El pr¨ªncipe Guillermo logra un acuerdo contra la caza ilegal

En medio de las cr¨ªticas que est¨¢ recibiendo por su escaso papel en la vida oficial de la familia real brit¨¢nica, el pr¨ªncipe Guillermo ha alzado la voz para denunciar la caza ilegal, una de las causas en las que trabaja. En una entrevista al Daily Telegrah, el nieto de Isabel II habla de los campos de ?frica donde rinocerontes y elefantes mueren bajo el sol abrasador.?"Es tan triste ver este desperdicio", dijo.? Horas antes el duque de Cambridge respond¨ªa a las acusaciones de que es "perezoso", y dijo que hab¨ªa estado trabajando entre bastidores durante meses para reunir a 40 jefes de transporte global y a organizaciones ben¨¦ficas para firmar una serie de promesas para acabar con el tr¨¢fico de marfil y cuerno de rinoceronte. Y a?adi¨® que ser etiquetado como un pr¨ªncipe a tiempo parcial era "parte del trabajo". Hasta el 23 de febrero Guillermo, de 33 a?os, solo hab¨ªa participado en dos actos oficiales en lo que va de a?o, mientras la reina, a punto de cumplir 90 a?os, hab¨ªa asistido a una docena.

En su lucha por combatir la caza ilegal, Guillermo de Inglaterra ha recordado las cifras que apuntan a que 1.338 rinocerontes murieron a manos de los cazadores furtivos el a?o pasado, aunque el n¨²mero real es probable que sea a¨²n mayor. "Sabemos m¨¢s o menos lo que est¨¢ pasando all¨ª, se puede controlar y registrar con bastante facilidad. Los n¨²meros son enormes ", explic¨® el pr¨ªncipe. "El problema real es lo que ocurre en otros pa¨ªses de ?frica Central, por ejemplo, donde la guerra civil y la inestabilidad significa que es mucho m¨¢s dif¨ªcil de controlar. ?Qui¨¦n sabe qu¨¦ horrores se est¨¢n desarrollando all¨ª?". Y a?adi¨®: "La ignorancia, la codicia, las presiones culturales, todo ello contribuye a la caza furtiva".

El pr¨ªncipe tambi¨¦n confes¨®: "Me gustar¨ªa ver Jorge y Carlota en ?frica". El pasado oto?o ya envi¨® una carta al?Financial Times en la que reclamaba que se acabara con la caza furtiva de animales y que se detuviera el comercio ilegal de especies en ?frica. "No s¨¦ c¨®mo explicar¨ªa a mis hijos que hemos dejado morir al ¨²ltimo elefante o rinoceronte salvaje, ni tampoco qu¨¦ sentir¨ªa", escrib¨ªa.