Zimbabue, sobrevivir cada d¨ªa
Se necesitan programas a medio y largo plazo que permitan a las familias soportar la falta de lluvia
Un peque?o equipo de World Vision Espa?a viajamos hace poco a Zimbabue con el fin de visitar los proyectos que nuestra ONG desarrolla en este pa¨ªs. Concretamente estuvimos en la regi¨®n de Matabelelandia, una de las zonas m¨¢s pobres del pa¨ªs que se ve especialmente afectada por la sequ¨ªa y el hambre.
No puede entenderse la envergadura del problema sin repasar los datos: en el mundo hay 794 millones de personas (una de cada nueve) que sufren hambre cr¨®nica. La malnutrici¨®n causa casi la mitad (el 45%) de las muertes de ni?os menores de 5 a?os que se podr¨ªan evitar, esto es acaba con la vida de 2,8 millones de ni?os cada a?o.
Hoy hablamos de Zimbabue, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, que ocupa el puesto 155? en el ¨ªndice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Un pa¨ªs en el que, mires donde mires, hay muchas cosas por hacer, familias a las que ayudar y ni?os que nos necesitan.
Ahora el desastre provocado por El Ni?o pone en riesgo las vidas de millones de mujeres, hombres y ni?os, ya muy vulnerables antes del desastre. El este y sur de ?frica se ven particularmente afectados por este fen¨®meno y solo en estas dos regiones, UNICEF estima que hay m¨¢s de 11 millones de ni?os damnificados.
La alimentaci¨®n de la familia depende de lo que produzca su peque?o trozo de tierra
Y ah¨ª se encuentra Zimbabue, nuestro destino. Cuando viajas all¨ª y conoces a las personas que hay detr¨¢s de esos n¨²meros, simplemente no puedes mirar hacia otro lado. La necesidad de actuar surge de forma imperiosa.
Una de las experiencias que m¨¢s nos marc¨® fue conocer a la familia Tshuma y a una de sus hijas. Energy, una ni?a con necesidades especiales, se encuentra dentro del programa de apadrinamiento de Word Visi¨®n. Los Tshuma viven en una de las zonas m¨¢s secas de Zimbabue, que adem¨¢s sufre severas sequ¨ªas desde hace varios a?os.
Singazi, la madre de Energy, se ocupa de sus seis hijos y de su propia madre, que vive con ellos. La cabeza de familia lo hace lo mejor que puede con los pocos recursos de los que dispone, pero sencillamente no tiene comida suficiente para alimentar a su familia.
La familia Tshuma, como muchas otras en Zimbabue, no tiene acceso a un punto de agua cercano, por lo que debe recorrer largas distancia para conseguirla. Y adem¨¢s, esta no siempre es potable, por lo que hay un riesgo para la salud.
La alimentaci¨®n de toda la familia depende de lo poco que produzca el escaso trozo de tierra que poseen y que labran a mano, ya que no tienen herramientas ni animales. As¨ª que la falta de lluvias y, por supuesto, la ausencia total de sistemas de riego, hacen que la cosecha obtenida no les alcance siquiera para comer. Para Singazi, no poder aliviar el hambre y la sed de sus hijos es una pesada carga que la empuja a una lucha permanente. Lamentablemente, se encuentra sin recursos para poder salir de esta situaci¨®n.
El bienestar de los ni?os, en juego
Es evidente que la escasez de alimentos en Zimbabue provocar¨¢ un aumento de la desnutrici¨®n. Pero adem¨¢s enfrentar¨¢ a los ni?os a mayores peligros, porque podr¨¢n ser obligados a abandonar la escuela o ser enviados a trabajar para conseguir algo de comida. La falta de comida puede provocar un aumento de los casos de trabajo infantil, deserci¨®n escolar, violencia sexual y matrimonios en edades tempranas.
Despu¨¦s de estar all¨ª y conocer decenas de historias de ni?os que necesitan ayuda tengo claro que necesitan soluciones a corto plazo, como la entrega de alimentaci¨®n terap¨¦utica y suplementaria a mujeres embarazadas y ni?os menores de 5 a?os, principalmente. Sin embargo, y dado que la escasez de alimentos se repite cada a?o en la regi¨®n, debemos preparar a las comunidades ante esta situaci¨®n para hacerlas fuertes y resilientes frente a este tipo de emergencias.
Es necesario dar m¨¢s importancia a los programas de ayuda y rehabilitaci¨®n a medio y largo plazo porque permite a las familias asegurar que podr¨¢n soportar las consecuencias de la falta de lluvia. Con este objetivo, la Fundaci¨®n World Vision trabaja en programas de agricultura sostenibles promoviendo la siembra de cultivos alternativos, instalando sistemas de irrigaci¨®n o facilitando los bancos de cereales y mejorando los silos existentes. Tambi¨¦n hay iniciativas destinadas a mejorar la eficiencia del uso del agua y promover la captaci¨®n de agua de lluvia. Peque?os ¡ªo grandes¡ª cambios que suponen que una comunidad pueda afrontar una ¨¦poca de sequ¨ªa sin poner en riesgo la vida de sus familias. Todos estos proyectos son posibles gracias al apadrinamiento.
Carolina F. Varela es colaboradora de World Vision.
M¨¢s informaci¨®n sobre el apadrinamiento en la web de World Vision.
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