Donde Boko Haram no ha conseguido llegar
Tras los diversos atentados yihadistas en la regi¨®n, Ghana se perfila como un ejemplo de convivencia entre las diferentes religiones que se profesan en el pa¨ªs
Para hablar con Saliki, no hace falta concertar una cita. Siempre tiene la puerta abierta para sus vecinos. Si no est¨¢ en casa, se le puede esperar en el patio hasta que llegue. Para ¨¦l, recibir visitas es algo habitual. Es el jefe de la comunidad musulmana de Akwadum, un peque?o pueblo a pocos kil¨®metros de la ciudad sure?a de Koforidua, en Ghana.
Saliki vive al lado de la escuela isl¨¢mica del pueblo, decorada con dibujos de los alumnos. Para ¨¦l, la escuela es algo m¨¢s que un centro de ense?anza, es un lugar de encuentro entre todos los vecinos, sin importar la religi¨®n que profesen. Algunas familias cristianas han mandado a estudiar all¨ª a sus hijos para que aprendan diferentes culturas e idiomas como el ¨¢rabe. Saliki destaca: "Las religiones pueden variar, pero nosotros estamos juntos".
Su nombre real es Kassim Musah, pero todo el pueblo le conoce por Saliki, el nombre que utilizan para denominar al jefe de la comunidad. Sin embargo, poco importa c¨®mo sus amigos y vecinos quieran llamarle, lo importante para ¨¦l es estar al lado de su pueblo.
"Esa es una de las funciones de ser el jefe de la comunidad musulmana", explica, aunque resalta que no solamente ayuda a los que practican su misma religi¨®n. "Aqu¨ª vivimos todos juntos, estamos mezclados, y no tenemos ning¨²n conflicto". Esta convivencia se traslada tambi¨¦n a ¨¢mbitos como el de la educaci¨®n. El propio Saliki es el conductor del autob¨²s escolar de Akwadum Christian Village, una escuela de religi¨®n cristiana situada a pocos metros de su casa. "Yo soy musulm¨¢n, pero ayudo a Akwadum Christian Village. Y no solo yo, algunos de mis familiares tambi¨¦n ayudan all¨ª en lo que pueden".
Seg¨²n el ¨²ltimo censo de Ghana Statistical Census de 2010, en New Juaben (municipio sure?o en el que se encuentra Akwadum), hay una mayor¨ªa de cristianos, que constituyen el 82% de la poblaci¨®n y se dividen en cat¨®licos, protestantes, carism¨¢ticos y otros cristianos. El 6% de la poblaci¨®n del municipio son musulmanes. Los n¨²meros pr¨¢cticamente se contradicen en la zona norte del pa¨ªs, donde los musulmanes suponen una amplia mayor¨ªa de la poblaci¨®n ghanesa.
Esta normalidad y convivencia religiosa se contrapone a lo sucedido a 1.600 kil¨®metros de distancia, en Nigeria, donde el grupo yihadista Boko Haram siembra el terror en el pa¨ªs por sus actos brutales con el fin de instaurar la yihad, el mismo objetivo perseguido por el autodenominado Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s). A Saliki se le endurece el rostro cuando habla de las muertes relacionadas con la religi¨®n. No solamente en se?al de desaprobaci¨®n, sino tambi¨¦n por extra?eza y desconocimiento. Para ¨¦l, Ghana est¨¢ muy alejado del grupo terrorista, tanto en distancia como en ideolog¨ªa. "En muchos sitios los musulmanes entienden que los cristianos son sus enemigos. Para m¨ª es dif¨ªcil reconocer que hay personas que se est¨¢n atacando mutuamente con bombas. Eso no lleva a nada. Al fin y al cabo todos somos seres humanos", explica.
El ¨²ltimo ataque yihadista fue protagonizado por el grupo Al Murabit¨²n, que atac¨® un hotel y mat¨® a 23 personas en Burkina Faso, pa¨ªs fronterizo con Ghana por el norte.
El grupo, ligado a Al Qaeda, es el mismo que protagoniz¨® el ataque al hotel en Bamako, Mal¨ª, el pasado 20 de noviembre.
A m¨ª me han invitado muchas veces a entierros cristianos, y yo he invitado a vecinos cristianos a fiestas musulmanas
A pesar de la cercan¨ªa de Ghana a algunos de los pa¨ªses que fueron v¨ªctimas de atentados yihadistas como es el caso de Burkina Faso, el pa¨ªs subsahariano parece ser, hasta el momento, una excepci¨®n.
En Ghana, una mayor¨ªa de cat¨®licos viven al sur del pa¨ªs, mientras que los musulmanes se encuentran al norte. Esta divisi¨®n resulta ser poco estricta, ya que muchas personas musulmanas conviven en el sur con cristianos, como es el caso de Saliki.
La cara de extra?eza de los j¨®venes en la ciudad norte?a de Tamale, a 600 kil¨®metros de distancia, se repite al hablar de Boko Haram o los conflictos religiosos en el continente. El joven Faruk hasta tiene dudas cuando le preguntan a qu¨¦ religi¨®n pertenece. Se considera tanto cristiano como musulm¨¢n. Una combinaci¨®n peligrosa, extra?a, dir¨ªan algunos. Para ¨¦l, algo normal. "Mi madre era de Kumasi, una regi¨®n mayoritariamente cristiana, y mi padre de Tamale, de mayor¨ªa musulmana. Pero eso no supone ning¨²n problema aqu¨ª en Ghana, lo importante es llevar una vida de buena moral y tratar bien a la gente, y a ti mismo¡±.
Faruk trabaja como chef en un restaurante. Afirma que en la actualidad ¨¦l tiene m¨¢s problemas de aceptaci¨®n social por trabajar como cocinero, un trabajo poco valorado en Ghana, que por la religi¨®n a la que pueda pertenecer.
Las diferentes comunidades y religiones hacen algo m¨¢s que convivir en Ghana, tambi¨¦n se invitan mutuamente a diferentes eventos, no importa la religi¨®n que profesen. Hasta en los pueblos m¨¢s peque?os como Akwadum se realizan estas pr¨¢cticas. "A m¨ª me han invitado muchas veces a entierros cristianos, y yo he invitado a vecinos cristianos a fiestas musulmanas", destaca Saliki.
El punto ¨¢lgido de estos encuentros es la celebraci¨®n llamada Akwantu Kesie, que se celebra una vez al a?o en honor de los migrantes que llegaron a la regi¨®n sure?a. Esas personas dejaron el llamado Old Juaben (hoy en d¨ªa llamado Ashanti) huyendo de conflictos, y crearon lo que hoy se denomina New Juaben. Para conmemorar el sufrimiento de estas personas, en la celebraci¨®n se re¨²nen fieles de las diferentes religiones para rezar conjuntamente y, cada uno a su manera, honra el esfuerzo de sus antepasados.
Sin embargo, la buena convivencia no se reduce solamente a los cristianos y musulmanes. En Ghana tambi¨¦n convive un tercer grupo: los tradicionalistas, llamados coloquialmente pegans y que representan una minor¨ªa de la poblaci¨®n.
Saliki los denomina como las personas "que creen en fantasmas", pero incide de nuevo en la buena convivencia. "Un musulm¨¢n puede trabajar en las tierras de un pegan, o al rev¨¦s, pero al final siempre se reparten las ganancias sin problemas. Estamos todos del mismo bando".
El jefe de la comunidad musulmana es consciente de la importante labor que lleva a cabo en el pueblo, y de su importante papel como imagen conciliadora para sus habitantes. Admite que esta buena relaci¨®n y convivencia no son comunes en otras regiones del mundo. Desde un punto de vista muy b¨¢sico, intenta explicar una y otra vez en qu¨¦ se basan sus ideas respecto a la religi¨®n. En un contexto mundial de extremismos religiosos en muchos pa¨ªses del mundo, Saliki explica: "Hay diferentes caminos para llegar a Accra (la capital de Ghana). Unos van por las monta?as, otros por la carretera, pero todos te llevan hasta la ciudad, no importa el que escojas. Musulmanes y cristianos podemos escoger caminos distintos, pero siempre nos encontraremos en Accra".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.