Justicia y reparaci¨®n para las mujeres en Colombia
Por Claire Colardelle, deInspirAction Colombia(@inspiractionorg)
La periodista JIneth Bedoya.
Tan cerca como parece estar la firma del Acuerdo de Paz en Colombia, las organizaciones de mujeres siguen pidiendo justicia, derecho a la verdad y reparaci¨®n para todas las v¨ªctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado, exigiendo su calificaci¨®n como crimen de lesa humanidad.
La periodista Jineth Bedoya Lima, cara visible de parte de esta lucha, acaba de obtener la primera condena por su secuestro, violencia sexual y tortura como represalia a las investigaciones que adelantaba sobre graves violaciones de derechos humanos y tr¨¢fico de armas al interior de la c¨¢rcel Modelo de Bogot¨¢, hace ya m¨¢s de 15 a?os.
Son logros significativos en un proceso que ha sufrido m¨²ltiples dilaciones y se ha vuelto emblem¨¢tico gracias a la incansable lucha de una sobreviviente para exigir justicia. Esto en un pa¨ªs donde la violencia sexual ha sido usada como arma de guerra, tanto por parte de los grupos armados ilegales como de la fuerza p¨²blica.
El 25 de febrero de 2016, el ex paramilitar Alejandro C¨¢rdenas Orozco, alias ¡°J.J.¡±, fue condenado a once a?os de prisi¨®n por estos delitos de secuestro simple y tortura. No reconoci¨® su responsabilidad en los actos de violencia sexual, por lo que la investigaci¨®n continuar¨¢ en un proceso distinto. Tres semanas antes, en una audiencia p¨²blica, el exjefe paramilitar Mario Jaime Mej¨ªa, alias ¡°El Panadero¡± le pidi¨® perd¨®n a la periodista, se acogi¨® a sentencia anticipada y acept¨® los cargos de secuestro, violencia sexual y tortura. La justicia y la reparaci¨®n avanzan.
Si bien en los ¨²ltimos a?os, se ha aprobado un marco legal favorable a la protecci¨®n de los derechos de las mujeres en Colombia, su implementaci¨®n es insuficiente y la impunidad en los casos denunciados de violencia sexual supera el 95%, sin contar el subregistro existente y teniendo en cuenta que esta cifra solamente abarca los casos priorizados por la administraci¨®n de justicia. Es as¨ª como la Corte Constitucional de Colombia constat¨® a inicios del a?o 2015 ¡°la persistencia de falencias en la atenci¨®n, protecci¨®n y acceso a la justicia para las mujeres v¨ªctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado y el desplazamiento forzado¡±.
Como lo se?al¨® Jineth Bedoya, legalmente representada por la Fundaci¨®n para la Libertad de Prensa (FLIP) y la Corporaci¨®n Sisma Mujer, socia de InspirAction en Colombia, la aceptaci¨®n de cargos por parte del exjefe paramilitar es ¡°una victoria de las mujeres que han hecho un gran ejercicio de resistencia y de b¨²squeda de la verdad¡±. No obstante, queda un largo camino por recorrer para alcanzar la garant¨ªa de los derechos a la verdad, la justicia y la reparaci¨®n de las mujeres v¨ªctimas en Colombia. La Corporaci¨®n Sisma Mujer, tambi¨¦n organizaci¨®n asesora de la Subcomisi¨®n de G¨¦nero de la Mesa de Negociaciones en La Habana, resalta como obst¨¢culos principales para el acceso a la justicia la desconfianza en el sistema judicial y el temor a la revictimizaci¨®n, la ausencia de capacitaci¨®n de las autoridades judiciales, la permanencia de estereotipos de g¨¦nero y patrones de discriminaci¨®n, la ausencia de diligencia en las investigaciones y la falta de garant¨ªas y protecci¨®n para las v¨ªctimas.
En este contexto, la adopci¨®n del Acuerdo sobre las V¨ªctimas del Conflicto el pasado 15 de diciembre de 2015 representa un avance significativo para las mujeres sobrevivientes de violencia sexual. Adem¨¢s de tener enfoque diferencial de g¨¦nero, el Acuerdo reconoce expl¨ªcitamente la violencia sexual como uno de los cr¨ªmenes m¨¢s graves en el marco del conflicto armado, prev¨¦ la instalaci¨®n de una Comisi¨®n de la Verdad, dispone la creaci¨®n de un equipo de investigaci¨®n judicial especial para casos de violencia sexual, y establece que en el marco del mecanismo de justicia transicional adoptado, este crimen no podr¨¢ ser objeto de amnist¨ªa o de indulto.
Las organizaciones de mujeres han jugado un papel determinante tanto en la obtenci¨®n de este hito hist¨®rico como para hacer visible el car¨¢cter generalizado y sistem¨¢tico de la violencia sexual en el marco del conflicto armado en Colombia, exigiendo su calificaci¨®n como crimen de lesa humanidad. Este a?o, en el que se espera la firma de un acuerdo final tras m¨¢s de cincuenta a?os de conflicto, un reto fundamental ser¨¢ la adopci¨®n de medidas efectivas para la implementaci¨®n de lo dispuesto en el Acuerdo sobre las V¨ªctimas del Conflicto, en aras de poner fin a la impunidad que prevalece.
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