Noche sevillana con whisky y m¨²sica
Confabulada con la m¨²sica atrapada en los vinilos, la bebida escocesa ¡®The Glenrothes¡¯ est¨¢ de ¡°gira¡± por Espa?a.
Las nubes hab¨ªan comenzado a soltar las primeras gotas de la noche cuando, a la orilla del r¨ªo Guadalquivir, el whisky se fund¨ªa con las emociones. Llenas de luz, y con la complicidad de la luna, la Torre del Oro y la Giralda atestiguaban a lo lejos un ¡°maridaje¡± tan tradicional como innovador (la uni¨®n del destilado con la m¨²sica), oficiado por un gentleman y ambientado con las melod¨ªas atrapadas en un vinilo, seleccionadas por un experto. En la mesa hab¨ªa sardinas y cecinas ahumadas y solomillo de buey relleno de setas, entre otros manjares, y dentro de las copas la cantidad exacta de las variedades del escoc¨¦s The Glenrothes que, durante estos d¨ªas, al estilo de un grupo musical, realiza una ¡°gira¡± por distintos templos gastron¨®micos de Espa?a.
¡°Para nosotros es muy l¨®gica la alianza del whisky con los vinilos, forma parte de nuestro concepto vintage¡±, dijo Ronnie Cox ¡ªlas canas bien peinadas, la corbata bien anudada, los calcetines bien rojos y el habla bien latina¡ª, embajador de la marca fundada en 1879, ante un grupo de comensales embelesados por la sucesi¨®n de an¨¦cdotas y datos que este experto derram¨® sobre la mesa. Cox hab¨ªa llegado una hora antes de la cena con un malet¨ªn negro en la mano, donde guarda las botellitas y artilugios con los que apoya sus exposiciones. Pidi¨® un vaso de agua con gas y enseguida se dispuso a hacer un repaso para EL PA?S sobre su trayectoria profesional.
Con ese nombre, Ronnie Cox podr¨ªa haber sido un reguetonero afincado en Miami o Nueva York. En cambio, decidi¨® continuar la labor de sus antepasados y se dedic¨® a recorrer el mundo predicando las bondades de la bebida m¨¢s c¨¦lebre de su lugar de origen. Dice con orgullo que pertenece a la s¨¦ptima generaci¨®n de una familia escocesa de destiladores que, durante un tiempo, produjeron whisky sin pagar impuestos. ¡°Por eso fueron multados un par de veces¡±, subraya con una sonrisa. ¡°Al terminar el bachillerato, mi padre me dijo: ¡®te voy a regalar un billete de avi¨®n, s¨®lo de ida, a donde t¨² quieras. Para que te vayas a aprender de la vida.¡¯ Y me fui a Alemania y all¨ª pas¨¦ un a?o trabajando en una compa?¨ªa de vinos. Despu¨¦s vine Andaluc¨ªa para trabajar en la compa?¨ªa jerezana de Gonz¨¢lez D¨ªaz, cuyos productos ayud¨¦ a vender con cierta torpeza por toda Espa?a. Luego me fui a buscar trabajo a Londres. Y lo encontr¨¦ en una empresa de destilados y entonces los viajes y el whisky se convirtieron en mi pasi¨®n.¡±
Cox ten¨ªa 16 a?os cuando prob¨® el whisky por primera vez. ¡°Rob¨¦ un poco del gabinete de mi padre y¡ no me gust¨®, me pareci¨® muy amargo¡±, recuerda. Hoy, sin embargo, es uno de los grandes profesionales de su venta y su misi¨®n ¡°consiste en representar a la marca y en educar al importador y al consumidor. Al principio viajaba nueve meses al a?o por todo el mundo. Pero ahora ya soy vintage y no viajo tanto¡±, comenta con la diversi¨®n estampada en el rostro, en una clara alusi¨®n al concepto que The Glenrothes ha afianzado entre los consumidores de varios pa¨ªses: ¡°es cuesti¨®n de madurez, no de edad.¡±
El hombre que aprendi¨® de su padre ¡°a tratar bien a todo el mundo, sin importar la posici¨®n que ocupen¡±, hablaba sentado en una esquina del sal¨®n acristalado del restaurante Abades Triana, mientras un tocadiscos esperaba ser utilizado. ¡°El nuestro es un whisky que est¨¢ justo entre el m¨¢s ligero y el m¨¢s pesado. Tiene una cremosidad maravillosa, es elegante y, sobre todo, tiene car¨¢cter y estructura¡±, especific¨® poco antes de que comenzara la Vintage Vinyls Tasting Dinners. Entonces, bajo el cielo encapotado de Sevilla, el music¨®logo Iv¨¢n Pay¨¢ puso, entre plato y plato y entre bebida y bebida (entre las que se incluy¨®, c¨®mo no, un ¡°c¨®ctel torero¡±), canciones de The Beatles, The Cure, Massive Attacks y Triana (todas en vinilos) y la noche se volvi¨® multisensorial.
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