¡°Algo habr¨¢n hecho los partidos para merecer la quiebra del bipartidismo¡±
Pionera en la pol¨ªtica, Soledad Becerril canaliza la indignaci¨®n ciudadana como defensora del pueblo
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Soledad Becerril elige cuidadosamente las palabras. Habla despacio, con la vista clavada en una de las paredes de su despacho, en el que prefiere no posar. Muestra las fotograf¨ªas que resumen su dilatada carrera ¨Cprimero en UCD y luego en el PP¨C. Sonriente con Adolfo Su¨¢rez. En el Consejo de Ministros de Calvo-Sotelo en 1981: la primera mujer que lo pisaba desde la Rep¨²blica. En su etapa de alcaldesa de Sevilla, con el actor Charlton Heston y la Giralda al fondo. Con el Rey em¨¦rito la noche anterior a su proclamaci¨®n. Becerril dej¨® la pol¨ªtica activa en 2011, pero un a?o m¨¢s tarde aceptaba el cargo de defensora del pueblo. Cree en la necesidad de cambios en la Constituci¨®n y descarta una segunda Transici¨®n.
?C¨®mo ve la defensora al pueblo que defiende? Desde esta instituci¨®n se observa una parte de la realidad, no somos un centro de estudios sociol¨®gicos. Llegu¨¦ aqu¨ª a mediados de 2012. Ese a?o y el siguiente se not¨® mucho la crisis en individuos y familias, aspectos econ¨®micos, sociales, atenci¨®n a personas con discapacidad. En 2014 y en 2015 se ha percibido el comienzo de una suave recuperaci¨®n, aunque no puedo hablar de final de crisis. Por eso han descendido las quejas. La mayor¨ªa se refiere a asuntos de car¨¢cter econ¨®mico, a la relaci¨®n de los ciudadanos con los bancos, por ejemplo hipotecas y cl¨¢usulas suelo, o a productos financieros vendidos de forma enga?osa, como las preferentes.
?Le ha sorprendido el grado de indefensi¨®n del pueblo espa?ol? M¨¢s que indefensi¨®n, hemos visto las sucesivas crisis. Como Estado de derecho, tenemos instrumentos para que los ciudadanos se defiendan y les defendamos, aunque es verdad que la Administraci¨®n de justicia es lenta y eso supone una enorme inquietud para muchas familias.
?Cu¨¢les son las consecuencias m¨¢s graves de la crisis? Los efectos son visibles, empezando por el desempleo y los trabajos precarios. Ah¨ª es donde m¨¢s se nota, pese al descenso del paro.
Prepara un informe sobre los enfermos de c¨¢ncer. ?Qu¨¦ problemas ha detectado? Algunos enfermos nos han explicado las dificultades laborales a las que se enfrentan cuando est¨¢n en tratamiento. No pueden completar la jornada.
?Nada impide despedir a un trabajador con c¨¢ncer? Por eso estamos trabajando en ello. Deben tener una jornada laboral llevadera, que les permita afrontar un tratamiento. Hay que facilitarles la vida, ya bastante tienen.
La crisis ha ahondado la brecha social, ha aumentado la desigualdad. Seg¨²n algunas ONG, s¨ª. Pero hay informes que contradicen esta brecha, por eso no me pronuncio de manera tajante.
?Cu¨¢les son? He visto dos contradictorios, pero muy posiblemente s¨ª se ha ampliado la brecha.
Visto desde este despacho, ?qu¨¦ funciona mejor y peor en Espa?a? Yo estoy aqu¨ª para empujar a las Administraciones a que corrijan o atiendan asuntos que nos parecen graves o importantes. He empujado mucho. En el caso de las preferentes hubo que insistir. O con los desahucios, para conseguir un decreto que permitiera paralizarlos en algunas circunstancias y luego una ley.
?Est¨¢ satisfecha con los cambios en la normativa de desahucios? Bastante, aunque se pod¨ªan modificar algunas cosas. Creo que la justicia ha actuado debidamente y con sensibilidad.
¡°Nuestro sistema permite remodelar partidos, corregir errores sin sobresaltos¡±
Tambi¨¦n ha habido una presi¨®n social muy fuerte, como la de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Es verdad, pero la legislaci¨®n ha dado a los jueces un instrumento muy importante. Les permite valorar las circunstancias de las personas. Ya no hay automatismo. Tambi¨¦n ha sido un logro la ley de segunda oportunidad, por la que hemos peleado mucho. Ve¨ªamos que personas incursas en un procedimiento por deudas no iban a poder hacerles frente en su vida y pod¨ªan acabar en la indigencia. Buscamos un procedimiento que les permitiera renegociar los plazos, la cuant¨ªa, encontrar un ¨¢rbitro que no costase dinero o acudir a la v¨ªa judicial.
?El descenso de las quejas al Defensor del Pueblo ¨C17.776 el a?o pasado, un 23% menos¨C tiene que ver con el descr¨¦dito de las instituciones? [Largo silencio]. No lo s¨¦.
Aunque con intermitencia, lleva casi 40 a?os en el candelero de lo p¨²blico. ?Le decepciona la pol¨ªtica de ahora? La pol¨ªtica, en t¨¦rminos generales, no me decepciona.
?Qu¨¦ le ha dado? La pol¨ªtica es prestar un servicio p¨²blico a los ciudadanos. La pol¨ªtica interesa a todo el mundo, porque lo p¨²blico es de todos y para todos. A los j¨®venes les digo: ¡°?No os interesa que funcione el metro, que haya becas? Eso es la pol¨ªtica¡±. Me ha producido muchos momentos de empuje, de hacer, de resolver. Y tambi¨¦n momentos amargos y derrotas. He visto la muerte de compa?eros.
La defensora del pueblo se conmueve. Recuerda el asesinato del concejal de Sevilla Alberto Jim¨¦nez Becerril y de su esposa, Ascensi¨®n Garc¨ªa, en 1998. Fue ¡°el momento m¨¢s amargo¡± en la vida de la entonces alcaldesa de la ciudad. Poco antes, la banda terrorista ETA hab¨ªa intentado matarla a ella. ¡°Les fall¨® la conexi¨®n para activar el coche bomba¡±, relata antes de comenzar la entrevista, realizada a mediados de febrero, mientras muestra las fotos antiguas que le hab¨ªa pedido El Pa¨ªs Semanal. Entre las que ha seleccionado figura la de aquella jornada. Al dorso ha escrito: ¡°El d¨ªa que la bomba no explot¨®¡±.
?Se sinti¨® culpable? Me he preguntado muchas veces si haberme matado a m¨ª habr¨ªa evitado que les mataran a ellos. Pero los culpables fueron los terroristas. El atentado me sigue produciendo, y me producir¨¢ siempre, un enorme dolor. En cambio, haber sido yo objeto de uno no me ha dejado huella. Al contrario, me ha hecho acercarme a personas que han sufrido mucho m¨¢s que yo, a las v¨ªctimas. He tenido mucha suerte en la vida, empezando por aquello.
?Es optimista sobre el final de ETA? [Larga pausa]. Me gustar¨ªa que pudi¨¦ramos hablar de un final, pero para ello la organizaci¨®n y las personas que est¨¢n en la c¨¢rcel, los que han dado las ¨®rdenes, deben pedir perd¨®n a las v¨ªctimas. Cada una decidir¨¢ si perdona o no. Luego tienen que decir adi¨®s a las armas. Y esto no se ha producido. Algunos han manifestado que lamentan el da?o, pero han sido casos individuales y lo han hecho con mucha suavidad. El arrepentimiento por el enorme dolor causado no se ha producido.
?Ese perd¨®n deber¨ªa desembocar en alg¨²n beneficio penitenciario? Si ese perd¨®n se produjera, se podr¨ªa estudiar. Pero tiene que producirse y tienen que dejar las armas, y no parece que est¨¦n en ello.
?Le apena el descr¨¦dito de la clase pol¨ªtica? S¨ª. Espero que los que prestamos un servicio p¨²blico seamos capaces de ganar el cr¨¦dito, el respeto y la comprensi¨®n de la ciudadan¨ªa. Hay una inmensa mayor¨ªa de servidores p¨²blicos que lo hace bien. Ya s¨¦ que los casos de corrupci¨®n han hecho much¨ªsimo da?o, eso es indiscutible.
?Le ha sorprendido el alcance de la corrupci¨®n? No es tanto sorpresa como disgusto. La corrupci¨®n hace mucho da?o. Es mala en s¨ª y mala hacia el ciudadano; es mala por todos lados. Cuando era alcaldesa de Sevilla, muchos me criticaban por ser muy estricta en el gasto. Nunca se es demasiado austero con el dinero p¨²blico. Recuerdo que Simone de Beauvoir, criticando el papel de la mujer, dec¨ªa que somos administradoras de bienes que pasan por nuestras manos. Pues los cargos p¨²blicos administramos bienes que pasan por nuestras manos.
Soledad Becerril Bustamante
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Nacida en Madrid en 1944, la primera defensora del pueblo alaba ¡°la independencia¡± del organismo que dirige desde junio de 2012. Es el colof¨®n para esta licenciada en Filosof¨ªa y Letras, rama de Filolog¨ªa Inglesa, que se estren¨® como diputada en 1977 en las filas de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico (en la imagen, con Adolfo Su¨¢rez). En 1981 se convirti¨® en la primera espa?ola con cartera ministerial, Cultura, en democracia. Fich¨® a Esperanza Aguirre para su equipo. Tuvo que aguantar dicterios y cr¨ªticas a su vestuario, pero nunca le dio ¡°demasiada importancia¡±. Tras la debacle de UCD, esta pol¨ªtica liberal se afili¨® al PP. En 1995 se convirti¨® en alcaldesa de Sevilla. Luego volvi¨® al Congreso y pis¨® el Senado. Separada, con dos hijos y tres nietos, es una apasionada de la filosof¨ªa ¨C¡°lleva al conocimiento, permite establecer conductas y valores¡±¨C y la historia. Cuando tiene un respiro, dedica el tiempo a sus nietos, al cine, a la lectura y a pasear por el Museo del Prado.
Cita a Simone de Beauvoir. ?Usted ha sido feminista? Me interes¨® mucho el feminismo en los setenta. Siempre he defendido los derechos de la mujer, aunque no milit¨¦ en el feminismo organizado. He sido una feminista sin organizaci¨®n.
?Se ha logrado la igualdad real entre mujeres y hombres? En derechos, s¨ª, pero quedan cosas, como la conciliaci¨®n de la vida personal y laboral. Los horarios de consultoras o bufetes no se los pueden permitir las mujeres si tienen obligaciones familiares, por eso hay sectores profesionales donde entran con fuerza, empiezan a subir y a los cuarenta y tantos a?os abandonan. Arriba solo llegan hombres.
La conciliaci¨®n deber¨ªa ser tambi¨¦n cosa de hombres. Es verdad. Pero cuando en una pareja alguien debe dedicar m¨¢s atenci¨®n a la familia, quien lo hace es la mujer. Aquellas que logran la conciliaci¨®n son hero¨ªnas.
Y luego est¨¢n las abuelas. S¨ª, pero tenemos nuestras limitaciones. Hemos echado un capote grand¨ªsimo. Y algunos abuelos tambi¨¦n.
?Qu¨¦ se hizo mal en la Transici¨®n? Las cosas se hicieron fundamentalmente bien, con alcance de miras, con generosidad, con mucha inteligencia. Aunque todo bien no. La larga mirada de quienes intervienen en primera l¨ªnea, el af¨¢n de gran pacto social ¨Cque eso es la Transici¨®n, un gran pacto social¨C y la generosidad de unos y otros para llegar a ese acuerdo est¨¢n por encima de los errores que se hayan podido cometer. Adem¨¢s, frente a lo que algunos han dicho, la Transici¨®n no produce el olvido de la Espa?a anterior, de la dictadura y la Guerra Civil. Esos a?os est¨¢n documentados. Hubo acuerdo para que no se repitieran esos tiempos, pero no olvido.
Pero s¨ª silencio. No. Ha habido referencias constantes a los a?os anteriores. La mayor¨ªa de historiadores concuerdan en que la Transici¨®n y los a?os posteriores fueron seguramente la mejor etapa de la historia de Espa?a. La Transici¨®n fue un acto, muchos actos, de inteligencia y generosidad.
A¨²n tenemos muchos muertos en las cunetas. Hay que continuar el esfuerzo para que todas las familias puedan recuperar a sus seres queridos, eso es indiscutible.
?Ha llegado el momento de una segunda Transici¨®n? No. No s¨¦ hacia d¨®nde ir¨ªa, no lo he entendido nunca. ?Para qu¨¦? ?Hacia qu¨¦? Lo que ser¨¢ necesario, probablemente, son reformas en nuestra legislaci¨®n, en nuestro sistema democr¨¢tico. Esa es la grandeza de la democracia, que permite reformas sin traumas ni violencia. Las democracias son sistemas fr¨¢giles y necesitan estar reform¨¢ndose. Yo hago una valoraci¨®n muy positiva de la nuestra, que nos ha costado tanto y ha sido tan importante para varias generaciones.
?En esas reformas incluir¨ªa la de la Constituci¨®n? Es posible que en materia de competencias de comunidades aut¨®nomas sea conveniente aclararlas. Eso tranquilizar¨ªa y evitar¨ªa huidas hacia delante en sus reivindicaciones, que son constantes.
?Y buscar un encaje a Catalu?a? S¨ª, ser¨ªa interesante, porque Catalu?a es imprescindible para la naci¨®n espa?ola y la naci¨®n espa?ola tambi¨¦n lo es para Catalu?a. El entendimiento, siempre con respeto a la legalidad, es necesario y bueno. Como defensora, no puedo, ni quiero, pronunciarme sobre decisiones pol¨ªticas, pero tengo que velar por la defensa de los derechos y las libertades. Entre los derechos est¨¢n los de la soberan¨ªa popular. No se pueden tomar decisiones fragment¨¢ndola. Es a toda la soberan¨ªa popular a la que corresponde tomar una decisi¨®n trascendental.
En caso de haber refer¨¦ndum sobre la independencia, ?tendr¨ªa que celebrarse en toda Espa?a? Para cuestiones transcendentales tiene que haber un refer¨¦ndum. No me quiero meter en cu¨¢l es el camino, lo que digo es que los espa?oles tienen un derecho fundamental, el de participar en grandes decisiones, y esta es una de ellas. Hay otro derecho tambi¨¦n fundamental, la igualdad ante la ley y el cumplimiento de la legalidad. Cuando veo que se vulnera la ley, debo decirlo.
?Se vulnera con el ¡°proceso de desconexi¨®n¡± de Catalu?a? S¨ª.
?Ser¨ªa conveniente blindar los derechos sociales en la Constituci¨®n? Se puede hablar, pero cada vez que hablamos de derechos sociales hay que tener presente que se pueden ampliar a m¨¢s personas siempre y cuando la econom¨ªa crezca. Hay que tener una pol¨ªtica econ¨®mica y de empleo que permita crecimiento. El mayor derecho social es el empleo.
?Le preocupa esta situaci¨®n in¨¦dita? Sigue sin haber un nuevo Gobierno. No. El sistema democr¨¢tico es as¨ª. La Administraci¨®n sigue funcionando y tenemos el presupuesto, aunque es conveniente que se decida pronto.
?Qu¨¦ le hace pensar la quiebra del bipartidismo? Algo habr¨¢n hecho los grandes partidos para merecerse esto.
?Qu¨¦? Eso que lo reflexione cada uno. Pero este sistema permite remodelar los partidos, corregir los errores sin sobresaltos. No hay que destruirlo todo. Los espa?oles hemos logrado much¨ªsimo. No lo deshagamos.
Cuando la nombraron ministra de Cultura y fue la primera mujer en el Gobierno desde Federica Montseny, ?sinti¨® que hac¨ªa historia? No pens¨¦ en la historia. Pens¨¦: ¡°Qu¨¦ l¨ªo, qu¨¦ hago ahora, qu¨¦ digo, d¨®nde voy, en qu¨¦ consiste esto¡±.
?Le enorgullece haber sido pionera? S¨ª, pero tampoco me voy a llenar de flores. Estuvo bien. Tengo que agradecer a Leopoldo Calvo-Sotelo que fuera el primer presidente de la democracia que cont¨® al menos con una mujer para el Consejo de Ministros. Seguramente eso abri¨® una brecha.
Usted milit¨® en el ala liberal de la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, una formaci¨®n que tuvo un gran protagonismo y acab¨® en debacle. ?Qu¨¦ lectura saca de esa trayectoria? El Rey fue el inspirador de la Transici¨®n, y Adolfo Su¨¢rez, el motor. UCD fue un gran acierto. Luego fue un desastre porque no fue un verdadero partido, sino una uni¨®n de grupos hecha deprisa para concurrir a unas elecciones y dar los primeros pasos para desmontar el r¨¦gimen anterior. Careci¨® de la cohesi¨®n suficiente para aguantar los embates de la oposici¨®n y la cr¨ªtica interna. Yo tuve que suprimir la cadena de los medios de comunicaci¨®n del Estado y no fue f¨¢cil: lo defend¨ª ante el Senado el d¨ªa que jur¨¦ el cargo. Me tuve que aprender el tema en el coche.
?Teme el desmoronamiento de su partido, el PP? No. Es un partido consolidado. Ha pasado momentos dif¨ªciles, desde luego, pero las circunstancias y el partido son distintos respecto a lo que fue UCD.
Quiz¨¢ este sea su ¨²ltimo cargo p¨²blico. ?En cu¨¢l ha disfrutado m¨¢s? Disfrut¨¦ mucho siendo alcaldesa. Las alcaldesas, los alcaldes, nos preocupamos por cosas que pueden mejorar mucho la vida de los vecinos y vemos la repercusi¨®n. Para m¨ª fue una etapa muy intensa. A un ministro no hay quien llegue, pero a un alcalde llegas seguro. Te sientas en la puerta del ayuntamiento y esperas. Yo he sido una persona con muchas posibilidades y afortunada en la vida.
elpaissemanal@elpais.es
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