Todos somos Leo DiCaprio y por eso iremos a Col¨®n y donde haga falta
La fiebre para que consiga el premio se torna rocambolesca: el DiCaprio ruso, las manifestaciones en plazas, su figura del museo de cera sale a la calle...
La obsesi¨®n del planeta entero por Leonardo DiCaprio (Hollywood, 41 a?os) y ese Oscar por El renacido para el cual por fin es favorito no deja de generar historias rocambolescas. Y todas ellas tiene el gran altavoz de Internet. Tras 4 nominaciones y otras tantas derrotas, y una filmograf¨ªa plagada de cl¨¢sicos contempor¨¢neos, la percepci¨®n colectiva de que DiCaprio lleva toda su carrera buscando un Oscar es una de las mayores preocupaciones actuales del primer mundo. El entusiasmo con el que el p¨²blico celebra cada an¨¦cdota relacionada con el actor como si fuera parte de nuestra familia resulta entra?able y crea un sentimiento de uni¨®n y pertenencia: pocas veces el mundo entero se alinea en el mismo bando. Todos somos DiCaprio.
Las redes sociales explotan con creatividad todo tipo de memes y montajes de Leonardo acariciando el triunfo, todos aplaudimos su socarrona reacci¨®n cuando Lady Gaga le atropell¨® en los Globos de Oro, todos nos acordamos de nuestras abuelas cuando el actor bes¨® a la veterana actriz (81 a?os)? Maggie Smith en los Bafta e incluso nos echamos una partida al videojuego Leo's Red Carpet Rampage ("el desmadre de Leo en la alfombra roja"), en el que tenemos que ayudar a DiCaprio a conseguir su Oscar contra toda adversidad (incluyendo "encontrar al negro nominado", una pantalla obviamente imposible).
El entusiasmo con el que el p¨²blico celebra cada an¨¦cdota relacionada con el actor como si fuera parte de nuestra familia resulta entra?able y crea un sentimiento de uni¨®n y pertenencia: pocas veces el mundo entero se alinea en el mismo bando. Todos somos DiCaprio
Justo antes de la carrera de premios el actor de moda durante 72 horas fue Shia LaBeouf, que se pas¨® tres d¨ªas encerrado en un cine de Nueva York viendo toda su filmograf¨ªa como parte de una performance art¨ªstica. Intentando emular el fascinante ¨¦xito de aquella iniciativa, LaBeouf se encerr¨® otra vez pero esta vez en un ascensor en la universidad de Oxford, donde cualquiera puede entrar y salir. Una de las asistentes entr¨® s¨®lo para preguntarle a Shia si tiene ganas de que Leonardo DiCaprio gane el Oscar. "Me importa una mierda", confes¨® LaBeouf. Miente. ?l naci¨® en los 80 y por tanto pertenece a una generaci¨®n marcada por las pel¨ªculas de DiCaprio.
Es esa obsesi¨®n por trabajar con los mejores directores americanos la que ha convertido a Leonardo DiCaprio en una garant¨ªa de calidad ¨²nica en Hollywood. S¨®lo ese estatus puede explicar que El renacido (Alejandro G. I?¨¢rritu, 2015), una epopeya contemplativa de 150 minutos con pocos di¨¢logos, vaya camino de los 400 millones de euros recaudados. En un mundo en el que el libre acceso a la cultura permite que cada espectador elija qu¨¦ ver y a qui¨¦n idolatrar, Leonardo DiCaprio es un basti¨®n para las redes sociales porque nunca hay que explicar qui¨¦n es, de d¨®nde sale ni cu¨¢l es su historia.
Al margen de la emocionante sensaci¨®n de ver al p¨²blico jaleando al mismo equipo, hasta el punto de convocarse celebraciones callejeras en varias ciudades de Espa?a como si de la selecci¨®n de f¨²tbol se tratase (hay una p¨¢gina en Facebook que se llama 'Si Leonardo DiCaprio gana el Oscar todos a la Plaza de Col¨®n', lugar madrile?o donde se celebran los ¨¦xitos de la selecci¨®n espa?ola), esta temporada de premios nos ha dado al DiCaprio m¨¢s espont¨¢neo y canalla. Siempre profesional, la fiebre Titanic le asust¨® convirti¨¦ndole en un tipo reservado y pol¨ªticamente correcto, pero ahora le vemos m¨¢s relajado e incluso bromea con la barba que se dej¨® crecer para El renacido y cuenta c¨®mo aplicaba champ¨² acondicionador porque "quieres que est¨¦ suave, no como un estropajo". Y para que los c¨ªnicos bajen la ceja, s¨ª, Leo sabe lo que es un estropajo porque puede que naciese en Hollywood pero no en la parte buena: se cri¨® en una caravana.
En una reciente entrevista con Ellen Degeneres el actor recuerda con mucha gracia experiencias cercanas a la muerte, como un salto en paraca¨ªdas en el cual ninguno de los dos paraca¨ªdas se abri¨®, o un aterrizaje forzoso en Rusia despu¨¦s de que uno de los dos motores del avi¨®n explotase. La relaci¨®n de DiCaprio con Rusia est¨¢ llena de sorpresas. En 2010 el actor se reuni¨® con el presidente Putin para conversar sobre iniciativas medioambientales, desatando los rumores de que iba a interpretar al presidente ruso en el cine. Mientras tanto, una plataforma llamada "Oscar for Leo!" est¨¢ recolectando en Siberia joyer¨ªa de oro y plata para fundirla y hacerle un Oscar al actor en caso de que perdiese este domingo por quinta vez. De hecho Leonardo tiene ra¨ªces rusas por parte de padre y dice sentirse muy unido al pa¨ªs.
Pero lo que est¨¢ convirtiendo a Leonardo en un mito en Rusia es el reality show Romance with DiCaprio. El protagonista es un ruso de 33 a?os llamado Roman Burtsev, quien ya es una celebridad en su pais gracias a su ins¨®lito parecido f¨ªsico con Leo. Todo empez¨® hace unas semanas cuando apareci¨® en la Red una foto de Burtsev que se populariz¨® en cuesti¨®n de horas bajo el sobrenombre de "fat DiCaprio" (el DiCaprio gordo).
Una plataforma llamada "Oscar for Leo!" est¨¢ recolectando en Siberia joyer¨ªa de oro y plata para fundirla y hacerle un Oscar al actor en caso de que perdiese este domingo por quinta vez
La pasi¨®n que despierta el actor americano convirti¨® a este doble en una estrella involuntaria. Ahora Burtsev quiere sus 15 minutos de fama y no ha dudado en aprovecharse de su asombroso parecido fortuito. En el reality show, emitido por la cadena local moscovita Moskova 24, Roman practica para parecerse a DiCaprio m¨¢s all¨¢ de su aspecto. La transformaci¨®n incluye una dieta estricta, clases de ligue, ejercicio, lecciones de ingl¨¦s, una sesi¨®n de karaoke con la canci¨®n de Titanic (My heart will go on), mendigar en la calle para hacerse rico como DiCaprio y hasta arrastrarse por la nieve para sufrir por la gloria al igual que hace su ¨ªdolo en El renacido.
En esta recreaci¨®n, el DiCaprio ruso se topa con un oso en medio del bosque nevado que le espera con una entra?able sorpresa: en lugar de intentar matarle, est¨¢ abrillantando su Oscar. Todas estas aventuras van siendo publicadas en el Instagram de Burtsev, que ha abrazado encantado la gloria que el parecido con DiCaprio pueda darle mientras dure. Seguro que es mucho m¨¢s divertido que su trabajo anterior como t¨¦cnico del servicio de emergencias de Mosc¨². Ahora se gana la vida ofreci¨¦ndose a posar con las clientas de un centro comercial en la emblem¨¢tica postura en la que DiCaprio besaba a Kate Winslet en la proa del Titanic.
De momento, el aut¨¦ntico Leonardo, discreto como siempre, no ha opinado sobre c¨®mo Roman Burtsev est¨¢ rentabilizando este parecido. Quiz¨¢ podr¨ªa llegar a un acuerdo con ¨¦l y utilizarle como doble para despistar a los paparazzi, siempre y cuando el ruso no abandone la dieta. No ser¨ªa el primero. David Beckham ten¨ªa un doble para repartir la abrumadora atenci¨®n medi¨¢tica que sufr¨ªa. Incluso Burtsev podr¨ªa ir a recoger alg¨²n premio de segunda categor¨ªa cuando DiCaprio tenga problemas de agenda, como en aquel cap¨ªtulo de Los Simpson en el que Homer sustitu¨ªa a Krusty el payaso en fiestas de cumplea?os y acababa li¨¢ndola con la mafia.
Lo mejor que podr¨ªa pasar es que, dada la ascendencia rusa del actor, acabemos descubriendo que DiCaprio y Burtsev son efectivamente primos lejanos. Quiz¨¢ el programa del canal americano PBS, Finding your roots, que reconstruye el ¨¢rbol geneal¨®gico de las estrellas, podr¨ªa investigar los ancestros del actor y sorprendernos con la revelaci¨®n de su parentesco y un abrazo entre los dos gemelos. Ese resultar¨ªa un emocionante giro final para esta historia.
Si finalmente DiCaprio no consigue su Oscar, podr¨ªa reconciliarse con sus ra¨ªces rusas e intepretar a este t¨¦cnico de emergencias moscovita que sue?a con vivir la vida de su ¨ªdolo, para lo cual tendr¨ªa que ganar varios kilos. A Robert De Niro le funcion¨®. Roman Burtsev defendi¨® su reality show en el peri¨®dico Komsomolskaya Pravda: "No me molesta que me comparen con DiCaprio, pero hasta ahora tampoco me ha servido de mucho". Toma ya. Y nosotros que nos cre¨ªmos que alcanzar la fama para ¨¦l era pan comido. Tambi¨¦n confirm¨® que desconoce si DiCaprio y ¨¦l son familia, pero que le preguntar¨ªa a sus padres. Mientras tanto, Burtsev s¨®lo quiere encontrar el amor. Debe estar harto de ver c¨®mo su gemelo triunfador no deja de salir (y entrar) con bellas mujeres, siendo Rihanna su ¨²ltima conquista (o eso se romorea), mientras a ¨¦l s¨®lo se le acercan chicas para hacerse fotos fingiendo ser Kate Winslet. Aunque sea de rebote, Roman quiere disfrutar de la gloria ef¨ªmera de ese hombre que naci¨® con su misma cara, pero en la parte adecuada del planeta.
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