Los antivacunas, responsables de resucitar el sarampi¨®n en EE UU
Un estudio ha revisado todos los brotes de los ¨²ltimos 15 a?os y se?ala a las familias reticentes
En EE UU tienen un problema con la resistencia de algunas familias a vacunar a sus hijos. El sarampi¨®n se declar¨® erradicado en el a?o 2000 y, sin embargo, en 2014 sufrieron 23 brotes con 668 infectados. A finales de la d¨¦cada de 1970, la tosferina se hab¨ªa limitado a un millar de casos anuales; pero solo en California en 2014 sufrieron una epidemia con casi 10.000 enfermos y m¨¢s de 18.000 en todo el pa¨ªs el a?o pasado.
De los contagiados sin vacunar, el 71% estaban sin inmunizar por razones religiosas o ideol¨®gicas, no m¨¦dicas
En la mayor¨ªa de los casos, padres y madres antivacunas tuvieron buena parte de responsabilidad en los contagios toda la poblaci¨®n: "El fen¨®meno de rechazo a las vacunas se asocia con un mayor riesgo de contraer sarampi¨®n entre las personas que rechazan las vacunas y tambi¨¦n entre individuos totalmente vacunados", concluye un trabajo que publica hoy la revista m¨¦dica JAMA, que ha revisado todos los estudios realizados sobre los distintos brotes que han sufrido en EE UU desde que sarampi¨®n y tosferina parec¨ªan bajo control gracias a las campa?as de vacunaci¨®n.
"En esta revisi¨®n", defienden los autores, de la Universidad Emory, "los individuos no vacunados y poco vacunados componen una proporci¨®n considerable de los casos de sarampi¨®n y algunos brotes de tosferina". De los 970 casos de sarampi¨®n que contaban con datos detallados sobre su vacunaci¨®n, 574 no estaban vacunados: de entre estos, el 71% estaban sin inmunizar por razones religiosas o ideol¨®gicas, no m¨¦dicas.
El verano pasado, EE UU sufri¨® la primera muerte por sarampi¨®n en m¨¢s de una d¨¦cada: una mujer con el sistema inmune muy debilitado por el tratamiento contra otra enfermedad que se contagi¨® con el virus y acab¨® falleciendo. Para eso sirve la inmunidad de grupo: si casi todo el mundo est¨¢ vacunado, las personas m¨¢s fr¨¢giles est¨¢n protegidas porque el virus no encuentra grietas por las que colarse en la sociedad. Y, en buena parte de los casos estudiados, la grieta han sido las familias antivacunas.
California ha tenido que endurecer su legislaci¨®n sobre excepciones para la vacunaci¨®n para frenar el resurgir de estas enfermedades
En EE UU la vacunaci¨®n es obligatoria, salvo en casos en los que los progenitores reclamen al Estado una excepci¨®n por motivos idel¨®gicos o religiosos, y las dificultades para obtener este permiso var¨ªan entre estados. Recientemente, en California ha crecido en n¨²mero y concentraci¨®n el grupo de padres y madres que no vacunan a su prole, provocando bolsas de ni?os y ni?as ajenos a la inmunidad de grupo que proporcionan los altos niveles de vacunaci¨®n de la sociedad. Un escenario ideal para determinadas enfermedades infecciosas que, como el sarampi¨®n, estaban pr¨¢cticamente desaparecidas.
Por este motivo, California ha endurecido su legislaci¨®n para frenar el resurgir de estas enfermedades. El estudio, no obstante, a?ade que algunos brotes de tosferina han tenido m¨¢s que ver con la disminuci¨®n del efecto de las vacunas, por lo que se reclama desde JAMA, en un editorial, que se aproveche el momento para mejorar su calidad y centralizar los esfuerzos para contar con un programa serio y com¨²n para todo el pa¨ªs.
En Espa?a, la situaci¨®n es distinta: aunque en los ¨²ltimos a?os se han dado casos de ni?os contagiados de enfermedades graves como sarampi¨®n o difteria, el movimiento antivacunas no es tan potente como en EE UU y los expertos recomiendan no cambiar la ley para hacer obligatoria la vacunaci¨®n. Se ha propuesto, no obstante, sancionar a los m¨¦dicos que animen a no vacunar a los ni?os, dado que el papel de los facultativos es fundamental para conseguir inmunizar a la mayor parte de la poblaci¨®n. En Espa?a, no obstante, los brotes de sarampi¨®n han tenido su origen en grupos de excluidos, no por antivacunas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.