Gestionar los riesgos urbanos
Las grandes ciudades necesitan regulaci¨®n e inversiones para evitar los accidentes
En la ciudad de Madrid se produce una media de tres atropellos diarios. El a?o pasado se registraron 1.525 y desde 2013 han muerto por esta causa 73 personas. Son cifras frente a las que no cabe la resignaci¨®n. Como es obvio, no es un fen¨®meno exclusivo de la capital ¡ªel promedio en Espa?a es de 27 personas atropelladas cada d¨ªa¡ª, pero son las zonas urbanas, con el 60% de los accidentes con muertos o heridos, las que concentran la mayor siniestralidad. Las grandes ciudades resultan cada vez m¨¢s problem¨¢ticas por la confluencia de distintos modos de movilidad en un espacio reducido.
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Peatones y ciclistas son los colectivos m¨¢s vulnerables y la planificaci¨®n urbana debe tenerlo en cuenta. Una buena gesti¨®n de la ciudad exige el cuidado de los distintos usos del espacio y medidas para que la convivencia entre autom¨®viles, bicicletas y peatones sea pac¨ªfica. El c¨®digo de circulaci¨®n no parece suficiente para este prop¨®sito. Si se quiere promover el uso de la bicicleta, es preciso invertir en infraestructuras urbanas que garanticen la seguridad de los ciclistas, con carriles segregados e itinerarios seguros. Lo mismo cabe decir respecto de la protecci¨®n de los peatones. Desde este punto de vista, todas las ciudades tienen mucho que mejorar.
Sobre ello inciden ahora adem¨¢s nuevos factores de riesgo, como el uso del m¨®vil, que ya est¨¢ implicado en el 26% de los accidentes de tr¨¢fico. Uno de cada cuatro accidentes est¨¢ causado por una distracci¨®n, y hablar por el m¨®vil es la causa del 90% de las distracciones. Contrariamente a lo que muchos conductores creen, el sistema de manos libres no ayuda a prevenir los accidentes y, en cambio, produce una falsa sensaci¨®n de seguridad. Lo que causa los accidentes es el hecho de perder la concentraci¨®n, y esa conducta de riesgo no afecta solo a los condutores, sino tambi¨¦n, y cada vez m¨¢s, a los peatones. Es ya habitual la imagen de j¨®venes que cruzan las calles hablando por su m¨®vil, chateando o mirando v¨ªdeos.
No deber¨ªamos esperar a que las estad¨ªsticas de atropellos y accidentes sean insoportables para tomar las adecuadas medidas de prevenci¨®n.
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