Arquitectura para so?adores del espacio
Intervenci¨®n urbana an¨®nima en Berl¨ªn. Fotograf¨ªa: Teresa Garc¨ªa Alcaraz
Durante esta ¨²ltima d¨¦cada, se habla de perder la autor¨ªa de proyectos y ganar capacidad de intervenci¨®n en las ciudades. En un momento donde a falta de encargos y exceso de profesionales reci¨¦n graduados enfrent¨¢ndose al mundo laboral, la profesi¨®n del arquitecto se siente amenazada por nuevas normas que limitan sus competencias. Es por eso que poco a poco, muchos profesionales relacionados al mundo ¡®urbano¡¯ han optado por ampliar los l¨ªmites de sus disciplinas ya sea observando el entorno, escuchando a la gente y colaborando con otros profesionales del sector, queriendo marcar la diferencia de un modo sencillo haciendo uso de lo cotidiano.
Una nueva modalidad de arquitectos ¨C idealmente, sin estar politizada- est¨¢ surgiendo en distintas partes del mundo con el fin de modificar la ciudad sin la necesidad de visar proyectos. Claro est¨¢, que siempre hay excepciones y muchos est¨¢n afiliados a partidos o entidades pol¨ªticas, reciben encargos municipales e intervienen en el territorio de manera regular¡
La finalidad es tener una visi¨®n mucho m¨¢s amplia de la disciplina, reconociendo -a nivel individual o colectivo- las necesidades primarias de muchos barrios con la idea de mejorar la calidad de vida de sus habitantes y deshacerse del ideal estudio-marca.
T¨¦cnicas como la autoconstrucci¨®n, el uso de materiales reciclados as¨ª como la rehabilitaci¨®n de edificios y la activaci¨®n de solares vac¨ªos han generado nuevos espacios de convivencia. La iniciativa ¡°Esto no es un solar¡± surgida en Zaragoza en 2009 y desarrollada por los arquitectos Patricia Di Monte e Ignacio Gr¨¢valos, es un ejemplo de este modelo de intervenci¨®n.
Sus propuestas vistas inicialmente como at¨ªpicas, partieron de estudios previos tanto socio-econ¨®micos, urbanos, estrat¨¦gicos y participativos, analizando tanto las carencias de cada zona y los v¨ªnculos ciudadanos que exist¨ªan en el lugar a intervenir. De esta manera, se realizaron parques infantiles, huertos urbanos, pistas deportivas, espacios multiusos para todos los p¨²blicos, etc. con el fin de fomentar la sostenibilidad, la movilidad y el uso de los vac¨ªos de la ciudad. Posteriormente, estos espacios ser¨ªan gestionados por asociaciones de vecinos o colectivos interesados en su uso. Estas intervenciones equilibran la ciudad y a la vez, reciclan el desuso convirti¨¦ndolo en desarrollo.
A pesar de demostrar su operatividad y eficacia para transformar la ciudad, la capacidad creativa y alternativa de estas acciones c¨ªvicas a¨²n no es considerada como arquitectura. ?Quiz¨¢ por tener un uso temporal? ?Por ser obras ejecutadas y propiciadas por profesionales y/o colectivos j¨®venes? ?Por no ser un edificio como tal?
Lo cierto es que esta nueva modalidad de hacer ciudad est¨¢ en alza. Y no solo a nivel arquitect¨®nico sino tambi¨¦n a nivel social. De manera gradual, los ciudadanos se han apropiado del espacio p¨²blico y ya no es extra?o ver rincones ¡°verdes¡± en las urbes, donde peque?os y mayores cosechan hortalizas, riegan las plantas o plantan semillas de manera espont¨¢nea. Mobiliario urbano ¡°customizado¡± y actividades ciudadanas puntuales est¨¢n siendo cada vez m¨¢s populares, organiz¨¢ndose un nuevo movimiento ciudadano que va en paralelo (y a veces de la mano) de la administraci¨®n p¨²blica.
El reconocimiento de proyectos colectivos, en los que los vecinos intervienen en la planificaci¨®n y ejecuci¨®n de estos nuevos espacios es, definitivamente, un cambio de paradigma en referencia a la relaci¨®n auditor¨ªa- obra, estudio- marca. Un ejemplo de ello es El Campo de Cebada, en el barrio de La Latina (Madrid) donde el colectivo Zuloark ha sido uno de los pilares esenciales, juntamente con las asociaciones de vecinos y el propio ayuntamiento de Madrid.
Sin duda, Campo de Cebada es un proyecto brillante donde la arquitectura convencional se ha revertido, convirti¨¦ndose en una alternativa constructiva, visionaria y pionera donde son los ciudadanos los agentes activos y so?adores del espacio. Tal y como se explica en Plataforma Arquitectura: ¡°El Campo de Cebada es una posici¨®n cr¨ªtica que intenta construir una acci¨®n propositiva, mirando hacia un futuro donde distintos profesionales, incluidos los arquitectos, vuelven a jugar papeles relevantes al servicio de la sociedad¡±.
Es necesario un cambio tanto para las ciudades, para la profesi¨®n, para las pol¨ªticas p¨²blicas y para el mismo mercado inmobiliario donde el apoyo a estas acciones urbanas sea concebido como otra manera de hacer arquitectura.
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