¡°La clave est¨¢ en averiguar en qu¨¦ momento somos m¨¢s vulnerables al zika¡±
La investigadora Laura Rodrigues analiza a madres y ni?os infectados por el virus del zika en Brasil
Laura Rodrigues es brasile?a, pero trabaja como profesora de Epidemiolog¨ªa de Enfermedades Infecciosas en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. O lo hac¨ªa hasta que el virus del zika desembarc¨® en su pa¨ªs, y ella ha decidido viajar para analizar a las madres y ni?os infectados por ¨¦l. Ahora est¨¢ en Recife, en el extremo oriental de Brasil. Es la capital de Pernambuco, el estado que se halla en el centro de la epidemia de este virus que que ya es una Emergencia de Salud P¨²blica de Importancia Internacional, seg¨²n la OMS (Organizaci¨®n Mundial de la Salud).
Pregunta. ?Est¨¢bamos preparados para esto?
Respuesta. En absoluto. ?Ha sido una sorpresa para todo el mundo! Desde comienzos de agosto de 2015 se ha informado de m¨¢s de 1.400 posibles casos, y es probable que la temporada del zika comience de nuevo: la estaci¨®n de lluvias trae agua y los mosquitos ponen sus huevos all¨ª donde encuentren una m¨ªnima porci¨®n¡
P. ?Qu¨¦ intenta averiguar con su trabajo?
R. Tenemos tres estudios en marcha. El primero investiga las causas de la microcefalia. La hip¨®tesis m¨¢s probable es la infecci¨®n del virus del Zika, pero necesitamos estar completamente seguros. El segundo trata de identificar los riesgos concretos para las mujeres por lo que respecta a la fase en que se encuentra su embarazo cuando se ven expuestas al zika. Y el tercero busca analizar c¨®mo se desarrollan los beb¨¦s.
Cuando llegu¨¦ aqu¨ª en noviembre era un poco como Europa durante la peste
P. ?C¨®mo funcionan los ensayos?
R. Estamos en estrecho contacto con los hospitales de maternidad de todo el estado. Para el primer estudio, cuando nace un ni?o con microcefalia, hablamos con la madre sobre su exposici¨®n al zika durante el embarazo y recogemos muestras de sangre (cuando sea posible, del cord¨®n umbilical), medimos la circunferencia de la cabeza y hacemos esc¨¢neres al ni?o. Seguimos el mismo proceso para tener una muestra de control de beb¨¦s similares nacidos sin microcefalia. Tambi¨¦n estudiamos a algunos beb¨¦s que ya hab¨ªan nacido con microcefalia.
Para el segundo estudio contamos con mujeres embarazadas que presentan el tipo de erupciones asociadas al xika. Las analizamos en busca de este virus, el dengue y el chikungunya [todos ellos virus propagados por el mosquito Aedes]. Luego hacemos un seguimiento para determinar qu¨¦ proporci¨®n tendr¨¢ un aborto o un mortinato, y que proporci¨®n dar¨¢ a luz un ni?o con microcefalia u otras malformaciones. Eso nos indicar¨¢ si realmente la microcefalia es com¨²n y en qu¨¦ grado la determina el trimestre del embarazo en el que la madre resulta infectada.
Para el tercer estudio, queremos hacer un seguimiento de los beb¨¦s que sufren retrasos en su desarrollo, centr¨¢ndonos en posibles convulsiones, en su manera de interactuar o en si establecen contacto visual.
P. ?C¨®mo se involucr¨® en todo esto?
R. Dirijo la colaboraci¨®n entre Brasil y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Soy brasile?a: me prepar¨¦ aqu¨ª, fui a Londres para hacer estudios de posgrado y me qued¨¦ all¨ª trabajando. Cuando comenz¨® la epidemia, el gobierno pidi¨® a un grupo de epidemi¨®logos de Pernambuco que presentara proyectos de investigaci¨®n. Me llamaron, habl¨¦ con ellos y el Ministerio de Sanidad brasile?o me invit¨® a venir. El gobierno nos dio fondos suficientes para uno de los estudios, y estamos recaudando dinero para los otros.
P. ?Con qui¨¦n est¨¢ trabajando?
R. Nuestro grupo tiene su base en una filial local de la Funda?ao Oswaldo Cruz, que es un centro de investigaci¨®n muy grande financiado por el gobierno. Nos han cedido su sala de juntas, que desalojamos cada vez que se celebra una reuni¨®n. Tenemos 10 profesionales en nuestro grupo y 14 asistentes sanitarios que van a los hospitales o se acercan en camioneta a visitar a las mujeres en sus casas (aunque dos de ellos est¨¢n ahora de baja, infectados por el Zika). Colaboramos estrechamente con los hospitales y con el Departamento de Salud del Estado de Pernambuco.
P. ?Qu¨¦ espera conseguir?
R. Creo que la clave est¨¢ en averiguar en qu¨¦ momento somos m¨¢s vulnerables al zika y qu¨¦ proporci¨®n de beb¨¦s resulta afectada. Si resulta que un 90% de las mujeres infectadas con el virus en una fase concreta de su embarazo tiene un beb¨¦ afectado, como ocurre con la rubeola, entonces hay razones para empezar a pensar en un tratamiento y en una vacuna, o tal vez en la opci¨®n de que las mujeres tengan acceso al aborto legal. El otro aspecto que debemos tener en cuenta a la hora de tomar estas decisiones es el grado de incapacidad, mayor o menor, que tendr¨¢n los ni?os.
El gobierno ha hecho un buen trabajo dando informaci¨®n, pero hay mucha preocupaci¨®n. Las familias est¨¢n asustadas
P. ?C¨®mo est¨¢n los ¨¢nimos?
R. Cuando llegu¨¦ aqu¨ª en noviembre era un poco como Europa durante la peste: hab¨ªa esta nueva cuesti¨®n tan alarmante para la salud, y la gente no sab¨ªa cu¨¢l era la causa. El gobierno ha hecho un buen trabajo dando informaci¨®n, pero hay mucha preocupaci¨®n. Las familias est¨¢n asustadas. El estado ha habilitado centros para que las mujeres embarazadas puedan examinarse: se han presentado m¨¢s de 1.000 en los dos ¨²ltimos meses. Pero no hay tratamiento y el aborto es ilegal en Brasil, as¨ª que una vez que una persona resulta infectada no puede hacerse nada. En nuestro equipo estamos muy tristes por las madres y los chicos, pero a la vez somos conscientes de la urgencia de nuestro trabajo.
El Wellcome Trust ha aportado la financiaci¨®n inicial para el trabajo de la Profesora Rodrigues.
Este art¨ªculo apareci¨® por primera vez en el blog del Wellcome Trust y se publica aqu¨ª bajo una Creative Commons CC BY 4.0 licence.
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