abierto, un lugar de alta toxicidad y no apto para la vida humana. As¨ª q despu¨¦s de la declaratoria de cAlamidad p¨²blica , las familias del morro deb¨ªan salir del lugar mediante reasentamiento y muchos fueron a Nuevo Occidente evitando as¨ª futuros desastres , y en Morro se hac¨ªa necesario realizar un proceso de restauraci¨®n ambiental q utiliza diversas t¨¦cnicas de remediaci¨®n del suelo contaminado. PAralelo a ello se aprovecha el espacio para servir de escuela , laboratorio ambiental, de memoria de lo q all¨ª hab¨ªa, para q as¨ª las personas puedan recorrer de forma controlada lo q antes fu¨¦ el basurero. Vale anotar q M¨²ltiples estudios de diversas universidades del mundo evidencian el peligro y toxicidad del Morro de Moravia, este hace q sea un lugar no apto para la vida humano. Es importante tener en cuenta estas situaciones a la hora de escribir art¨ªculos como este.! Feliz semana!
Cr¨®nica del desplazamiento urbano por las administraciones publicas de Medell¨ªn, con la complicidad pol¨ªtica, donde cientos de familias fueron fragmentadas y lanzadas a su suerte a otros territorios desconocidos, fracturando su tejido social y familiar, todo ello, a cambio de un proyecto llamado "modernidad y ciudad de servicios/ tur¨ªstica". Siguen existiendo reclamaciones ante el atropello del desplazamiento.
Lamentable este art¨ªculo, lleno de estereotipos y falta de rigor hist¨®rico. La pol¨ªtica es un campo de conflictos y lo que pudo iniciar genuinamente como una pol¨ªtica social y democr¨¢tica puede ser apropiado, (dado su "¨¦xito") y distorsionado por gobiernos posteriores con intereses diferentes. Tener en cuenta los cambios pol¨ªticos de gobierno es necesarios;: aunque la ciudad aparezca como una hacia fuera siempre es diferente en cada periodo, Por ello la ciudad en si misma no existe, es una hip¨®tesis de realidad a comprobar en cada instante. Y en particular sobre el Morro de Moravia baste decir que este no estaba poblado para el 2002, s¨®lo exist¨ªa el asentamiento hist¨®rico de abajo. El morro del antiguo basurero municipal, que nada que ver con la construcci¨®n del metro, hab¨ªa sido hasta poco lugar de una base militar y sus laderas estaban siendo usadas como huertas comunitarias, a pesar del alto riesgo por la severa contaminaci¨®n de ese suelo. Pero para el 2002 lleg¨® la Operaci¨®n Ori¨®n (una alianza ejercito ¨C grupos paramilitares) a la Comuna 13 y con ella el prop¨®sito de expulsar de la misma cualquier rastro de las milicias de izquierda que existiese en la ciudad. Moravia para entonces estaba pol¨ªticamente controlada por exmilicianos, transformados en ¡°gestores de paz¡± producto de la negociaci¨®n del gobierno nacional con la ¡°Renovaci¨®n Socialista¡± una disidencia del ELN. En su estrategia de copar el espacio metropolitano los grupos paramilitares inician un combate frontal contra las milicias y sus bases en la ciudad a la par que re-ocupan sus espacios con pobladores tra¨ªdos de otros barrios y municipios de Antioquia, generan una nueva territorialidad y una nueva hegemon¨ªa pol¨ªtica. Esto paso con la generaci¨®n de nuevos barrios en los altos de las comunas 3, 8 y 13, y muy en especial con los terrenos disponibles en el Morro de Moravia, donde pr¨¢cticamente no exist¨ªa ocupaci¨®n de vivienda alguna. Una vez expulsados, asesinados o sometidos los ¡°Gestores de Paz¡± y desintegrada la existente mesa comunitaria de paz y convivencia, los paramilitares comenzaron a lotear y vender el morro, a sabiendas que en el municipio exist¨ªa un proyecto de mejoramiento barrial, en gran parte concertado con la mesa comunitaria bajo el gobierno de Juan G¨®mez Mart¨ªnez (1998 ¨C 2000), y que el alcalde Luis Perez Gutierrez (2001 ¨C 2003) hab¨ªa abandonado. El loteo sirvi¨® a los paramilitares para dos cosas fundamentales: i) construcci¨®n de una base territorial social y ii) acceder a recursos por la venta ilegal de terrenos y conexi¨®n ¡°pirata¡± de servicios p¨²blicos. Un asunto que facilit¨® el poblamiento del morro y la venta de lotes (en su mayor¨ªa de 3 por 4 o 5 metros) fue la promesa de que el municipio ten¨ªa la obligaci¨®n a futuro de reubicarlos, dado el proyecto que reposaba en el municipio y la declaraci¨®n del morro como un sitio de alto peligro dado sus altos niveles de toxicidad.Todo esto para decir que no basta con ir y observar los espacios, entrevistar de modo r¨¢pido dos o tres personas, leer dos peri¨®dicos o panfletos. La ausencia de prudencia m¨¦todo y rigor historiogr¨¢fico es algo que salta a las luces en este malogrado art¨ªculo que no reconoce las luchas y logros hist¨®ricos de la poblaci¨®n de Medell¨ªn, las contradicciones entre las clases gobernantes, y lo funde en un todo en una historia aparentemente contra-oficial de la ciudad.
PESIMO articulo: en el morro no hubo una expulsi¨®n, se dio una reubicaci¨®n porque la corte obligo a que nadie viviese alli debido a la acumulaci¨®n de gas metano producto del antiguo basurero que pon¨ªa en peligro a la gente.
Respetable el art¨ªculo.sin embargo tiene muchas imprecisiones. Su escritura est¨¢ muy marcada por la emoci¨®n y por los argumentos de la lucha por la vivienda digna en Medell¨ªn, q en el caso de la Ciudad es valiosa, pero, para Moravia la situaci¨®n es distinta. Vale s¨®lo recordar q all¨ª en lo q es el Morro exist¨ªa el botadero municipal de basuras a cielo abierto, un lugar de alta toxicidad y no apto para la vida humana. As¨ª q despu¨¦s de la declaratoria de cAlamidad p¨²blica , las familias del morro deb¨ªan salir del lugar mediante reasentamiento y muchos fueron a Nuevo Occidente evitando as¨ª futuros desastres , y en Morro se hac¨ªa necesario realizar un proceso de restauraci¨®n ambiental q utiliza diversas t¨¦cnicas de remediaci¨®n del suelo contaminado. PAralelo a ello se aprovecha el espacio para servir de escuela , laboratorio ambiental, de memoria de lo q all¨ª hab¨ªa, para q as¨ª las personas puedan recorrer de forma controlada lo q antes fu¨¦ el basurero. Vale anotar q M¨²ltiples estudios de diversas universidades del mundo evidencian el peligro y toxicidad del Morro de Moravia, este hace q sea un lugar no apto para la vida humano. Es importante tener en cuenta estas situaciones a la hora de escribir art¨ªculos como este.! Feliz semana!
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