Las copas no se beben, ahora se huelen
Salir de copas se ha convertido en un ejercicio para los sentidos en bares donde los c¨®cteles se degustan e, incluso, se respiran. Hola, sabor; adi¨®s, resaca
Llegar a casa despu¨¦s de una noche de ?esta y que la ropa ya no te huela a tabaco, sino a whisky o a ron. Y no es porque se te haya ca¨ªdo una copa encima, es que la has respirado. Beber c¨®cteles ha pasado de ser un acto social a una experiencia de perfomance art¨ªstica. En Alcoholic Architecture, un bar de Londres que solo abre seis meses al a?o, los combinados se inhalan en vez de beberse. Un antiguo s¨®tano que recib¨ªa los pl¨¢tanos verdes de las Indias a ?nales del siglo XIX, en Borough Market, acoge hoy este local donde sus visitantes se introducen en una sala con una niebla de alcohol en la que no est¨¢ permitido pasar m¨¢s de una hora al d¨ªa. "Los clientes que entran en la sala absorben en 40 minutos el equivalente a una copa a trav¨¦s de los pulmones y los ojos", cuenta Erris De Stacpoole, de Bompas & Parr, el estudio que impulsa este bar
Con un mensaje en la pared que incita a "respirar responsablemente", los que acuden al Alcoholic Architecture pueden tomarse un c¨®ctel de manera convencional, pero por unas doce libras m¨¢s entrar¨¢n en la habitaci¨®n de la niebla, vestidos con unos trajes plasti?cados, y una humedad del 140 por ciento que permite ver a menos de un metro. "Hay bene?cios en el gusto y en la dieta a la hora de respirar c¨®cteles, la humedad mejora el sabor y el h¨ªgado consume un 40 por ciento menos, lo que reduce las calor¨ªas y los dolores de cabeza", con?rma De Stacpoole. El fondo de tal invento alcoh¨®lico est¨¢ en estimular otros sentidos, m¨¢s all¨¢ del gusto.
Es la carrera por ver qui¨¦n sirve la copa de manera m¨¢s atractiva. Parecido es lo que ocurre en Macera, el primer bar dedicado enteramente a los alcoholes macerados de Espa?a, donde el aroma es tan importante como el sabor. "En el fondo, lo que hemos hecho es simpli?car el hecho de tomar una copa, pues no hay olfato que sepa diferenciar la moda de ciertas bebidas que tienen hasta diez bot¨¢nicos. Hay que hacer alcoholes monovarietales para que haya un juego sencillo de reconocimiento", cuenta el barman Narciso Bermejo, que mont¨® en abril de 2015 este bar en pleno barrio de Malasa?a en Madrid, junto a los hermanos Daniel y Jorge Monta?ez. "Nos basamos en la tradici¨®n de los licores en Espa?a, maceramos todo, whisky, vodka, ron, ginebra, y cobramos siete euros por cada copa o c¨®ctel, porque pagar por un combinado 15 euros es imposible si eres mileurista. Queremos bajar la cocteler¨ªa del mundo del lujo", a?ade incidiendo sobre el valor de lo artesanal de su trabajo.
En Macera todos los destilados son creados por ellos mismos con una base de alcohol a granel comprado en destiler¨ªas nacionales, junto con frutas u otros productos de no m¨¢s de 100 kil¨®metros a la redonda. Por eso, aqu¨ª tomas un vodka con mandarina, una ginebra con jengibre y t¨®nica o un whisky con vainilla y refresco natural de naranja. En Macera no hay anuncios comerciales de marcas de alcohol en las paredes, ni abrebotellas serigra?ados con logotipos de destiler¨ªas escocesas. Su barra bien parece la de un laboratorio, con decenas de frascos de cristal, y los camareros tatuados llevan delantal vaquero y dilataciones en las orejas. "Que nadie espere encontrar un ping¨¹ino detr¨¢s de la barra", aclaran mientras sirven un ron con canela y naranja. Las gl¨¢ndulas pituitarias tambi¨¦n se utilizan para tomar un c¨®ctel en House of Bols, en ?msterdam. Aqu¨ª, una galer¨ªa previa a la barra, con perfumadores sobre probetas de laboratorio, permite escoger el destilado para tu copa por el aroma, no por la marca. Y algo parecido llevan haciendo desde 2012 en el Caf¨¦ ArtScience en Cambridge, pero all¨ª utilizan Le Whaf, un electrodom¨¦stico que hace que tu copa se evapore y termines pegando la nariz al vaso e inhalando. Diferentes modos de servir un c¨®ctel, pero con un nuevo rey de las barras antigarrafones: tu propio olfato.
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