KiandaHub: El espacio que Luanda necesitaba

Dice una leyenda que Kianda es la madre de todas las sirenas, que viv¨ªa en la Praia do Bispo, en Luanda, la capital de Angola. Kianda, que es tambi¨¦n el nombre con el que se conoce en quimbundo a todas las sirenas, entreg¨® un tesoro a un hombre pobre y, cuando ¨¦ste empez¨® a despilfarrarlo, decepcionada, volvi¨® a sumirle en la miseria. En realidad, es la versi¨®n angole?a de Mami Wata, una representaci¨®n del esp¨ªritu del agua que se repite con muchas similitudes en comunidades de todo el continente africano y que supone un fen¨®meno fascinante. Tras esta historia aparece uno de los s¨ªmbolos m¨¢s poderosos de la capital angole?a y por eso un grupo de tecn¨®logos decidi¨® ponerle su nombre al primer tech hub (centro de innovaci¨®n tecnol¨®gica) constituido en la ciudad y en el pa¨ªs.

Las altas cifras de PIB de Angola, contrastan con su posici¨®n en el ?ndice de Desarrollo Humano que coloca al pa¨ªs en el grupo de los que tienen ¡°bajo desarrollo humano¡±. Este es el resultado de una econom¨ªa basada en la explotaci¨®n del petr¨®leo, actualmente en horas bajas, y controlada por peque?os grupos pr¨®ximos al poder. Una receta habitual es que la apertura de nuevos sectores y la diversificaci¨®n de la econom¨ªa econ¨®micos llevan a un crecimiento m¨¢s estable y distribuido. En esas est¨¢n algunos emprendedores angole?os y ese es el contexto que explica el nacimiento de KiandaHub. Joel Epalanga, cofundador del espacio y actual director general, explica que los trabajos comenzaron en 2013 con un grupo de apasionados por las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n (TIC) que se empe?aron en crear las condiciones para su desarrollo en Angola. Primero crearon una asociaci¨®n, pero las actividades no terminaban de arrancar. ¡°Nos reun¨ªamos en bares y restaurantes y siempre ten¨ªamos que depender de otros para cada cosa que organiz¨¢bamos¡±, cuenta Epalanga. As¨ª que para romper esta dependencia que les atenazaba decidieron ¡°crear un espacio en el que nosotros mismos, la comunidad y todos los dem¨¢s miembros del ecosistema digital pudiesen compartir ideas y proyectos, donde se les ofreciesen servicios en buenas condiciones, que permitiesen dar un empuj¨®n a ese ecosistema digital.

Un modesto espacio de 30 metros cuadrados ocupa este tech hub, pero sus impulsores tienen el orgullo de haber abierto un camino en Angola, un pa¨ªs llamado a ocupar un lugar destacado entre las econom¨ªas m¨¢s potentes del continente (si consigue romper la dependencia petrol¨ªfera). No s¨®lo se trata de una cuesti¨®n simb¨®lica, sino que han construido, en un tiempo r¨¦cord, una comunidad de emprendedores digitales potente y han atra¨ªdo, por ejemplo, hasta Angola el inter¨¦s de SeedStars World una competici¨®n que identifica por todo el mundo las start-up m¨¢s atractivas para los inversores. La r¨¢pida explosi¨®n demuestra que hab¨ªa una especie de energ¨ªa contenida en Luanda, esperando a contar con el espacio y las condiciones adecuadas para desarrollar ideas e inquietudes.

Joel Epalanga comenta que la sociedad de la informaci¨®n ¡°ha cambiado radicalmente la forma de comunicarse de los ciudadanos, de aprender y de ense?ar, de moverse¡±. Esa no es ninguna constataci¨®n excepcional, pero Epalanga la hace para lanzar la segunda parte del argumento: ¡°El fomento del uso de las TIC es un reto importante para cualquier naci¨®n de este mundo globalizado. Y Angola no es una excepci¨®n¡±. El impulsor de KiandaHub apela a los 14 millones de m¨®viles que hay en el pa¨ªs y a los previsibles cinco millones de usuarios que habr¨¢ en 2017 como el contexto tecnol¨®gico en el que se desarrolla su actividad. De la misma manera, reconoce que el ecosistema digital angole?o es todav¨ªa inmaduro pero que cada vez m¨¢s se est¨¢ animando la formaci¨®n de empresas basadas en el sector tecnol¨®gico. Unos programas de fomento que se unen a la mejora de las condiciones tecnol¨®gicas, con las conexiones a los famosos cables submarinos e, incluso, la adquisici¨®n de un sat¨¦lite angole?o. ¡°Se ha plantado la semilla y ahora tenemos que seguir so?ando, creer y lograr¡±, afirma Epalanga esperanzado.

El espacio de innovaci¨®n ha centrado su actividad en el desarrollo econ¨®mico y, por ello sus puntos de inter¨¦s m¨¢s importantes son la dimensi¨®n comercial y el negocio ligado a las TIC. A pesar de eso, Epalanga no es ajeno a una realidad social: ¡°La adopci¨®n de plataformas sociales como Facebook, WhatsApp, Snapchat o Instagram sirve para fortalecer la participaci¨®n social de los ciudadanos, ya que despierta en ellos nuevas oportunidades de interacci¨®n social para diversos fines. Muchas personas en Angola, utilizan estas plataformas para promover sus negocios, talentos y opiniones¡±. Sin embargo, el responsable del tech hub angole?o no baja la guardia: ¡°La moneda siempre tiene dos caras, de la misma manera que estas plataformas tienen beneficios, tambi¨¦n pueden ser una nueva herramienta para los delincuentes. Por eso debemos estar atentos¡±.

En todo caso, el mensaje que lanza Epalanga recuerda, en cierta medida, a la recompensa ofrecida por Kianda en la leyenda, aunque con la moraleja incorporada. ¡°La vida de un emprendedor est¨¢ hecha de sue?os¡±, concluye el joven angole?o, ¡°pero hay que trabajar duro. No hay ¨¦xito sin sacrificio. Aprend¨ª que no hay l¨ªmites para lograr lo que so?amos y renunciar no debe ser una opci¨®n. Hay que hacer las cosas en el momento adecuado, pero en este mundo, el momento adecuado simplemente no existe, as¨ª que lo tiene que generar el emprendedor,¡±.