Mensajes blindados a prueba de jueces
Las tecnol¨®gicas invierten ingentes cantidades para garantizar el secreto de las comunicaciones de los usuarios
La batalla entre los gigantes tecnol¨®gicos y las autoridades judiciales no da tregua. Tras el enfrentamiento entre Apple y el FBI a cuenta de los datos contenidos en el tel¨¦fono m¨®vil del tirador de San Bernardino ¡ªque acab¨® con la vida de 14 personas¡ª se une ahora la detenci¨®n en Brasil del representante de Facebook en Latinoam¨¦rica por negarse a liberar los datos de un usuario. En ambos casos no solo se debaten los l¨ªmites entre la seguridad y la privacidad. Lo que est¨¢ en juego es si la polic¨ªa puede tener carta blanca para indagar sin controles ni restricciones en las conversaciones de los clientes. Que esto suceda en la era de las TIC (Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n), en la que los datos fluyen a velocidad vertiginosa, es a¨²n m¨¢s inquietante.
Compa?¨ªas como Google, Twitter o Microsoft obtienen la confianza de los usuarios porque les garantizan (te¨®ricamente al menos) el secreto de sus mensajes. Estas empresas invierten ingentes cantidades econ¨®micas en blindar las comunicaciones con sistemas (tambi¨¦n te¨®ricamente) invencibles. Siguiendo esta pr¨¢ctica, WhatsApp ha incorporado el cifrado end-to-end (de extremo a extremo), que impide al propio grupo leer los textos que intercambian los usuarios.
Pero, ?qu¨¦ ocurre cuando un juez solicita esas conversaciones? Si el magistrado es brasile?o y WhatsApp (propiedad de Facebook) se niega a facilitarlas, la compa?¨ªa pagar¨¢ una cuantiosa multa y su responsable acabar¨¢ detenido. Es lo que le ha pasado a Diego Dzodan, representante de Facebook en Latinoam¨¦rica, que no ha accedido al requerimiento en el que se le solicitaba los wasap cruzados de dos presuntos narcotraficantes. Como no podr¨ªa ser menos, la red social se escuda en el secreto de los datos para negar a la polic¨ªa el contenido del tel¨¦fono m¨®vil de uno de los sospechosos. Tal justificaci¨®n no ha librado a la marca que pilota Zuckerberg de pagar una multa de m¨¢s de 200.000 euros y a Dzodan del mal trago de un arresto policial.
Este episodio ha tensado a¨²n m¨¢s las relaciones entre Facebook y la justicia, que vivieron su m¨¢xima hostilidad a mediados de diciembre, cuando una juez orden¨® a los operadores telef¨®nicos bloquear WhatsApp como represalia por no facilitar las conversaciones de un supuesto narcotraficante. Los brasile?os sufrieron 13 horas de apag¨®n.
Una y otra vez, las tecnol¨®gicas manifiestan su disposici¨®n a colaborar con las autoridades, pero sin que eso suponga que la polic¨ªa pueda husmear en los correos de millones de clientes. Han de ser los jueces quienes valoren caso por caso. Puede incluso que se pongan de su lado, como ha hecho un magistrado de Nueva York, que acaba de dar la raz¨®n a Apple al eximirla de desbloquear el iPhone de un hombre acusado de narcotr¨¢fico. La explicaci¨®n es sencilla ¡ª¡°Apple no es responsable de que sus tel¨¦fonos se usen para vender drogas¡±¡ª, aunque quiz¨¢ no muy convincente.
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