Conflicto y consenso
Hay quienes convierten el debate en una lucha por la supervivencia: nosotros contra ellos, todo o nada, ahora o nunca
Alabamos el consenso y elogiamos a los l¨ªderes pol¨ªticos cuando son capaces de alcanzarlo. Y repudiamos el conflicto y nos lamentamos cuando lo impregna todo. Es comprensible que a algunos les pueda resultar doloroso, incluso c¨ªnico, pero la realidad es como es: la pol¨ªtica es tanto conflicto como consenso. En unas ocasiones la pol¨ªtica debe ser conflicto y expresarse a trav¨¦s de ¨¦l; en otras debe ser consenso y visualizarse como tal. Respecto a cu¨¢ndo conviene uno u otro, hay que ser pragm¨¢tico: bien manejado y dependiendo de las circunstancias, un buen conflicto puede ser tan ¨²til como un buen consenso. Quien no lo entienda o se niegue a aceptarlo no durar¨¢ mucho en el mercado pol¨ªtico.
El conflicto es ¨²til para galvanizar a las bases, cohesionar a los votantes, reforzar la identificaci¨®n con los l¨ªderes, cimentar las identidades y poner a los dem¨¢s a la defensiva. El consenso es ¨²til para comprar tiempo, seducir a los reticentes, ensanchar los apoyos, ganar en respetabilidad y limar las aristas m¨¢s agresivas del liderazgo. Alguien interesado en el consenso minimiza las diferencias. Alguien interesado en el conflicto no solo las magnifica sino que convierte el debate en una lucha por la supervivencia: nosotros contra ellos, todo o nada, ahora o nunca.
Negociar, pactar, consensuar, es repartirse una diferencia. Si A y B tienen que repartirse 100 unidades de algo, el espacio intermedio para el acuerdo es enorme. Si el poder negociador de A no es muy alto, cualquier cantidad por encima de cero ser¨¢ aceptable. Hoy quiz¨¢ acepte 40, pero si no cierra la puerta, ma?ana puede que llegue a 60. Sin embargo, las diferencias morales no se pueden negociar: nos permiten quemar los puentes que nos conectan con nuestro potencial aliado, ahora adversario, de ah¨ª la utilidad de traducir las diferencias pol¨ªticas en categor¨ªas morales. Si algo es bueno, su contrario tiene que ser necesariamente malo. ?Y c¨®mo se reparte lo malo? Esta semana, las fuerzas pol¨ªticas no se van a dividir entre vieja y nueva pol¨ªtica sino entre los que piensan que necesitan el conflicto para sobrevivir y los que vinculan su supervivencia al consenso. @jitorreblanca
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