Morfina en el aire
En ¡®El amante de Lady Chatterley¡¯ aparece una conversaci¨®n que, le¨ªda desde el siglo XXI, resulta m¨¢s subversiva que las escenas sexuales por las que el libro fue prohibido
En las p¨¢ginas de El amante de Lady Chatterley, esa novela que fue publicada en Florencia en 1928, y que estuvo prohibida en Inglaterra, el pa¨ªs del escritor, hasta el a?o 1960, aparece una conversaci¨®n de sobremesa que, le¨ªda desde el siglo XXI, resulta m¨¢s subversiva que las escenas sexuales por las que el libro fue prohibido.
La novela cuenta, ya lo sabe usted, la historia de Lady Chatterley, una mujer vital y terrestre, de ancestros escoceses, casada con sir Clifford, un hombre rico y riguroso que, a causa de una grave herida que sufri¨® en la Primera Guerra Mundial, est¨¢ paralizado de la cintura para abajo. La aparici¨®n de Mellors, el guardabosque, que ser¨¢ el amante de Lady Chatterley, est¨¢ cantada desde el t¨ªtulo, y gracias a las cosas que piensan, y dicen, y ejecutan los dos, D. H. Lawrence muri¨® 30 a?os antes de que las buenas conciencias levantaran el veto que cargaba su novela.
En una de las cenas, de rigurosa alcurnia, que aparecen a lo largo de la historia, la se?ora Bennerley, la t¨ªa de sir Clifford Chatterley, el marido de la famosa Lady, pronuncia con una copa en la mano el siguiente comentario: ¡°Supongo que si el asunto del amor desapareciera, surgir¨ªa algo para sustituirlo. El uso de la morfina, por ejemplo. Un poco de morfina en el aire ser¨ªa un medio excelente para que todos nos sinti¨¦ramos de maravilla¡±. Al hilo de esta declaraci¨®n, que es en realidad de D. H. Lawrence, la se?ora Bennerley espuma la idea de la morfina ambiental y lanza este p¨¢rrafo donde hay mucho Plat¨®n, pero tambi¨¦n mucha Janis Joplin: ¡°Cuando una puede olvidarse del propio cuerpo, es feliz. Y en el mismo instante en que una es consciente del cuerpo, es desdichada. As¨ª que, si la civilizaci¨®n sirve para algo, debe ayudarnos a olvidarnos del cuerpo. De esa manera el tiempo pasar¨¢ felizmente, sin que nos demos cuenta¡±.
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